Salmo 50:1-15 NVI

Salmo 50:1-15

Salmo 50

Salmo de Asaf.

Habla el Señor, el Dios poderoso:

convoca a la tierra de oriente a occidente.

Dios resplandece desde Sión,

la ciudad bella y perfecta.

Nuestro Dios viene,

pero no en silencio;

lo precede un fuego que todo lo destruye

y a su alrededor ruge la tormenta.

Dios convoca a los altos cielos y a la tierra,

para que presencien el juicio de su pueblo:

«Reúnanme a los que me son fieles,

a los que pactaron conmigo mediante un sacrificio».

El cielo proclama la justicia divina:

¡Dios mismo es el juez! Selah

«Escucha, pueblo mío, que voy a hablar;

Israel, voy a testificar contra ti:

¡Yo soy tu Dios, el único Dios!

No te reprendo por tus sacrificios

ni por tus holocaustos, que siempre me ofreces.

No necesito novillos de tu establo

ni machos cabríos de tus rediles,

pues míos son todos los animales del bosque,

y mío también el ganado de miles de colinas.

Conozco a todas las aves de las alturas;

también son míos los animales del campo.

Si yo tuviera hambre, no te lo diría,

pues mío es el mundo y todo lo que en él hay.

¿Acaso me alimento con carne de toros

o bebo la sangre de machos cabríos?

»¡Ofrece a Dios tu gratitud,

cumple tus promesas al Altísimo!

Invócame en el día de la angustia;

yo te libraré y tú me honrarás».

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