Señor del sábado
12:1-8 – Mr 2:23-28; Lc 6:1-5
12:9-14 – Mr 3:1-6; Lc 6:6-11
1Por aquel tiempo pasaba Jesús por los sembrados un día sábado. Sus discípulos tenían hambre, así que comenzaron a arrancar algunas espigas de trigo y a comérselas. 2Al ver esto, los fariseos le dijeron:
—¡Mira! Tus discípulos están haciendo lo que está prohibido en día sábado.
3Él contestó:
—¿No han leído lo que hizo David en aquella ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre? 4Entró en la casa de Dios; él y sus compañeros comieron los panes consagrados a Dios, lo que no se les permitía a ellos, sino solo a los sacerdotes. 5¿O no han leído en la Ley que los sacerdotes en el Templo profanan el sábado sin incurrir en culpa? 6Pues yo les digo que aquí está algo más grande que el Templo. 7Si ustedes supieran qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”,12:7 Os 6:6. no condenarían a los que no son culpables. 8Sepan que el Hijo del hombre es Señor del sábado.
9Pasando de allí, entró en la sinagoga 10donde había un hombre que tenía una mano paralizada. Como buscaban un motivo para acusar a Jesús, le preguntaron:
—¿Está permitido sanar en sábado?
11Él contestó:
—Si alguno de ustedes tiene una oveja y un día sábado se le cae en un hoyo, ¿no la agarra y la saca? 12¡Cuánto más vale un hombre que una oveja! Por lo tanto, está permitido hacer el bien en sábado.
13Entonces dijo al hombre:
—Extiende la mano.
Así que la extendió y la mano quedó restablecida, tan sana como la otra. 14Pero los fariseos salieron y tramaban cómo matar a Jesús.
El siervo escogido por Dios
15Consciente de esto, Jesús se retiró de aquel lugar. Muchos lo siguieron y él sanó a todos los enfermos, 16pero les ordenó que no dijeran quién era él. 17Esto fue para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías:
18«Este es mi siervo, a quien he escogido,
mi amado, en quien me deleito;
sobre él pondré mi Espíritu
y proclamará justicia a las naciones.
19No disputará ni gritará;
nadie oirá su voz en las calles.
20No acabará de romper la caña quebrada
ni apagará la mecha que apenas arde,
hasta que haga triunfar la justicia.
21Y en su nombre pondrán las naciones su esperanza».12:21 Is 42:1-4.
Jesús y Beelzebú
12:25-29 – Mr 3:23-27; Lc 11:17-22
22Después de eso llevaron ante Jesús un endemoniado que estaba ciego y mudo, entonces él lo sanó y pudo ver y hablar. 23Toda la gente quedó asombrada y decía: «¿No será este el Hijo de David?».
24Pero al oírlo los fariseos, dijeron: «Este no expulsa a los demonios sino por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios».
25Jesús conocía sus pensamientos y les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado; toda ciudad o familia dividida contra sí misma no se mantendrá en pie. 26Y si Satanás expulsa a Satanás, está dividido contra sí mismo. ¿Cómo puede, entonces, mantenerse en pie su reino? 27Ahora bien, si yo expulso a los demonios por medio de Beelzebú, ¿los seguidores de ustedes por medio de quién los expulsan? Por eso ellos mismos los juzgarán a ustedes. 28Pero si expulso a los demonios por medio del Espíritu de Dios, eso significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes.
29»¿O cómo puede entrar alguien en la casa de un hombre fuerte y arrebatarle sus bienes a menos que primero lo ate? Solo entonces podrá robar su casa.
30»El que no está de mi parte está contra mí; y el que conmigo no recoge esparce. 31Por eso digo que a todos se les podrá perdonar todo pecado y toda blasfemia, pero la blasfemia contra el Espíritu no se le perdonará a nadie. 32A cualquiera que pronuncie alguna palabra contra el Hijo del hombre se le perdonará, pero el que hable contra el Espíritu Santo no tendrá perdón ni en este mundo ni en el venidero.
