Salmo 100:2-5
¡Adoren al Señor con regocijo!
Preséntense ante él con cánticos de júbilo.
Reconozcan que el Señor es Dios;
él nos hizo y somos suyos.
Somos su pueblo, ovejas de su prado.
Entren por sus puertas con acción de gracias;
vengan a sus atrios con himnos de alabanza.
¡Denle gracias, alaben su nombre!
Porque el Señor es bueno, su gran amor perdura para siempre
y su fidelidad permanece por todas las generaciones.