Ezequiel 26:1-21, Ezequiel 27:1-36 NVI

Ezequiel 26:1-21

Profecía contra Tiro

En el onceavo mes del décimo segundo26:1 Lectura probable del texto hebreo original; el TM no incluye la frase mes del décimo segundo. año, en el primer día del mes, el Señor me dirigió la palabra: «Hijo de hombre, Tiro ha dicho de Jerusalén: “¡Ah! Las puertas de las naciones se han derrumbado; sus puertas se me han abierto de par en par; ahora que está en ruinas yo prosperaré”. Por eso, así dice el Señor y Dios: Tiro, yo me declaro contra ti, y así como el mar levanta sus olas, voy a hacer que contra ti se levanten muchas naciones. Destruirán los muros de Tiro y derribarán sus torres. Hasta los escombros barreré de su lugar; ¡la dejaré como roca desnuda! ¡Quedará en medio del mar como un tendedero de redes! Yo, el Señor y Dios, lo afirmo. Tiro será despojo de las naciones y sus poblados tierra adentro serán devastados a filo de espada. Entonces sabrán que yo soy el Señor.

»Así dice el Señor y Dios: Desde el norte voy a traer contra Tiro a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes. Vendrá con un gran ejército de caballos, con carros de guerra y jinetes. Tus poblados tierra adentro serán devastados a filo de espada. Y construirá contra ti torres de asalto, levantará rampas para atacarte y alzará sus escudos. Atacará tus muros con arietes y con sus armas destruirá tus torres. Sus caballos serán tan numerosos que te cubrirán de polvo. Tus muros temblarán por el estruendo de su caballería y de sus carros; cuando él entre por tus puertas, lo hará como se entra a una ciudad cuyos muros se han derrumbado. Con los cascos de sus caballos pisoteará todas tus calles; matará a tu pueblo a filo de espada y tus sólidas columnas caerán por tierra. Además, saquearán tus riquezas y robarán tus mercancías. Derribarán tus muros, demolerán tus suntuosos palacios y arrojarán al mar tus piedras, vigas y escombros. Así pondré fin al ruido de tus canciones y no se volverá a escuchar la melodía de tus arpas. Te convertiré en una roca desnuda, en un tendedero de redes y no volverás a ser edificada. Yo, el Señor, lo he dicho. Yo, el Señor y Dios, lo afirmo.

»Así dice el Señor y Dios a Tiro: Las naciones costeras temblarán ante el estruendo de tu caída, el gemido de tus heridos y la masacre de tus habitantes. Todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, se quitarán los mantos y se despojarán de las vestiduras bordadas. Llenos de pánico se sentarán en el suelo; espantados por tu condición temblarán sin cesar y sobre ti entonarán este lamento:

»“¡Cómo has sido destruida, ciudad famosa,

habitada por gente del mar!

¡Tú en el mar eras poderosa!

¡Con tus habitantes infundías terror

a todos los que vivan allí!

Ahora, en el día de tu caída,

tiemblan los pueblos costeros

y las islas que están en el mar

se aterrorizan ante tu debacle”.

»Así dice el Señor y Dios: Te convertiré en lugar de ruinas, como toda ciudad deshabitada. Haré que te cubran las aguas caudalosas del océano. Te haré descender con los que descienden a la fosa; te haré habitar en lo más profundo de la tierra, en el país de eternas ruinas, con los que descienden a la fosa. No volverás a ser habitada ni reconstruida26:20 ni reconstruida (LXX); y daré gloria (TM). en la tierra de los vivientes. Te convertiré en objeto de espanto, y ya no volverás a existir. Te buscarán, pero jamás podrán encontrarte, afirma el Señor y Dios».

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Ezequiel 27:1-36

Lamento por la caída de Tiro

La palabra del Señor vino a mí y me dijo: «Hijo de hombre, dedícale este lamento a Tiro, ciudad asentada junto al mar y que hace negocios con pueblos de muchas costas lejanas:

»Así dice el Señor y Dios:

»“Tú dices, Tiro:

‘Soy perfecta en hermosura’.

Tu dominio está en alta mar,

tus constructores resaltaron tu hermosura.

Con cipreses del monte Senir

hicieron todos tus entablados.

Con cedros del Líbano

armaron tu mástil.

Con encinas de Basán

construyeron tus remos,

y con cipreses de las costas de Chipre

ensamblaron tu cubierta,

la cual fue decorada con incrustaciones de marfil.

