2 Crónicas 25 – NVI & HOF

Nueva Versión Internacional

2 Crónicas 25:1-28

Amasías, rey de Judá

25:1-42R 14:1-6

25:11-122R 14:7

25:17-282R 14:8-20

1Amasías tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén veintinueve años. Su madre era Joadán, oriunda de Jerusalén. 2Amasías hizo lo que agrada al Señor, aunque no de todo corazón. 3Después de afianzarse en el poder, Amasías mató a los ministros que habían asesinado a su padre el rey. 4Sin embargo, según lo que ordenó el Señor, no mató a los hijos de los asesinos, pues está escrito en el libro de la Ley de Moisés: «No se dará muerte a los padres por la culpa de sus hijos ni se dará muerte a los hijos por la culpa de sus padres. Cada uno morirá por su propio pecado».25:4 Dt 24:16.

5Amasías reunió a los de Judá. Puso al frente de todo Judá y Benjamín comandantes de mil y de cien soldados, agrupados según sus familias patriarcales. Censó a los hombres mayores de veinte años y resultó que había trescientos mil hombres aptos para ir a la guerra y capaces de manejar la lanza y el escudo. 6Además, por la suma de cien talentos25:6 Es decir, aprox. 3.4 t; también en v. 9. de plata contrató a cien mil guerreros valientes de Israel.

7Pero un hombre de Dios fue a verlo y le dijo:

—Su Majestad, no permita que el ejército de Israel vaya con usted, porque el Señor no está con esos efraimitas. 8Si usted va con ellos, aunque luche valerosamente, Dios lo derribará en la cara misma de sus enemigos, porque Dios tiene poder para ayudar y poder para derribar.

9Amasías preguntó al hombre de Dios:

—¿Qué va a pasar con los cien talentos de plata que pagué al ejército de Israel?

—El Señor puede darle a usted mucho más que eso —respondió.

10Entonces Amasías dio de baja a las tropas israelitas que habían llegado de Efraín y las hizo regresar a su país. A raíz de eso, las tropas se enojaron mucho con Judá y regresaron furiosas a sus casas.

11Armándose de valor, Amasías guio al ejército hasta el valle de la Sal, donde mató a diez mil hombres de Seír. 12El ejército de Judá capturó vivos a otros diez mil. A estos los hicieron subir a la cima de una roca, y desde allí los despeñaron. Todos murieron destrozados.

13Mientras esto sucedía, las tropas que Amasías había dado de baja se lanzaron contra las ciudades de Judá. Luego, desde Samaria hasta Bet Jorón, mataron a tres mil personas y se llevaron un enorme botín.

14Cuando Amasías regresó de derrotar a los edomitas, se llevó consigo los dioses de los habitantes de Seír y los adoptó como sus dioses, adorándolos y quemándoles incienso. 15Por eso el Señor se encendió en ira contra Amasías y le envió un profeta con este mensaje:

—¿Por qué sigues a unos dioses que no pudieron librar de tus manos a su propio pueblo?

16El rey interrumpió al profeta y le respondió:

—¿Y quién te ha nombrado consejero del rey? Si no quieres que te maten, ¡no sigas fastidiándome!

El profeta se limitó a añadir:

—Solo sé que, por haber hecho esto y por no seguir mi consejo, Dios ha resuelto destruirte.

17Amasías, rey de Judá, siguiendo el consejo de otros, envió mensajeros a Joás, hijo de Joacaz y nieto de Jehú, rey de Israel, con este reto: «¡Ven acá, para que nos enfrentemos!».

18Pero Joás, rey de Israel, respondió a Amasías, rey de Judá: «El cardo del Líbano mandó este mensaje al cedro: “¡Entrega a tu hija como esposa a mi hijo!”. Pero luego pasaron por allí las fieras del Líbano y aplastaron el cardo. 19Tú te jactas de haber derrotado a los edomitas y el éxito se te ha subido a la cabeza. Está bien, jáctate si quieres, pero quédate en casa. ¿Para qué provocas una desgracia que significará tu perdición y la de Judá?».

