Romanos 14:19-23, Romanos 15:1-13 NVI

Romanos 14:19-23

Por lo tanto, esforcémonos en hacer todo lo que conduzca a la paz y que nos ayude a vivir como Dios manda. No destruyas lo que Dios ha hecho en la vida de alguien por causa de la comida. Todo alimento es bueno; lo malo es hacer que otro deje de creer por lo que uno come. Más vale no comer carne ni beber vino, ni hacer nada que haga que tu hermano en la fe deje de creer.

Así que, si estás seguro de lo que piensas al respecto, deja ese asunto entre tú y Dios. Dichosa la persona a quien su conciencia no lo acusa por lo que hace. Pero el que tiene dudas en cuanto a si debe o no debe comer algo, y lo come, hace mal. Pues no está seguro de lo que está haciendo, y todo lo que se hace en contra de lo que uno cree es pecado.

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Romanos 15:1-13

Los fuertes en la fe debemos apoyar a los débiles, en vez de hacer lo que nos agrada. Cada uno debe agradar al otro en aquello que es para su bien y que lo ayudará a fortalecer su fe. Pues ni siquiera Cristo buscó hacer solamente lo que le agradaba. Al contrario, las Escrituras dicen: «Sobre mí han recaído los insultos de los que te critican». De hecho, todo lo que leemos en las Escrituras se escribió para enseñarnos. Lo que en ellas está escrito nos alienta y nos ayuda a seguir confiando en lo que hemos creído.

Le pido a Dios que les dé ánimo y fortaleza para que continúen viviendo juntos en armonía, siguiendo el ejemplo de Cristo Jesús. Así ustedes, juntos y a una sola voz, darán la gloria al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios. Les digo que Cristo se hizo servidor de los judíos para demostrar que Dios es fiel y así confirmar las promesas hechas a los antepasados. Así también los no judíos darán la gloria a Dios por su bondad, como dicen las Escrituras:

«Por eso te alabaré en todas las naciones.

Cantaré salmos en tu honor».

En otro lugar de las Escrituras dice:

«Alégrense, naciones, con el pueblo de Dios».

Y en otra parte dice:

«¡Alaben al Señor, naciones todas!

¡Pueblos todos, cántenle alabanzas!».

A su vez, el profeta Isaías dice:

«Un descendiente de Isaí vendrá,

y gobernará a las naciones.

Todos los pueblos pondrán su confianza en él».

Le pido a Dios, quien da esperanza, que los llene de toda alegría y paz. Pues ustedes creen en él, y quiero que el poder del Espíritu Santo los llene de confianza.

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