Números 9:15-23, Números 10:1-36, Números 11:1-3 NVI

Números 9:15-23

La nube sobre el santuario

El día en que se armó el santuario, es decir, la tienda donde se guardan las tablas del pacto, la nube lo cubrió y durante toda la noche cobró apariencia de fuego hasta el amanecer. Así sucedía siempre: de día la nube cubría el santuario, mientras que de noche cobraba apariencia de fuego. Cada vez que la nube se levantaba y se apartaba de la tienda, los israelitas se ponían en marcha; y donde la nube se detenía, allí acampaban. Dependiendo de lo que el Señor indicara, los israelitas se ponían en marcha o acampaban; y todo el tiempo que la nube reposaba sobre el santuario, se quedaban allí. No importaba que se quedara muchos días sobre el santuario; los israelitas cumplían la orden del Señor y no abandonaban el lugar. Lo mismo ocurría cuando la nube reposaba poco tiempo sobre el santuario: cuando el Señor así lo indicaba, los israelitas acampaban o se ponían en marcha. A veces, la nube permanecía solo desde la tarde hasta la mañana y, cuando se levantaba por la mañana, partían. Ya sea de día o de noche, siempre que se levantaba la nube, se ponían en marcha. Aunque la nube reposara sobre el santuario un par de días, un mes o más tiempo, los israelitas se quedaban en el campamento y no partían. Pero cuando se levantaba, se ponían en marcha. Cuando el Señor así lo indicaba, los israelitas acampaban o se ponían en marcha. Así cumplían la orden del Señor, según lo que el Señor había dicho por medio de Moisés.

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Números 10:1-36

La señal de las trompetas

El Señor dijo a Moisés: «Hazte dos trompetas de plata trabajada, y úsalas para reunir al pueblo acampado y para dar la señal de ponerse en marcha. Cuando ambas trompetas den el toque de reunión, toda la comunidad se reunirá contigo a la entrada de la Tienda de reunión. Cuando solo una de ellas dé el toque, se reunirán contigo únicamente los jefes de las tribus de Israel. Al primer toque de avance, se pondrán en marcha las tribus que acampan al este, y al segundo toque las que acampan al sur. Es decir, la señal de partida será el toque de avance. Cuando se quiera reunir a la comunidad, el toque de reunión que se dé será diferente.

»Las trompetas las tocarán los hijos de Aarón, los sacerdotes. Esto será un estatuto perpetuo para ustedes y sus descendientes.

»Cuando estén ya en su propia tierra y tengan que salir a la guerra contra el enemigo opresor, las trompetas darán la señal de combate. Entonces el Señor su Dios se acordará de ustedes y los salvará de sus enemigos.

»Cuando celebren fiestas en fechas solemnes o festival de luna nueva, también tocarán trompetas para anunciar los holocaustos y los sacrificios de comunión. Así Dios se acordará de ustedes. Yo soy el Señor su Dios».

Desde el Sinaí hasta Parán

El día veinte del segundo mes del año segundo, la nube se levantó del santuario donde están las tablas del pacto. Entonces los israelitas avanzaron desde el desierto de Sinaí hasta el desierto de Parán, donde la nube se detuvo. A la orden que el Señor dio por medio de Moisés, los israelitas emprendieron la marcha por primera vez.

Los primeros en partir fueron los escuadrones que marchaban bajo el estandarte del campamento de Judá. Los comandaba Naasón, hijo de Aminadab. Natanael, hijo de Zuar, comandaba el escuadrón de la tribu de Isacar. Eliab, hijo de Helón, comandaba el escuadrón de la tribu de Zabulón. Entonces se desmontó el santuario, y los guersonitas y meraritas que lo transportaban se pusieron en marcha.

Les siguieron los escuadrones que marchaban bajo el estandarte del campamento de Rubén. Los comandaba Elisur, hijo de Sedeúr. Selumiel, hijo de Zurisaday, comandaba el escuadrón de la tribu de Simeón y Eliasaf, hijo de Deuel, comandaba el escuadrón de la tribu de Gad. Luego partieron los coatitas, que llevaban las cosas sagradas. El santuario se levantaba antes de que ellos llegaran al próximo lugar de campamento.

Les siguieron los escuadrones que marchaban bajo el estandarte del campamento de Efraín. Los comandaba Elisama, hijo de Amiud. Gamaliel, hijo de Pedasur, comandaba el escuadrón de la tribu de Manasés, y Abidán, hijo de Gedeoni, comandaba el escuadrón de la tribu de Benjamín.

Por último, a la retaguardia de todos los campamentos, partieron los escuadrones que marchaban bajo el estandarte del campamento de Dan. Los comandaba Ajiezer, hijo de Amisaday. Paguiel, hijo de Ocrán, comandaba el escuadrón de la tribu de Aser y Ajirá, hijo de Enán, comandaba el escuadrón de la tribu de Neftalí. Este era el orden de los escuadrones israelitas, cuando se ponían en marcha.

Moisés invita a Hobab

Entonces Moisés dijo al madianita Hobab, hijo de Reuel, que era su suegro:

—Estamos por partir hacia la tierra que el Señor prometió darnos. Ven con nosotros. Seremos generosos contigo, ya que el Señor ha prometido ser generoso con Israel.

—No, no iré —respondió Hobab—, quiero regresar a mi tierra y a mi familia.

—Por favor, no nos dejes —insistió Moisés—. Tú conoces bien los lugares del desierto donde debemos acampar. Tú serás nuestro guía. Si vienes con nosotros, compartiremos contigo todo lo bueno que el Señor nos dé.

Israel se pone en marcha

Los israelitas partieron de la montaña del Señor y anduvieron por espacio de tres días, durante los cuales el arca del pacto del Señor marchaba al frente de ellos para buscarles un lugar donde acampar. Cuando partían, la nube del Señor permanecía sobre ellos todo el día.

Cada vez que el arca se ponía en marcha, Moisés decía:

«¡Levántate, Señor!

Sean dispersados tus enemigos;

huyan de tu presencia los que te odian».

Pero cada vez que el arca se detenía, Moisés decía:

«¡Regresa, Señor,

a la incontable muchedumbre de Israel!».

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Números 11:1-3

El fuego del Señor en Taberá

Aconteció que el pueblo se quejó de las dificultades que estaba sufriendo. Al oírlos el Señor, ardió en ira y su fuego consumió los alrededores del campamento. Entonces el pueblo clamó a Moisés y este oró al Señor por ellos y el fuego se apagó. Por eso aquel lugar llegó a ser conocido como Taberá,11:3 En hebreo, Taberá significa arder. pues el fuego del Señor ardió entre ellos.

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