1 Crónicas 15:1-29, 1 Crónicas 16:1-36 NVI

1 Crónicas 15:1-29

David lleva el arca a Jerusalén

15:25–16:32S 6:12-19

David construyó para sí casas en la Ciudad de David, dispuso un lugar para el arca de Dios y levantó una tienda para ella. Luego dijo: «Solo los levitas pueden transportar el arca de Dios, pues el Señor los eligió a ellos para este oficio y para que le sirvan por siempre».

Después David congregó a todo Israel en Jerusalén para trasladar el arca del Señor al lugar que había dispuesto para ella.

También reunió a los descendientes de Aarón y a los levitas. Convocó a los siguientes:

De los descendientes de Coat, a su líder

Uriel y a sus parientes; ciento veinte en total.

De los descendientes de Merari, a su líder

Asaías y a sus compañeros; doscientos veinte en total.

De los descendientes de Guersón, a su líder

Joel y a sus parientes; ciento treinta en total.

De los descendientes de Elizafán, a su líder

Semaías y a sus parientes; doscientos en total.

De los descendientes de Hebrón, a su líder

Eliel y a sus parientes; ochenta en total.

De los descendientes de Uziel, a su líder

Aminadab y a sus parientes; ciento doce en total.

Luego David llamó a los sacerdotes Sadoc y Abiatar; también a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab. Y les dijo: «Como ustedes son los jefes de las familias patriarcales de los levitas, conságrense, tanto ustedes como sus parientes, para que puedan traer el arca del Señor, Dios de Israel, al lugar que he dispuesto para ella. La primera vez ustedes no la transportaron ni nosotros consultamos al Señor nuestro Dios sobre cómo hacerlo; por eso él se enfureció contra nosotros».

Entonces los sacerdotes y los levitas se consagraron para transportar el arca del Señor, Dios de Israel. Luego los descendientes de los levitas, valiéndose de las varas, llevaron el arca de Dios sobre sus hombros, tal como el Señor lo había ordenado por medio de Moisés.

David ordenó a los líderes de los levitas que nombraran cantores de entre sus parientes para que entonaran alegres cantos al son de liras, arpas y címbalos.

Los levitas nombraron a Hemán, hijo de Joel, a su pariente Asaf, hijo de Berequías, y a Etán, hijo de Cusaías, de los descendientes de Merari. Junto con ellos nombraron a sus parientes que les seguían en rango y que se desempeñaban como porteros: Zacarías, hijo de Jaziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Benaías, Maseías, Matatías, Elifeleu, Micnías, Obed Edom y Jeyel.

Los cantores Hemán, Asaf y Etán tocaban los címbalos de bronce. Zacarías, Aziel, Semiramot, Jehiel, Uni, Eliab, Maseías y Benaías tenían liras de tono agudo.15:20 de tono agudo. Lit. sobre alamot. Matatías, Elifeleu, Micnías, Obed Edom, Jeyel y Azazías tenían arpas de ocho cuerdas para guiar el canto. Quenanías, líder de los levitas, como experto que era, dirigía el canto.

Berequías y Elcaná eran porteros del arca. Los sacerdotes Sebanías, Josafat, Natanael, Amasay, Zacarías, Benaías y Eliezer tocaban las trompetas delante del arca. Obed Edom y Jehías eran también porteros del arca.

David, los jefes de Israel y los comandantes de mil, en medio de gran algarabía, fueron a trasladar el arca del pacto del Señor desde la casa de Obed Edom. Y, como Dios ayudaba a los levitas que transportaban el arca del pacto del Señor, se sacrificaron siete novillos y siete carneros. David estaba vestido con un manto de tela de lino fino, lo mismo que todos los levitas que transportaban el arca, los cantores y Quenanías, director del canto. Además, David llevaba puesto un efod de tela de lino. Así que entre vítores y al son de trompetas, clarines, címbalos, liras y arpas, todo Israel llevaba el arca del pacto del Señor.

Sucedió que al entrar el arca del pacto del Señor a la Ciudad de David, la hija de Saúl, Mical, se asomó a la ventana y, cuando vio que el rey David saltaba y danzaba con alegría, sintió por él un profundo desprecio.

