2 Reis 22 – OL & CST

O Livro

2 Reis 22:1-20

Josias rei de Judá

(2 Cr 34.1-2, 8-13)

1O novo rei de Judá foi Josias. Começou a reinar com a idade de 8 anos e reinou durante 31 anos em Jerusalém. A sua mãe chamava-se Jedida e era filha de Adaías, de Bozcate. 2Fez o que era reto aos olhos do Senhor; andou nos caminhos de David, seu antepassado; nunca se afastou deles.

3No décimo oitavo ano do seu reinado, o rei Josias mandou o seu secretário Safã, filho de Azalias e neto de Mesulão, ao templo. 4“Vai ter com o sumo sacerdote Hilquias e diz-lhe que mande contar o dinheiro que o povo dá para o templo e que é recolhido pelos sacerdotes que estão a guardar a porta do templo. 5-6Que se entregue aos encarregados das obras do templo, para que contratem pedreiros e carpinteiros que façam as devidas reparações no edifício e comprem o material necessário.” 7Não se pedia contas do dinheiro entregue aos encarregados das obras, porque eram pessoas que atuavam com a máxima honestidade.

O livro da Lei é encontrado

(2 Cr 34.14-28)

8Um dia, Hilquias, o sumo sacerdote, foi ter com Safã, o secretário real: “Descobri no templo o livro da Lei de Deus!”

E deu o livro a Safã e ele leu-o. 9Quando este foi em audiência ao rei, apresentar o relatório do andamento das obras de reparação do templo, 10fez também menção do livro que Hilquias tinha achado e leu-o diante do rei.

11Ao ouvir as palavras que estavam escritas, o rei rasgou a roupa que tinha vestida, em sinal de profunda consternação. 12Mandou a Hilquias, o sacerdote, a Safã, a Asaías, assistente do rei, a Aicão, filho de Safã, e a Acbor, filho de Micaías, 13que perguntassem ao Senhor: “Que devemos fazer? Porque as palavras deste livro são bem explícitas quanto às razões por que a grande ira do Senhor caiu sobre nós, pois os nossos antepassados não obedeceram aos mandamentos escritos neste livro.”

14Então Hilquias, o sumo sacerdote, e os homens referidos foram ter com Hulda, a profetisa, ao bairro de Misné, em Jerusalém. Esta profetisa era mulher de Salum, o filho de Ticvá e neto de Harás, que estava encarregado do guarda-roupa real. 15Quando lhe contaram a causa da perturbação do rei, respondeu: “Assim diz o Senhor, o Deus de Israel: ‘Digam ao homem que vos enviou, 16que vou destruir esta cidade e a sua população, como está escrito no livro que leste. 17Pois o povo de Judá abandonou-me, queimou incenso a outros deuses e tornou a minha ira tão intensa, por causa da obra das suas mãos, que o meu furor contra este lugar não poderá ser sustido. 18Mas vão ter com o rei de Judá, que vos enviou a buscar ao Senhor, e transmitam-lhe: o que o Senhor Deus de Israel vos diz a respeito da mensagem que ouviram é o seguinte: 19Visto que te entristeceste e te humilhaste diante do Senhor, quando leste o livro e os seus avisos de que esta terra haveria de ser amaldiçoada e se tornaria desolada, e visto que rasgaste a tua roupa, chorando perante mim de tristeza, darei ouvidos aos teus rogos. 20Só enviarei o mal que prometi sobre esta cidade após a tua morte.’ ” Foi esta a mensagem que levaram ao rei.

Nueva Versión Internacional (Castilian)

2 Reyes 22:1-20

Josías, rey de Judá

22:1-202Cr 34:1-2,8-28

1Josías tenía ocho años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén treinta y un años. Su madre era Jedidá hija de Adaías, oriunda de Boscat. 2Josías hizo lo que agrada al Señor, pues en todo siguió el buen ejemplo de su antepasado David; no se desvió de él en el más mínimo detalle.

3En el año dieciocho de su reinado, el rey Josías mandó a su cronista Safán, hijo de Asalías y nieto de Mesulán, que fuera al templo del Señor. Le dijo: 4«Preséntate ante el sumo sacerdote Jilquías y encárgale que recoja el dinero que el pueblo ha llevado al templo del Señor y ha entregado a los porteros. 5Ordena que ahora se les entregue el dinero a los que supervisan la restauración del templo del Señor, para pagarles a los trabajadores que lo están reparando. 6Que les paguen a los carpinteros, a los maestros de obra y a los albañiles, y que compren madera y piedras de cantería para restaurar el templo. 7Pero no les pidan cuentas a los que están encargados de pagar, pues ellos proceden con toda honradez».

8El sumo sacerdote Jilquías le dijo al cronista Safán: «He encontrado el libro de la ley en el templo del Señor». Entonces se lo entregó a Safán, y este, después de leerlo, 9fue y le informó al rey:

―Tus ministros han recogido el dinero22:9 recogido el dinero. Lit. fundido la plata. que estaba en el templo del Señor y se lo han entregado a los trabajadores y a los supervisores.

10El cronista Safán también le informó al rey que el sumo sacerdote Jilquías le había entregado un libro, el cual leyó en su presencia.

11Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, se rasgó las vestiduras 12y dio esta orden a Jilquías el sacerdote, a Ajicán hijo de Safán, a Acbor hijo de Micaías, a Safán el cronista, y a Asaías, su ministro personal:

13―Id a consultar al Señor por mí, por el pueblo y por todo Judá con respecto a lo que dice este libro que se ha encontrado. Sin duda que la gran ira del Señor arde contra nosotros, porque nuestros antepasados no obedecieron lo que dice este libro ni actuaron según lo que está prescrito para nosotros.

14Así que Jilquías el sacerdote, Ajicán, Acbor, Safán y Asaías fueron a consultar a la profetisa Huldá, que vivía en el barrio nuevo de Jerusalén. Huldá era la esposa de Salún, el encargado del vestuario, quien era hijo de Ticvá y nieto de Jarjás.

15Huldá les contestó: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Decidle al que os ha enviado 16que yo, el Señor, les advierto: ‘Voy a enviar desgracia sobre este lugar y sus habitantes, según todo lo que dice el libro que ha leído el rey de Judá. 17Ellos me han abandonado; han quemado incienso a otros dioses y me han provocado a ira con todos sus ídolos.22:17 todos sus ídolos. Lit. toda la obra de sus manos. Por eso mi ira arde contra este lugar, y no se apagará’. 18Pero al rey de Judá, que os envió para consultarme, decidle que en lo que atañe a las palabras que él ha oído, yo, el Señor, Dios de Israel, afirmo: 19‘Como te has conmovido y humillado ante el Señor al escuchar lo que he anunciado contra este lugar y sus habitantes, que serían asolados y malditos; y, como te has rasgado las vestiduras y has llorado en mi presencia, yo te he escuchado. Yo, el Señor, lo afirmo. 20Por lo tanto, te reuniré con tus antepasados, y serás sepultado en paz. Tus ojos no verán la desgracia que enviaré sobre este lugar’ ”».

Así que ellos regresaron para informar al rey.