20Como estaba en los planes de Dios entregar a Amasías en poder del enemigo por haber seguido a los dioses de Edom, Amasías no le hizo caso. 21Así que Joás, rey de Israel, marchó a Bet Semes, que está en Judá, para enfrentarse con él. 22Los israelitas vencieron a los de Judá, y estos huyeron a sus casas. 23En Bet Semes, Joás, rey de Israel, capturó a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás y nieto de Joacaz.25:23 Joacaz es otra forma del nombre Ocozías. Luego fue a Jerusalén y derribó cuatrocientos codos25:23 Es decir, aprox. 180 m. de la muralla, desde la puerta de Efraín hasta la puerta de la Esquina. 24Además, se apoderó de todo el oro, la plata y los utensilios que estaban en el Templo de Dios bajo el cuidado de Obed Edom. También se llevó los tesoros del palacio real, tomó rehenes y regresó a Samaria.

25Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, sobrevivió quince años a Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel. 26Los demás acontecimientos del reinado de Amasías, desde el primero hasta el último, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel. 27Desde el momento en que Amasías abandonó al Señor, se tramó una conspiración contra él en Jerusalén. Entonces Amasías huyó a Laquis, pero lo persiguieron y allí lo mataron. 28Luego lo llevaron a caballo hasta la capital de Judá, donde fue sepultado con sus antepasados.

Hoffnung für Alle

2. Chronik 25:1-28

König Amazja von Juda

(2. Könige 14,1‒6)

1Amazja wurde mit 25 Jahren König und regierte 29 Jahre in Jerusalem. Seine Mutter hieß Joaddan und stammte aus Jerusalem. 2Amazja tat, was dem Herrn gefiel, aber er diente ihm nicht von ganzem Herzen. 3Sobald Amazja die Herrschaft fest in Händen hatte, ließ er die Diener hinrichten, die seinen Vater, König Joasch, ermordet hatten. 4Ihre Söhne jedoch ließ er am Leben und folgte so dem Gebot des Herrn, wie es im Gesetzbuch von Mose steht: »Eltern sollen nicht für die Verbrechen ihrer Kinder hingerichtet werden und Kinder nicht für die Schuld ihrer Eltern. Jeder soll nur für seine eigene Sünde bestraft werden.«25,4 5. Mose 24,16

Amazjas Krieg gegen die Edomiter

(2. Könige 14,7)

5Amazja rief alle Männer aus den Stämmen Juda und Benjamin zusammen und ließ sie nach Sippen geordnet antreten. Er teilte sie in Gruppen von 1000 und 100 Männern ein, mit Hauptleuten und Offizieren an der Spitze. Alle, die 20 Jahre und älter waren, wurden zum Kriegsdienst einberufen, und so kam ein Heer von 300.000 Mann zusammen. Alle waren mit Langschild und Speer bewaffnet. 6Danach warb Amazja noch 100.000 erfahrene Soldaten aus Israel an, denen er insgesamt 3,5 Tonnen Silber als Sold bezahlte.

7Da kam ein Prophet zu Amazja und warnte ihn: »Mein König, zieh ohne die israelitischen Truppen in den Krieg, denn der Herr steht ihnen nicht bei! 8Wenn du aber meinst, nur mit ihrer Hilfe stark genug zu sein, dann wird Gott euch in der Schlacht zu Fall bringen. Denn es liegt in Gottes Macht, den Sieg zu schenken oder in den Untergang zu stürzen.« 9Amazja entgegnete: »Und was ist mit den 3,5 Tonnen Silber, die ich den Israeliten bezahlt habe?« Der Prophet antwortete: »Ist der Herr nicht mächtig genug, dir viel mehr als das zu geben?« 10Da entließ Amazja alle Söldner aus dem Nordreich Israel und schickte sie zurück. Sie nahmen es ihm sehr übel und zogen voller Zorn nach Hause.

11Amazja wagte trotzdem einen Angriff. Er führte sein Heer in das Salztal und errang einen Sieg über die Edomiter. 10.000 von ihnen fielen in der Schlacht, 12und weitere 10.000 wurden gefangen genommen. Die Soldaten von Juda führten die Gefangenen auf einen hohen Felsen und stürzten sie von dort hinunter, so dass alle zerschmettert wurden.

