Salmo 119:89-96
Tu palabra, Señor, es eterna
y está firme en los cielos.
Tu fidelidad permanece por todas las generaciones;
estableciste la tierra y quedó firme.
Todo subsiste hoy, conforme a tus leyes,
porque todo está a tu servicio.
Si tu Ley no fuera mi regocijo,
la aflicción habría acabado conmigo.
Jamás me olvidaré de tus preceptos,
pues con ellos me has dado vida.
¡Sálvame, pues te pertenezco
y escudriño tus preceptos!
Los malvados esperan destruirme,
pero yo me esfuerzo por entender tus mandatos.
He visto que aun la perfección tiene sus límites;
¡solo tus mandamientos son infinitos!
Mem