1 Crónicas 22:1-19, 1 Crónicas 23:1-32 NVI

1 Crónicas 22:1-19

Entonces dijo David: «Aquí se levantará el templo de Dios el Señor y el altar donde Israel ofrecerá el holocausto».

Preparativos para el templo

Luego David ordenó que se reuniera a los extranjeros que vivían en territorio israelita. De entre ellos nombró canteros que labraran piedras para la construcción del templo de Dios. Además, David juntó mucho hierro para los clavos y las bisagras de las puertas; también bronce en abundancia. Amontonó mucha madera de cedro, pues los habitantes de Sidón y de Tiro le habían traído una gran cantidad de madera de cedro.

«Mi hijo Salomón —pensaba David— es muy joven e inexperto, y el templo que hay que construir para el Señor debe ser el más grande y famoso de toda la tierra; por eso dejaré todo listo». Así que antes de morir, David dejó todo preparado.

Luego llamó a su hijo Salomón y le encargó construir el templo para el Señor, Dios de Israel. David dijo a Salomón: «Hijo mío, yo tenía la intención de construir un templo para honrar el nombre del Señor mi Dios. Pero el Señor me dijo: “Ante mis propios ojos has derramado mucha sangre y has hecho muchas guerras en la tierra; por eso no serás tú quien construya un templo en honor de mi Nombre. Pero tendrás un hijo que será un hombre pacífico; yo haré que los países vecinos que sean sus enemigos lo dejen en paz; por eso se llamará Salomón.22:9 En hebreo, Salomón suena como la palabra que significa paz. Durante su reinado, yo daré a Israel paz y tranquilidad. Él será quien me construya un templo en honor de mi Nombre. Él será mi hijo y yo seré su padre. Yo afirmaré para siempre el trono de su reino en Israel”.

»Ahora, hijo mío, que el Señor tu Dios te ayude a construir su templo, tal como te lo ha prometido. Que te dé prudencia y sabiduría para que, cuando estés al frente de Israel, obedezcas su ley. Él es el Señor tu Dios. Si cumples los estatutos y leyes que el Señor entregó a Israel por medio de Moisés, entonces te irá bien. ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes!

»Mira, con mucho esfuerzo he logrado conseguir para el templo del Señor cien mil talentos22:14 Es decir, aprox. 3,400 t. de oro, un millón de talentos22:14 Es decir, aprox. 34 000 t. de plata y una incontable cantidad de bronce y de hierro. Además, he conseguido madera y piedra, pero tú debes adquirir más. También cuentas con una buena cantidad de obreros: canteros, albañiles, carpinteros y expertos en toda clase de trabajos en oro, plata, bronce y hierro. Así que, ¡pon manos a la obra, y que el Señor te acompañe!».

Después David ordenó a todos los líderes de Israel que colaboraran con su hijo Salomón. Les dijo: «El Señor su Dios está con ustedes y les ha dado paz en todo lugar. Él ha entregado en mi poder a los habitantes de la región y estos han quedado sometidos al Señor y a su pueblo. Ahora, pues, busquen al Señor su Dios de todo corazón y con toda el alma. Comiencen la construcción del santuario de Dios el Señor, para que trasladen el arca del pacto y los utensilios sagrados al templo que se construirá en honor de su Nombre».

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1 Crónicas 23:1-32

Los levitas

David era muy anciano cuando declaró a su hijo Salomón rey de Israel.

Reunió a todos los líderes de Israel junto a los sacerdotes y levitas. Entonces contaron a los levitas que tenían más de treinta años; resultó que eran en total treinta y ocho mil hombres. David dijo: «De los levitas, veinticuatro mil estarán a cargo del trabajo del templo del Señor, seis mil serán oficiales y jueces, cuatro mil serán porteros y los otros cuatro mil se encargarán de alabar al Señor con los instrumentos musicales que he ordenado hacer23:5 que he ordenado hacer. Lit. que yo hice. para ese propósito».

David dividió a los levitas en grupos de acuerdo con el número de los hijos de Leví, que fueron Guersón, Coat y Merari.

Los guersonitas

De los guersonitas:

Ladán y Simí.

Los hijos de Ladán fueron tres:

Jehiel, el mayor, Zetán y Joel.

Simí también tuvo tres hijos:

Selomit, Jaziel y Harán.

Estos fueron los jefes de las familias patriarcales de Ladán.

Los hijos de Simí fueron cuatro:

Yajat, Ziza,23:10 Ziza (un ms. hebreo, LXX y Vulgata; véase v. 11); Ziná (TM). Jeús y Beriá.

Estos fueron los hijos de Simí.

Yajat era el mayor y Ziza, el segundo. Como Jeús y Beriá no tuvieron muchos hijos, se les contó como una sola familia y se les dio un mismo cargo.

Los coatitas

Los hijos de Coat fueron cuatro:

Amirán, Izar, Hebrón y Uziel.

Los hijos de Amirán fueron:

Aarón y Moisés.

Aarón y sus descendientes fueron los escogidos para presentar las ofrendas sagradas, quemar el incienso, servir al Señor y pronunciar la bendición en su nombre para siempre. A Moisés, hombre de Dios, y a sus hijos se les incluyó en la tribu de Leví.

Los hijos de Moisés fueron:

Guersón y Eliezer.

Sebuel fue el primero

de los descendientes de Guersón.

Eliezer solo tuvo un hijo,

que fue Rejabías,

pero este sí tuvo muchos hijos.

El primer hijo de Izar fue

Selomit.

El primer hijo de Hebrón fue

Jerías; el segundo, Amarías;

el tercero, Jahaziel, y el cuarto, Jecamán.

El primer hijo de Uziel fue

Micaías, y el segundo, Isías.

Los meraritas

Los hijos de Merari fueron:

Majlí y Musí.

Los hijos de Majlí fueron:

Eleazar y Quis.

Eleazar murió sin tener hijos; solamente tuvo hijas. Estas se casaron con sus primos, los hijos de Quis.

Musí tuvo tres hijos:

Majlí, Éder y Jeremot.

Estos fueron los descendientes de Leví por sus familias patriarcales. El censo los registró por nombre como jefes de sus familias patriarcales. Estos prestaban servicio en el Templo del Señor y eran mayores de veinte años. David dijo: «Desde que el Señor, Dios de Israel, estableció a su pueblo y estableció su residencia para siempre en Jerusalén, los levitas ya no tienen que cargar el santuario ni los utensilios que se usan en el culto». De acuerdo con las últimas disposiciones de David, fueron censados los levitas mayores de veinte años.

Su función consistía en ayudar a los descendientes de Aarón en el servicio del Templo del Señor. Eran los responsables de los atrios, de los cuartos y de la purificación de todas las cosas santas; en fin, de todo lo relacionado con el servicio del Templo de Dios. También estaban encargados del pan consagrado, de la harina refinada para las ofrendas de cereales, de las hojuelas sin levadura, de las ofrendas fritas en sartén o cocidas y de todas las medidas de capacidad y de longitud. Cada mañana y cada tarde debían estar presentes para agradecer y alabar al Señor. Así mismo, debían ofrecer todos los holocaustos que se presentaban al Señor los sábados, los días de luna nueva y durante las otras fiestas. Así que siempre servían al Señor, según el número y la función que se les asignaba.

De modo que tenían a su cargo el cuidado de la Tienda de reunión y del Lugar Santo. El servicio que realizaban en el Templo del Señor quedaba bajo las órdenes de sus hermanos, los descendientes de Aarón.

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