1 Reyes 3:16-28, 1 Reyes 4:1-34, 1 Reyes 5:1-18 NVI

1 Reyes 3:16-28

Un gobernante sabio

Tiempo después, dos prostitutas fueron a presentarse ante el rey. Una de ellas le dijo:

—Mi señor, esta mujer y yo vivimos en la misma casa. Mientras ella estaba allí conmigo, yo di a luz y a los tres días también ella dio a luz. No había en la casa nadie más que nosotras dos.

»Pues bien, una noche esta mujer se acostó encima de su hijo y el niño murió. Pero ella se levantó a medianoche, mientras yo dormía, y, tomando a mi hijo, lo acostó junto a ella y puso a su hijo muerto a mi lado. Cuando amaneció, me levanté para amamantar a mi hijo, ¡y me di cuenta de que estaba muerto! Pero, al clarear el día, lo observé bien y pude ver que no era el hijo que yo había dado a luz».

—¡No es cierto! —exclamó la otra mujer—. ¡El niño que está vivo es el mío y el muerto es el tuyo!

—¡Mientes! —insistió la primera—. El niño muerto es el tuyo y el que está vivo es el mío.

Y se pusieron a discutir delante del rey.

El rey deliberó: «Una dice: “El niño que está vivo es el mío y el muerto es el tuyo”. Y la otra dice: “¡No es cierto! El niño muerto es el tuyo y el que está vivo es el mío”».

Entonces ordenó:

—Tráiganme una espada.

Cuando se la trajeron, dijo:

—Partan en dos al niño que está vivo y denle una mitad a esta y la otra mitad a aquella.

La verdadera madre, angustiada por su hijo, dijo al rey:

—¡Por favor, mi señor! ¡Dele usted a ella el niño que está vivo, pero no lo mate!

En cambio, la otra exclamó:

—¡Ni para mí ni para ti! ¡Que lo partan!

Entonces el rey ordenó:

—No lo maten. Entréguenle a la primera el niño que está vivo, pues ella es la madre.

Cuando todos los israelitas se enteraron de la sentencia que el rey había pronunciado, sintieron un gran respeto por él, pues vieron que tenía sabiduría de Dios para administrar justicia.

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1 Reyes 4:1-34

Administración del reino

Salomón reinó sobre todo Israel.

Estos fueron sus oficiales:

Azarías, hijo del sacerdote Sadoc;

Elijoref y Ahías, hijos de Sisá, cronistas;

Josafat, hijo de Ajilud, el secretario;

Benaías, hijo de Joyadá, comandante en jefe;

Sadoc y Abiatar, sacerdotes;

Azarías, hijo de Natán, encargado de los gobernadores;

Zabud, hijo de Natán, sacerdote y consejero personal del rey;

Ajisar, encargado del palacio;

Adonirán, hijo de Abdá, supervisor del trabajo forzado.

Salomón tenía por todo Israel a doce gobernadores, cada uno de los cuales debía abastecer al rey y a su corte un mes al año.

Estos son sus nombres:

Ben Hur, en la región montañosa de Efraín;

Ben Déquer, en Macaz, Salbín, Bet Semes y Elón Bet Janán;

Ben Jésed, en Arubot (Soco y toda la tierra de Héfer entraban en su jurisdicción);

Ben Abinadab, en Nafot Dor4:11 Nafot Dor. Alt. las alturas de Dor. (la esposa de Ben Abinadab fue Tafat hija de Salomón);

Baná, hijo de Ajilud, en Tanac y Meguido, y en todo Betseán (junto a Saretán, más abajo de Jezrel, desde Betseán hasta Abel Mejolá, y todavía más allá de Jocmeán);

Ben Guéber, en Ramot de Galaad (los poblados de Yaír, hijo de Manasés, en Galaad entraban en su jurisdicción, así como también el distrito de Argob en Basán y sus sesenta grandes ciudades, amuralladas y con cerrojos de bronce);

Ajinadab, hijo de Idó, en Majanayin;

Ajimaz, en Neftalí (Ajimaz estaba casado con Basemat, hija de Salomón);

Baná, hijo de Husay, en Aser y en Alot;

Josafat hijo de Parúaj, en Isacar;

Simí, hijo de Elá, en Benjamín;

Guéber, hijo de Uri, en Galaad (que era el país de Sijón, rey de los amorreos, y de Og, rey de Basán). En la tierra de Judá4:19 tierra de Judá. Lit. tierra. había un solo gobernador.

Prosperidad de Salomón

Los pueblos de Judá y de Israel eran tan numerosos como la arena que está a la orilla del mar; y abundaban la comida, la bebida y la alegría. Salomón gobernaba sobre todos los reinos desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos y la frontera con Egipto. Mientras Salomón vivió, todos estos países fueron sus vasallos tributarios.

