Josías, rey de Judá
34:1-2 – 2R 22:1-2
34:8-13 – 2R 22:3-7
1Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén treinta y un años. 2Josías hizo lo que agrada al Señor, pues siguió el buen ejemplo de su antepasado David; no se desvió de él en el más mínimo detalle.
3En el año octavo de su reinado, siendo aún muy joven, Josías comenzó a buscar al Dios de su antepasado David. En el año duodécimo empezó a purificar a Judá y a Jerusalén, quitando los altares paganos, las imágenes de la diosa Aserá, así como los ídolos y las imágenes de metal fundido. 4En su presencia fueron destruidos los altares de los baales y los altares sobre los que se quemaba incienso; también fueron despedazadas las imágenes para el culto a Aserá, y los ídolos y las imágenes de metal fundido fueron reducidos a polvo, el cual fue esparcido sobre las tumbas de los que les habían ofrecido sacrificios. 5Quemó sobre los altares los huesos de los sacerdotes, purificando así a Judá y a Jerusalén. 6Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y Neftalí, y en las ruinas a sus alrededores. 7En toda la región de Israel destruyó los altares, redujo a polvo los ídolos y las imágenes de la diosa Aserá y derribó los altares para quemar incienso. Luego regresó a Jerusalén.
8En el año dieciocho de su reinado, después de haber purificado el país y el Templo, Josías envió a Safán, hijo de Asalías, y a Maseías, gobernador de la ciudad, junto con el secretario Joa, hijo de Joacaz, a que repararan el Templo del Señor su Dios.
9Estos se presentaron ante el sumo sacerdote Jilquías y le entregaron el dinero que había sido recaudado en el Templo de Dios; también, el que los levitas porteros habían recibido de los habitantes de Manasés y Efraín, y de todo el resto de Israel, Judá, Benjamín y de los habitantes de Jerusalén. 10Luego entregaron el dinero a los que supervisaban la restauración del Templo y estos se lo dieron a los trabajadores que estaban reparando y restaurando el Templo del Señor. 11También dieron dinero a los carpinteros y maestros de obra, a fin de que compraran piedras de cantera y madera para las vigas y los soportes de los edificios que los reyes de Judá habían dejado deteriorar.
12Estos hombres realizaban su trabajo con fidelidad. Los que estaban al frente de ellos eran los levitas Yajat y Abdías, descendientes de Merari, y Zacarías y Mesulán, descendientes de Coat. Los levitas, que eran hábiles en tocar instrumentos de música, 13eran los jefes de los cargadores y de todos los que trabajaban en la obra, fuera cual fuera su tarea. Entre los levitas había cronistas, oficiales y porteros.
Hallazgo del libro de la Ley
34:14-28 – 2R 22:8-20
34:29-32 – 2R 23:1-3
14Al sacar el dinero recaudado en el Templo del Señor, el sacerdote Jilquías encontró el libro de la Ley del Señor, dada por medio de Moisés. 15Jilquías dijo al cronista Safán: «He encontrado el libro de la Ley en el Templo del Señor». Entonces se lo entregó, 16y Safán se lo llevó al rey. Le dijo:
—Sus servidores están haciendo todo cuanto se les ha encargado. 17Han recogido el dinero34:17 recogido el dinero. Lit. fundido la plata. que estaba en el Templo del Señor y se lo han entregado a los supervisores y a los trabajadores.
18En sus funciones de cronista, Safán también informó al rey que el sumo sacerdote Jilquías le había entregado un libro, el cual leyó en presencia del rey.
19Cuando el rey oyó las palabras de la Ley, se rasgó las vestiduras en señal de duelo 20y dio esta orden a Jilquías, a Ajicán, hijo de Safán, a Abdón, hijo de Micaías, al cronista Safán y a Asaías, su ministro personal:
21—Con respecto a lo que dice este libro que se ha encontrado, vayan a consultar al Señor por mí y por el remanente de Israel y de Judá. Sin duda que la gran ira del Señor se ha derramado contra nosotros porque nuestros antepasados no tuvieron en cuenta su palabra, ni actuaron según lo que está escrito en este libro.
22Jilquías y los demás comisionados del rey fueron a consultar a la profetisa Huldá, que vivía en el barrio nuevo de Jerusalén. Huldá era la esposa de Salún, el encargado del vestuario, quien era hijo de Ticvá34:22 Ticvá (mss. de LXX y Siríaca; véase 2R 22:14); Tocat (TM). y nieto de Jarjás.