Con tela de lino bordada de Egipto hicieron tus velas

y estas te sirvieron de bandera.

De las costas de Elisá trajeron

telas de azul y carmesí para tu toldo.

Habitantes de Sidón y de Arvad eran tus remeros.

Los más hábiles timoneles de Tiro estaban a bordo.

Los hábiles veteranos de Guebal27:9 Guebal. Es decir, Byblos.

repararon los daños en la nave.

Los marineros de todas las naves del mar

negociaron con tus mercancías.

»”Hombres de Persia, Lidia y Fut

militaron en tu ejército.

Te adornaron con escudos y cascos;

¡sacaron a relucir tu esplendor!

Los de Arvad y los de Jélec

defendían los muros que te rodean

y los de Gamad estaban

apostados en tus torres.

A lo largo de tus muros colgaban sus escudos,

haciendo resaltar tu hermosura.

»”Era tal tu riqueza que Tarsis comerciaba contigo. A cambio de tu mercadería, ella te ofrecía plata, hierro, estaño y plomo.

»”También Grecia, Tubal y Mésec negociaban contigo; a cambio de tus mercancías te ofrecían esclavos y objetos de bronce.

»”La gente de Bet Togarma te pagaba con caballos de trabajo, caballos de montar y mulos.

»”Los habitantes de Rodas27:15 Rodas (LXX); Dedán (TM). también comerciaban contigo. Concretabas negocios con muchas islas del mar, las cuales te pagaban con ébano y colmillos de marfil.

»”Por los muchos productos que tenías, Aram comerciaba contigo y a cambio te entregaba turquesa, telas teñidas de color púrpura, telas bordadas, de hilo de lino fino, corales y rubíes.

»”Judá e Israel también comerciaban contigo. Te ofrecían trigo de Minit, pasteles,27:17 pasteles. Palabra de difícil traducción. miel, aceite y bálsamo.

»”Por la gran cantidad de tus productos y por la abundancia de tu riqueza, también Damasco comerciaba contigo. Te pagaba con vino de Jelbón y lana de Sajar. A cambio de tus mercancías, los danitas y los griegos te traían de Uzal hierro forjado, casia y caña aromática.

»”Dedán te vendía aparejos para montar.

»”Tus clientes eran Arabia y todos los príncipes de Cedar, quienes te pagaban con corderos, carneros y chivos.

»”También eran tus clientes los comerciantes de Sabá y Ragama. A cambio de mercancías, te entregaban oro, piedras preciosas y los mejores perfumes.

»”Jarán, Cané, Edén y los comerciantes de Sabá, Asiria y Quilmad negociaban contigo. Para abastecer tus mercados te vendían hermosas telas, mantos de color azul, bordados, tapices de muchos colores y cuerdas muy bien trenzadas.

»”Las naves de Tarsis

transportaban tus mercancías.

Cargada de riquezas,

navegabas en el corazón de los mares.

Tus remeros te llevaron por mares profundos,

pero el viento del este te hará pedazos

en el corazón de los mares.

El día de tu naufragio

se hundirán en el corazón de los mares

tu riqueza, tu mercancía y tus productos,

tus marineros y tus timoneles,

los que reparan tus naves y tus comerciantes,

tus soldados y toda tu tripulación.

Al grito de tus timoneles

temblarán las costas.

Todos los remeros abandonarán las naves;

marineros y timoneles bajarán a tierra.

Por ti levantarán la voz

y llorarán con amargura;

se echarán polvo en la cabeza

y se revolcarán en ceniza.

Por tu culpa se raparán la cabeza,

y se vestirán de luto.

Llorarán por ti con gran amargura,

y con angustiosos quejidos.

Entonarán sentidos lamentos

y en tono de amarga queja dirán:

‘¿Quién en medio de los mares

podía compararse a Tiro?’.

Cuando desembarcaban tus productos

muchas naciones quedaban satisfechas.

Con tus muchas riquezas y mercancías,

enriquecías a los reyes de la tierra.

Pero ahora el mar te ha hecho pedazos,

¡yaces en lo profundo de las aguas!

Tus mercancías y toda tu tripulación

se hundieron contigo.

Por ti están horrorizados

todos los habitantes de las costas;

sus reyes tiemblan de miedo,

y en su rostro se dibuja el terror.

Atónitos se han quedado

los comerciantes de otros países.

¡Tu fin ha llegado!

¡Nunca más volverás a existir!”».

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