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1 Crónicas 16:1-36

El arca de Dios fue llevada a la tienda que David había preparado. Allí la instalaron, y luego presentaron holocaustos y sacrificios de comunión en presencia de Dios. Después de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de comunión, David bendijo al pueblo en el nombre del Señor y dio a cada israelita, tanto a hombres como a mujeres, una porción de pan, una torta de dátiles y una torta de pasas.

David puso a algunos levitas a cargo del arca del Señor para que ministraran, dieran gracias y alabaran al Señor, Dios de Israel. Los nombrados fueron Asaf, el primero; Zacarías, el segundo; luego Jeiel, Semiramot, Jehiel, Matatías, Eliab, Benaías, Obed Edom y Jeiel, los cuales tenían liras y arpas. Asaf tocaba los címbalos. Los sacerdotes Benaías y Jahaziel tocaban continuamente las trompetas delante del arca del pacto de Dios.

Salmo de David

16:8-22Sal 105:1-15

16:23-33Sal 96:1-13

16:34-36Sal 106:1,47-48

Ese mismo día, David ordenó, por primera vez, que Asaf y sus compañeros fueran los encargados de esta alabanza al Señor:

«Den gracias al Señor; proclamen su nombre.

¡Den a conocer sus obras entre las naciones!

¡Cántenle, entónenle salmos!

¡Hablen de todas sus maravillas!

¡Gloríense en su santo nombre!

¡Alégrese el corazón de los que buscan al Señor!

¡Busquen al Señor y su fuerza;

anhelen siempre su rostro!

»¡Recuerden las maravillas que ha hecho,

las señales y las leyes que ha emitido!

¡Ustedes, descendientes de Israel, su siervo!

¡Ustedes, hijos de Jacob, elegidos suyos!

Él es el Señor nuestro Dios;

en toda la tierra están sus leyes.

»Se acordó16:15 Según algunos manuscritos de la LXX (véase también Sal 105:8); el texto hebreo dice Acuérdate. siempre de su pacto,

la palabra que ordenó para mil generaciones;

del pacto que hizo con Abraham

y del juramento que hizo a Isaac.

Se lo confirmó a Jacob como un estatuto,

a Israel como un pacto eterno,

cuando dijo: “Te daré la tierra de Canaán

como la herencia que te corresponde”.

»Aun cuando eran pocos en número,

unos cuantos extranjeros en la tierra,

que andaban siempre de nación en nación

y de reino en reino,

a nadie permitió que los oprimiera,

sino que por causa de ellos reprendió a los reyes:

“¡No toquen a mis ungidos!

¡No maltraten a mis profetas!”.

»¡Canten al Señor, habitantes de toda la tierra!

¡Proclamen día tras día su salvación!

Anuncien su gloria entre las naciones,

sus maravillas a todos los pueblos.

»¡Grande es el Señor y digno de alabanza,

más temible que todos los dioses!

Todos los dioses de las naciones son ídolos,

pero el Señor ha hecho los cielos.

El esplendor y la majestad son sus heraldos;

hay poder y alegría en su morada.

»¡Tributen al Señor, pueblos todos!

¡Tributen al Señor la gloria y el poder!

¡Tributen al Señor la gloria que merece su nombre!

¡Preséntense ante él con ofrendas;

póstrense ante el Señor en la hermosura de su santidad!

¡Tiemble delante de él toda la tierra!

Ha establecido el mundo con firmeza; jamás será removido.

»¡Alégrense los cielos, regocíjese la tierra!

Digan las naciones: “¡El Señor es Rey!”.

¡Brame el mar y todo lo que él contiene!

¡Que salte de alegría el campo y lo que hay en él!

¡Que los árboles del campo

canten de gozo ante el Señor!

¡Ya viene a juzgar la tierra!

»Den gracias al Señor porque él es bueno;

su gran amor perdura para siempre.

Díganle: “¡Sálvanos, oh Dios de nuestra salvación!

Vuelve a reunirnos y líbranos de las naciones,

para que demos gracias a tu santo nombre

y alabarte sea nuestra gloria”.

¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel,

eternamente y para siempre!».

Y todo el pueblo dijo: «¡Amén!», y «¡Alabado sea el Señor!».

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