23Huldá les contestó: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Díganle al que los ha enviado 24que yo, el Señor, les advierto: ‘Voy a enviar una desgracia sobre este lugar y sus habitantes, y haré que se cumplan todas las maldiciones que están escritas en el libro que se ha leído ante el rey de Judá. 25Ellos me han abandonado; han quemado incienso a otros dioses y con todos sus ídolos34:25 todos sus ídolos. Lit. todas las obras de sus manos. han provocado mi ira. Por eso arde mi ira contra este lugar y no se apagará’. 26Pero al rey de Judá, que los envió a consultarme, díganle que en cuanto a las palabras que él ha oído, yo, el Señor, Dios de Israel, afirmo: 27‘Como te has conmovido y humillado ante Dios al escuchar lo que he anunciado contra este lugar y sus habitantes; y como te has rasgado las vestiduras y has llorado en mi presencia, yo te he escuchado. Yo, el Señor, lo afirmo. 28Por lo tanto, te reuniré con tus antepasados y serás sepultado en paz. Tus ojos no verán la desgracia que voy a enviar sobre este lugar y sobre sus habitantes’ ”».
Así que ellos regresaron para informar al rey.
Renovación del pacto
29Entonces el rey mandó convocar a todos los jefes de Judá y Jerusalén. 30Acompañado de toda la gente de Judá y de Jerusalén, de los sacerdotes, de los levitas y, en fin, de la nación entera, desde el más grande hasta el más pequeño, el rey subió al Templo del Señor. Entonces, en presencia de ellos leyó todo lo que está escrito en el libro del pacto que fue hallado en el Templo del Señor. 31Después se puso de pie junto a la columna del rey y en presencia del Señor renovó el pacto. Se comprometió a seguir al Señor y a cumplir, de todo corazón y con toda el alma, sus mandamientos, estatutos y mandatos, cumpliendo así las palabras del pacto escritas en este libro.
32Después hizo que todos los que se encontraban en Jerusalén y en Benjamín confirmaran el pacto. Y así los habitantes de Jerusalén actuaron según el pacto del Dios de sus antepasados.
33Josías suprimió todas las costumbres detestables que había en todo el territorio de los israelitas e hizo que todos los que se hallaban en Israel adoraran al Señor su Dios. Mientras Josías vivió, no abandonaron al Señor, Dios de sus antepasados.
Kong Josias’ reformkampagne
2.Kong. 22,1-7; 23,4-20
1Josias var otte år gammel, da han blev konge, og han regerede i Jerusalem i 31 år. 2Han gjorde, hvad der var ret i Herrens øjne og fulgte i sin forfar Davids spor.
3I sit ottende regeringsår begyndte den unge konge at søge sin forfar Davids Gud. Fire år senere begyndte han på en omfattende udrensning i Juda og Jerusalem, hvor han fjernede afgudsaltrene, Asherapælene og de mange afgudsbilleder. 4Han sørgede for, at både brændofferaltrene og røgelsesaltrene for Ba’al blev revet ned, at Asherapælene blev hugget om, og at de udskårne og støbte afgudsbilleder blev knust til støv og resterne spredt ud på de folks grave, som havde dyrket afguderne. 5Han tog afgudspræsternes knogler og brændte dem på deres egne altre. På den måde foretog han en udrensning i Jerusalem og hele Judas land.
6Han foretog en lignende udrensning i byerne i Manasse, Efraim og Simeon, ja, endog helt oppe i Naftali mod nord. 7Han rev afgudsaltrene og Asherapælene ned, knuste afgudsbillederne til støv og ødelagde røgelsesaltrene. Efter at have gennemført denne udrensning over hele Israel vendte han tilbage til Jerusalem.
8I Josias’ 18. regeringsår, mens han var i fuld gang med at rense landet og templet for afgudsdyrkelse, udnævnte han tre mænd til at have overopsyn med restaureringen af templet. Mændene var: Shafan, søn af Atzalja; Ma’aseja, guvernøren over Jerusalem; og Joa, søn af Joahaz, byens kasserer. 9Disse mænd gik op til ypperstepræsten Hilkija og fik fat i de penge, der var blevet indsamlet som gaver til templet under opsyn af levitterne, der stod vagt ved templets indgang. Gaverne var blevet bragt af Efraims, Manasses og resten af Nordrigets befolkning samt af Judas, Benjamins og Jerusalems indbyggere. 10-11Pengene gav de videre til dem, der var ansvarlige for vedligeholdelsen af templet, så de kunne betale udgifterne til restaureringen, indkøb af tømmer og stenblokke og løn til tømrerne og stenhuggerne. De foregående konger i Juda havde nemlig ladet templet fuldstændig forfalde.