33»Si tienen un buen árbol, su fruto es bueno; si tienen un mal árbol, su fruto es malo. Al árbol se le reconoce por su fruto. 34Camada de víboras, ¿cómo pueden ustedes que son malos decir algo bueno? De la abundancia del corazón habla la boca. 35El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal. 36Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado. 37Porque por tus palabras se te declarará inocente y por tus palabras se te condenará».
La señal de Jonás
12:39-42 – Lc 11:29-32
12:43-45 – Lc 11:24-26
38Algunos de los fariseos y de los maestros de la Ley dijeron a Jesús:
—Maestro, queremos ver alguna señal milagrosa de parte tuya.
39Jesús contestó:
—¡Esta generación malvada y adúltera pide una señal milagrosa! Pero no se le dará más señal que la del profeta Jonás. 40Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de un enorme pez, también tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra. 41Los habitantes de Nínive se levantarán en el juicio contra esta generación y la condenarán; porque ellos se arrepintieron al escuchar la predicación de Jonás y aquí tienen ustedes a uno más importante que Jonás. 42La reina del Sur se levantará en el día del juicio y condenará a esta generación; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí tienen ustedes a uno más importante que Salomón.
43»Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando descanso sin encontrarlo. 44Entonces dice: “Volveré a mi casa, de donde salí”. Cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada. 45Luego va y trae a otros siete espíritus más malvados que él y entran a vivir allí. Así que el estado final de aquella persona resulta peor que el inicial. Así le pasará también a esta generación malvada».
La madre y los hermanos de Jesús
12:46-50 – Mr 3:31-35; Lc 8:19-21
46Mientras Jesús hablaba a la multitud, se presentaron su madre y sus hermanos. Se quedaron afuera y deseaban hablar con él. 47Alguien le dijo:
—Mira, tu madre y tus hermanos están afuera y quieren hablar contigo.12:47 Var. no incluye v. 47.
48—¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? —respondió Jesús.
49Señalando a sus discípulos, añadió:
—Aquí tienen a mi madre y a mis hermanos. 50Cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos es mi hermano, mi hermana y mi madre.
Jesus Is Lord of the Sabbath Day
1One Sabbath day Jesus walked through the grainfields. His disciples were hungry. So they began to break off some heads of grain and eat them. 2The Pharisees saw this. They said to Jesus, “Look! It is against the Law to do this on the Sabbath day. But your disciples are doing it anyway!”
3Jesus answered, “Haven’t you read about what David did? He and his men were hungry. 4So he entered the house of God. He and his men ate the holy bread. Only priests were allowed to eat it. 5Haven’t you read the Law? It tells how every Sabbath day the priests in the temple have to do their work on that day. But they are not considered guilty. 6I tell you that something more important than the temple is here. 7Scripture says, ‘I want mercy and not sacrifice.’ (Hosea 6:6) You don’t know what those words mean. If you did, you would not bring charges against those who are not guilty. 8The Son of Man is Lord of the Sabbath day.”
9Going on from that place, Jesus went into their synagogue. 10A man with a weak and twisted hand was there. The Pharisees were trying to accuse Jesus of a crime. So they asked him, “Does the Law allow us to heal on the Sabbath day?”
11He said to them, “What if one of your sheep falls into a pit on the Sabbath day? Won’t you take hold of it and lift it out? 12A person is worth more than sheep! So the Law allows us to do good on the Sabbath day.”
13Then Jesus said to the man, “Stretch out your hand.” So he stretched it out. It had been made as good as new. It was just as good as the other hand. 14But the Pharisees went out and planned how to kill Jesus.
God’s Chosen Servant
15Jesus knew all about the Pharisees’ plans. So he left that place. A large crowd followed him, and he healed all who were sick. 16But he warned them not to tell other people about him. 17This was to make what was spoken through the prophet Isaiah come true. It says,
18“Here is my servant. I have chosen him.
