Habacuc 1:1-17, Habacuc 2:1-20, Habacuc 3:1-19 NVI

Habacuc 1:1-17

Esta es la profecía que el profeta Habacuc recibió en visión.

La primera queja de Habacuc

¿Hasta cuándo, Señor, he de pedirte ayuda

sin que tú me escuches?

¿Hasta cuándo he de clamar «¡violencia!»,

sin que tú nos salves?

¿Por qué me haces presenciar tanta iniquidad?

¿Por qué toleras la maldad?

Veo ante mis ojos destrucción y violencia;

surgen riñas y abundan las contiendas.

Por lo tanto, se debilita la Ley

y no prevalece la justicia.

El malvado acosa al justo

y se pervierte la justicia.

La respuesta del Señor

«¡Miren a las naciones!

¡Contémplenlas y quédense asombrados!

Estoy por hacer en estos días una obra,

que si se la contara, no la creerían.

Estoy incitando a los babilonios,1:6 Lit. caldeos.

ese pueblo despiadado e impetuoso,

que recorre toda la tierra

para apoderarse de territorios ajenos.

Son un pueblo temible y espantoso,

que impone su propia justicia

y promueve su propia honra.

Sus caballos son más veloces que leopardos,

más feroces que lobos nocturnos.

Su caballería se lanza a todo galope;

sus jinetes vienen de muy lejos.

Vuelan como águilas que se lanzan dispuestas a devorar.

Todos vienen para hacer violencia;

avanzan sus hordas1:9 hordas. Palabra de difícil traducción. como el viento del desierto,

hacen prisioneros como quien recoge arena.

Ridiculizan a los reyes,

se burlan de los gobernantes;

se ríen de toda ciudad amurallada,

pues construyen rampas y la toman.

Son un viento que a su paso arrasa todo;

su pecado es hacer de su fuerza un dios».

La segunda queja de Habacuc

¿No eres tú, Señor, desde la eternidad?

¡Tú, mi Dios, mi santo, no morirás!1:12 no morirás; según una tradición rabínica; no moriremos (TM).

Tú, Señor, los has puesto para hacer justicia;

tú, mi Roca, los has puesto para ejecutar tu castigo.

Son tan puros tus ojos que no puedes ver el mal;

no te es posible contemplar la opresión.

¿Por qué entonces toleras a los traidores?

¿Por qué guardas silencio

mientras los malvados se tragan a los más justos que ellos?

Has hecho a los hombres como peces del mar,

como reptiles que no tienen jefe.

El malvado los saca a todos con anzuelo,

los arrastra con sus redes,

los recoge entre sus mallas,

y así se alegra y regocija.

Por lo tanto, ofrece sacrificios a sus redes

y quema incienso a sus mallas,

pues gracias a sus redes su porción es sabrosa

y su comida es suculenta.

¿Continuará vaciando sus redes

y matando sin piedad a las naciones?

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Habacuc 2:1-20

Me mantendré en mi guardia,

me ubicaré sobre la muralla;

estaré pendiente de lo que me diga,

de su respuesta a mi queja.

La respuesta del Señor

Y el Señor me respondió:

«Escribe la visión

y grábala claramente en las tablillas,

para que se lea de corrido.2:2 para que se lea de corrido. Alt. para que el lector corra con ella para anunciarla.

Pues la visión se realizará en el tiempo señalado;

marcha hacia su cumplimiento

y no dejará de cumplirse.

Aunque parezca tardar, espérala;

porque sin falta vendrá.

»El insolente no tiene el alma recta,

pero el justo vivirá por su fe.

Además, el vino es traicionero;

por eso el soberbio no permanecerá.

Pues ensancha su garganta como el sepulcro,2:5 el sepulcro. Lit. el Seol.

y es insaciable como la muerte.

Reúne en torno suyo a todas las naciones

y toma cautivos a todos los pueblos.

Y estos lo harán objeto de burla

en sus sátiras y adivinanzas.

¡Ay del que se hace rico con lo ajeno

y acumula prendas empeñadas!

¿Hasta cuándo seguirá con esta práctica?

¿No se levantarán de repente tus acreedores?

¿No se despertarán para hacerte temblar?

Entonces te convertirás en su víctima.

Son tantas las naciones que has saqueado

que los pueblos que se salven te saquearán a ti;

porque es mucha la sangre que has derramado

y mucha tu violencia contra estas tierras,

contra esta ciudad y sus habitantes.

»¡Ay del que llena su casa de ganancias injustas

en un intento por salvar su nido

y escapar de las garras del infortunio!

Son tus maquinaciones la vergüenza de tu casa:

exterminaste a muchas naciones,

pero causaste tu propia desgracia.