12Mændene udførte deres arbejde samvittighedsfuldt under opsyn af Jahat og Obadja af Meraris slægt og Zekarja og Meshullam af Kehats slægt. De levitter, som normalt skulle synge og spille i templet, 13havde opsyn med arbejderne, der udførte deres forskellige opgaver. Andre levitter fik til opgave at tage sig af regnskaber, skrivebordsarbejde og at holde vagt.
Ypperstepræsten finder lovbogen under restaureringen
2.Kong. 22,8-20
14En dag mens ypperstepræsten Hilkija var i færd med at hente de indsamlede penge i templet, fandt han en kopi af den lovbog, som Gud i sin tid havde givet til Moses.
15Straks gav han besked til Shafan, statssekretæren: „Jeg har fundet lovbogen i Herrens hus.” Derefter overlod han bogrullen til Shafan. 16Shafan gik nu til kongen med bogrullen og aflagde følgende rapport: „Dine embedsmænd har gjort alt, hvad du har bedt dem om. 17De penge, der er blevet indsamlet i templet, har vi udbetalt til opsynsmændene, som aflønner arbejderne.” 18Derefter tilføjede han: „Præsten Hilkija gav mig denne bog.” Så gav han sig til at læse op for kongen. 19Da kongen hørte, hvad der stod i bogen, blev han så fortvivlet, at han rev en flænge i sit tøj. 20Øjeblikkeligt tilkaldte han Hilkija og nogle flere af sine embedsmænd. Det var Shafans søn Ahikam, Mikas søn Abdon og hans personlige tjener Asaja.
21„Gå hen og rådspørg Herren på mine og hele Israels folks vegne om indholdet af denne lovbog,” sagde han. „Herren er uden tvivl vred på os, for vores forfædre har ikke adlydt Herrens ord, som de står skrevet i denne bog.”
22Derpå gik ypperstepræsten og de fire embedsmænd hen til Jerusalems nye bydel, hvor profeten Hulda boede sammen med sin mand, Shallum (en søn af Tokhat, som var søn af Hasra). Shallum havde ansvar for præstedragterne. 23-24Hulda sagde til dem: „Herren, Israels Gud, siger: ‚Sig til den mand, som sendte jer, at jeg, Herren, vil straffe dette sted og dets indbyggere i overensstemmelse med de forbandelser, der står i den bog, som nu er blevet læst op for Judas konge, 25for de har forkastet mig til fordel for andre guder. De har ofret røgelse til afguderne og provokeret mig med alle deres afgudsbilleder. Jeg må straffe dem, og straffen står ikke til at ændre. 26Men til kongen, som sendte jer for at rådspørge Herren, skal I overbringe følgende personlige budskab: Den straf, som du lige har hørt om, står fast, 27men fordi du var fortvivlet over, hvad der er sket, og ydmygede dig for mig, da du hørte om mine advarsler om den forbandelse og ødelæggelse, der skal ramme landet, og fordi du flængede dit tøj og græd for mit ansigt, så vil jeg bønhøre dig. 28Jeg vil udskyde dommens time over Jerusalem, så byen ikke bliver ødelagt i din levetid. Du skal få lov at dø i fred og blive skånet for at være vidne til den katastrofe, jeg sender over dette sted og dets indbyggere.’ ” Med det budskab vendte de tilbage til kongen.
Josias og folket lover atter at overholde pagtens betingelser
2.Kong. 23,1-3
29Kong Josias indkaldte nu alle Judas og Jerusalems ledere, 30alle præsterne, levitterne og resten af folket, høj såvel som lav, til et stort møde på tempelpladsen. Han bekendtgjorde, at pagtens bog var blevet fundet i templet, og befalede, at der skulle læses op fra den. 31Derefter stillede han sig ved søjlen foran indgangen til templet og aflagde et højtideligt løfte til Herren om altid at adlyde ham og omhyggeligt overholde bogens befalinger og forskrifter af hele sit hjerte og med hele sin sjæl. Han indviede sig til at opfylde alle pagtens betingelser. 32Bagefter fik han alle i Jerusalem og Benjamin til at aflægge samme løfte til deres forfædres Gud.
33Josias fjernede alle de afskyelige afgudsaltre og -billeder i hele Israels område og befalede, at alle skulle tilbede Herren. Og så længe han levede, vendte de sig ikke bort fra Herren, som var deres og deres forfædres Gud.