He is the one I love. I am very pleased with him.
I will put my Spirit on him.
He will announce to the nations that everything will be made right.
19He will not argue or cry out.
No one will hear his voice in the streets.
20He will not break a bent twig.
He will not put out a dimly burning flame.
He will make right win over wrong.
21The nations will put their hope in him.” (Isaiah 42:1–4)
Jesus and Beelzebul
22A man controlled by demons was brought to Jesus. The man was blind and could not speak. Jesus healed him. Then the man could speak and see. 23All the people were amazed. They said, “Could this be the Son of David?”
24The Pharisees heard this. So they said, “This fellow drives out demons by the power of Beelzebul, the prince of demons.”
25Jesus knew what they were thinking. So he said to them, “Every kingdom that fights against itself will be destroyed. Every city or family that is divided against itself will not stand. 26If Satan drives out Satan, he fights against himself. Then how can his kingdom stand? 27You say I drive out demons by the power of Beelzebul. Then by whose power do your people drive them out? So then, they will be your judges. 28But suppose I drive out demons by the Spirit of God. Then the kingdom of God has come to you.
29“Or think about this. How can you enter a strong man’s house and just take what the man owns? You must first tie him up. Then you can rob his house.
30“Anyone who is not with me is against me. Anyone who does not gather sheep with me scatters them. 31So here is what I tell you. Every kind of sin and every evil word spoken against God will be forgiven. But speaking evil things against the Holy Spirit will not be forgiven. 32Anyone who speaks a word against the Son of Man will be forgiven. But anyone who speaks against the Holy Spirit will not be forgiven. A person like that won’t be forgiven either now or in days to come.
33“If you make a tree good, its fruit will be good. If you make a tree bad, its fruit will be bad. You can tell a tree by its fruit. 34You nest of poisonous snakes! How can you who are evil say anything good? Your mouths say everything that is in your hearts. 35A good man says good things. These come from the good that is stored up inside him. An evil man says evil things. These come from the evil that is stored up inside him. 36But here is what I tell you. On judgment day, everyone will have to account for every empty word they have spoken. 37By your words you will be found guilty or not guilty.”
The Sign of Jonah
38Some of the Pharisees and the teachers of the law came to Jesus. They said, “Teacher, we want to see a sign from you.”
39He answered, “Evil and unfaithful people ask for a sign! But none will be given except the sign of the prophet Jonah. 40Jonah was in the belly of a huge fish for three days and three nights. Something like that will happen to the Son of Man. He will spend three days and three nights in the grave. 41The men of Nineveh will stand up on judgment day with the people now living. And the Ninevites will prove that these people are guilty. The men of Nineveh turned away from their sins when Jonah preached to them. And now something more important than Jonah is here. 42The Queen of the South will stand up on judgment day with the people now living. And she will prove that they are guilty. She came from very far away to listen to Solomon’s wisdom. And now something more important than Solomon is here.
43“What happens when an evil spirit comes out of a person? It goes through dry areas looking for a place to rest. But it doesn’t find it. 44Then it says, ‘I will return to the house I left.’ When it arrives there, it finds the house empty. The house has been swept clean and put in order. 45Then the evil spirit goes and takes with it seven other spirits more evil than itself. They go in and live there. That person is worse off than before. That is how it will be with the evil people of today.”
Jesus’ Mother and Brothers
46While Jesus was still talking to the crowd, his mother and brothers stood outside. They wanted to speak to him. 47Someone told him, “Your mother and brothers are standing outside. They want to speak to you.”
48Jesus replied to him, “Who is my mother? And who are my brothers?” 49Jesus pointed to his disciples. He said, “Here is my mother! Here are my brothers! 50Anyone who does what my Father in heaven wants is my brother or sister or mother.”