Por eso hasta las piedras del muro claman

y resuenan las vigas del enmaderado.

»¡Ay del que construye una ciudad con sangre

y establece un poblado con maldad!

¿Acaso no ha determinado el Señor de los Ejércitos

que el trabajo de los pueblos sea solo leña para el fuego

y las naciones se fatiguen por nada?

Porque se llenará la tierra con el conocimiento de la gloria del Señor

así como las aguas cubren los mares.

»¡Ay de ti, que emborrachas a tu prójimo,

que derramas tu veneno hasta embriagarlo2:15 hasta embriagarlo. Texto de difícil traducción.

para contemplar su cuerpo desnudo!

Con esto te has cubierto de deshonra y no de gloria.

¡Pues bebe tú también y muestra tu desnudez!

¡Que se vuelque sobre ti la copa de la diestra del Señor

y una desgracia superará tu gloria!

¡Que te alcance la violencia que cometiste contra el Líbano!

¡Que te abata la destrucción que hiciste de los animales!

¡Porque es mucha la sangre que has derramado

y mucha tu violencia contra la tierra,

contra ciudades y todos sus habitantes!

»¿De qué sirve una imagen,

si quien la esculpe es un artesano?

¿De qué sirve una imagen fundida,

si tan solo enseña mentiras?

El artesano que hace ídolos que no pueden hablar

solo está confiando en su propio artificio.

¡Ay del que dice al madero: “Despierta”,

y a la piedra muda: “Levántate”!

Aunque están recubiertos de oro y plata,

nada pueden enseñarle,

pues carecen de aliento de vida.

»En cambio, el Señor está en su santo templo.

¡Guarde toda la tierra silencio en su presencia!».

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Habacuc 3:1-19

La oración de Habacuc

Oración del profeta Habacuc. Según sigionot.3:1 sigionot. Probablemente un término literario o musical.

Señor, he sabido de tu fama;

tiemblo delante de tus obras, Señor.

Repítelas en nuestros días,

dalas a conocer en nuestro tiempo;

en tu ira, ten presente tu misericordia.

Dios viene desde Temán;

el Santo, desde el monte de Parán. Selah

Su gloria cubre el cielo

y su alabanza llena la tierra.

Su resplandor es como el sol;

rayos brotan de sus manos;

su poder se esconde en sus manos.

Una plaga mortal lo precede

y una epidemia sigue sus pasos.

Se detiene y la tierra se estremece;

lanza una mirada y las naciones tiemblan.

Se desmoronan las antiguas montañas

y se desploman las viejas colinas,

pero sus caminos son eternos.

He visto afligidos los campamentos de Cusán,

y angustiadas las moradas de Madián.

¿Te enojaste, oh Señor, con los ríos?

¿Estuviste airado contra las corrientes?

¿Tan enfurecido estabas contra el mar

que cabalgaste en tus caballos

y montaste en tus carros victoriosos?

Descubriste tu arco,

llenaste de flechas tu aljaba.3:9 llenaste de flechas tu aljaba (mss. de LXX); en TM, texto de difícil traducción. Selah

Tus ríos dividen la tierra;

las montañas te ven y se retuercen.

Pasan los torrentes de agua;

el abismo ruge y levanta sus olas en lo alto.

El sol y la luna se detienen en el cielo

por el fulgor de tus veloces flechas,

por el deslumbrante brillo de tu lanza.

Indignado, marchas sobre la tierra;

en tu ira aplastas las naciones.

Saliste a liberar a tu pueblo,

saliste a salvar a tu ungido.

Aplastaste al rey de la perversa dinastía,

¡lo desnudaste de pies a cabeza! Selah

Con su propia lanza atravesaste la cabeza de sus guerreros

que enfurecidos querían dispersarnos,

que con placer arrogante se lanzaron

como quien devora en secreto a un pobre.3:14 Versículo de difícil traducción.

Pisoteaste el mar con tus corceles

que agitaban las inmensas aguas.

Al oírlo, se estremecieron mis entrañas;

a su voz, me temblaron los labios;

la debilidad entró en los huesos

y se me aflojaron las piernas.

Pero yo espero con paciencia el día en que la calamidad

vendrá sobre la nación que nos invade.

Aunque la higuera no florezca

ni haya frutos en las vides;

aunque falle la cosecha del olivo

y los campos no produzcan alimentos;

aunque en el redil no haya ovejas

ni vaca alguna en los establos;

aun así, yo me regocijaré en el Señor.

¡Me alegraré en el Dios de mi salvación!

El Señor y Dios es mi fuerza;

da a mis pies la ligereza de una gacela

y me hace caminar por las alturas.

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