13Inzwischen waren die Söldner aus Israel, die Amazja noch vor der Schlacht weggeschickt hatte, in jüdische Städte zwischen Samaria und Bet-Horon eingefallen. Dabei hatten sie 3000 Menschen umgebracht und große Beute gemacht.

Amazja verehrt andere Götter

14Nach seiner Rückkehr vom Kampf gegen die Edomiter stellte Amazja Götterstatuen auf, die er von dort mitgebracht hatte. Er fiel vor ihnen nieder und brachte ihnen Opfer dar. 15Da wurde der Herr zornig auf Amazja. Er schickte einen Propheten zu ihm und ließ ihm sagen: »Warum verehrst du diese Götter, die ihr Volk nicht einmal vor dir retten konnten?« 16Amazja fiel dem Propheten ins Wort: »Hat man dich etwa zu meinem Berater ernannt? Halt den Mund! Oder willst du, dass ich dich töten lasse?« Da redete der Prophet nicht weiter. Er sagte nur noch: »Ich weiß, dass Gott dich vernichten wird, weil du andere Götter verehrst und meine Warnung in den Wind schlägst.«

Amazja führt Krieg gegen König Joasch von Israel

(2. Könige 14,8‒14)

17Amazja von Juda sprach mit seinen Beratern und schickte Boten zu König Joasch von Israel, dem Sohn von Joahas und Enkel von Jehu. Sie sollten ihm ausrichten: »Lass uns gegeneinander Krieg führen! Dann sehen wir, wessen Heer stärker ist!« 18Joasch, der König von Israel, ließ ihm antworten: »Ein Dornstrauch auf dem Libanongebirge sagte einmal zu einer mächtigen Zeder: ›Gib meinem Sohn deine Tochter zur Frau!‹ Doch die Tiere auf dem Libanon liefen über den Dornstrauch und zertrampelten ihn. 19Gewiss, du hast die Edomiter geschlagen, aber das ist dir wohl zu Kopf gestiegen! Bleib lieber zu Hause und genieße deinen Sieg! Warum willst du ins Unglück rennen und ganz Juda mit hineinreißen?« 20Doch Amazja ließ sich nicht warnen. Denn Gott wollte ihn und sein Volk in die Gewalt der Israeliten geben, weil sie sich den Göttern der Edomiter zugewandt hatten.

21Da zog König Joasch von Israel mit seinem Heer nach Juda, und bei Bet-Schemesch kam es zur Schlacht zwischen ihm und König Amazja. 22Die Judäer wurden von den Israeliten besiegt und flohen nach Hause. 23König Amazja von Juda, der Sohn von Joasch und Enkel von Ahasja, wurde vom israelitischen König noch in Bet-Schemesch gefangen genommen und nach Jerusalem gebracht. Joasch ließ die Stadtmauer auf einer Länge von 200 Metern einreißen, vom Ephraimtor bis zum Ecktor. 24Er plünderte alles Gold und Silber und alle kostbaren Gegenstände aus der Schatzkammer des Tempels, die von Obed-Edom bewacht wurde. Auch die Schatzkammer des Königspalasts raubte er aus. Mit dieser Beute und einer Anzahl von Geiseln kehrte er nach Samaria zurück.

Amazjas Tod

(2. Könige 14,17‒20)

25Nach dem Tod von Joasch, dem König von Israel, lebte Amazja, der König von Juda, noch fünfzehn Jahre. 26Alles Weitere über Amazjas Leben steht in der Chronik der Könige von Juda und Israel. 27Seit er sich vom Herrn abgewandt hatte, begann man sich in Jerusalem gegen ihn zu verschwören. Er konnte zwar nach Lachisch entkommen, aber die Verschwörer ließen ihn verfolgen, und so wurde er schließlich in Lachisch umgebracht. 28Man lud den Toten auf ein Pferd und brachte ihn zur »Stadt Davids«, einem Stadtteil von Jerusalem. Dort wurde er im Grab der Königsfamilie beigesetzt.