Salmo 115:1-11
Salmo 115
115:4-11 – Sal 135:15-20
La gloria, Señor, no es para nosotros;
no es para nosotros, sino para tu nombre,
por causa de tu gran amor y tu fidelidad.
¿Por qué tienen que decirnos las naciones:
«Dónde está su Dios»?
Nuestro Dios está en los cielos
y puede hacer todo cuanto quiere.
Pero sus ídolos son de plata y oro,
producto de manos humanas.
Tienen boca, pero no pueden hablar;
ojos, pero no pueden ver.
Tienen oídos, pero no pueden oír;
nariz, pero no pueden oler.
Tienen manos, pero no pueden palpar;
pies, pero no pueden andar.
Ni un solo sonido emite su garganta.
Semejantes a ellos son sus hacedores
y todos los que confían en ellos.
Pueblo de Israel, confía en el Señor;
él es tu ayuda y tu escudo.
Descendientes de Aarón, confíen en el Señor;
él es su ayuda y su escudo.
Los que temen al Señor, confíen en él;
él es su ayuda y su escudo.