La provisión diaria de Salomón era de treinta coros4:22 Es decir, aprox. 5 t. de harina refinada, sesenta coros4:22 Es decir, aprox. 10 t. de harina regular, diez bueyes engordados y veinte de pastoreo, y cien ovejas, así como ciervos, gacelas, corzos y aves de corral. El dominio de Salomón se extendía sobre todos los reinos al oeste del río Éufrates, desde Tifsa hasta Gaza, y disfrutaba de paz en todas sus fronteras. Durante el reinado de Salomón, todos los habitantes de Judá y de Israel, desde Dan hasta Berseba, vivieron seguros sentados debajo de su propia vid y de su propia higuera.

Salomón tenía doce mil caballos4:26 caballos. Alt. conductores de carros. y cuatro mil4:26 cuatro mil (mss. de LXX; véase también 2Cr 9:25); cuarenta mil (TM). establos para los caballos de sus carros de combate.

Los gobernadores, cada uno en su mes, abastecían al rey Salomón y a todos los que se sentaban a su mesa, y se ocupaban de que no les faltara nada. Además, llevaban a los lugares indicados sus cuotas de cebada y de paja para los caballos de tiro y para el resto de la caballería.

La sabiduría de Salomón

Dios dio a Salomón sabiduría e inteligencia extraordinarias; sus conocimientos eran tan vastos como la arena que está a la orilla del mar. Sobrepasó en sabiduría a todos los sabios del Oriente y de Egipto. En efecto, fue más sabio que nadie: más que Etán, el ezraíta, y más que Hemán, Calcol y Dardá, los hijos de Majol. Por eso la fama de Salomón se difundió por todas las naciones vecinas. Compuso tres mil proverbios y mil cinco canciones. Disertó acerca de las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que crece en los muros. También enseñó acerca de las bestias y las aves, los reptiles y los peces. Los reyes de todas las naciones del mundo que se enteraron de la sabiduría de Salomón enviaron a sus representantes para que lo escucharan.

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1 Reyes 5:1-18

Preparativos para la construcción del templo

5:1-162Cr 2:1-18

El rey Hiram de Tiro siempre había tenido buenas relaciones con David; así que al saber que Salomón había sido ungido para suceder en el trono a su padre David, le mandó una embajada. En respuesta, Salomón envió este mensaje:

«Tú bien sabes que, debido a las guerras en que mi padre David se vio envuelto, no le fue posible construir un templo en honor al nombre del Señor su Dios. Tuvo que esperar hasta que el Señor sometiera a sus enemigos bajo su dominio. Pues bien, ahora el Señor mi Dios me ha dado paz por todas partes, de modo que no me amenazan ni adversarios ni calamidades. Por lo tanto, me propongo construir un templo en honor al nombre del Señor mi Dios, pues él le prometió a mi padre David: “Tu hijo, a quien pondré en el trono como sucesor tuyo, construirá el templo en honor de mi Nombre”.

»Ahora, pues, ordena que se talen para mí cedros del Líbano. Mis obreros trabajarán con los tuyos y yo te pagaré el salario que determines para tus obreros. Tú sabes que no hay entre nosotros quien sepa talar madera tan bien como los sidonios».

Cuando Hiram oyó el mensaje de Salomón, se alegró mucho y dijo: «¡Alabado sea hoy el Señor, porque le ha dado a David un hijo sabio para gobernar a esta gran nación!».

Entonces Hiram envió a Salomón este mensaje:

«He recibido tu petición. Yo te proporcionaré toda la madera de cedro y de ciprés que quieras. Mis obreros la transportarán desde el Líbano hasta el mar. Allí haré que la aten en forma de balsas para llevarla flotando hasta donde me indiques y allí se desatará para que la recojas. Tú, por tu parte, tendrás a bien proporcionarle alimento a mi corte».

Así que Hiram le proveía a Salomón toda la madera de cedro y de ciprés que este deseaba. Salomón, por su parte, año tras año le entregaba a Hiram, como alimento para su corte, veinte mil coros5:11 Es decir, aprox. 3,200 t. de trigo y veinte mil batos5:11 veinte mil batos. Es decir, aprox. 440 000 l, siguiendo el texto de la LXX; véase también 2Cr 2:10. El texto hebreo dice veinte coros. de aceite de oliva. El Señor, cumpliendo su palabra, dio sabiduría a Salomón. Hiram y Salomón hicieron un tratado y hubo paz entre ellos.

El rey Salomón impuso trabajo forzado y reclutó a treinta mil obreros de todo Israel. Los envió al Líbano en relevos de diez mil al mes, de modo que pasaban un mes en el Líbano y dos meses en su casa. La supervisión del trabajo forzado estaba a cargo de Adonirán. Salomón tenía en las montañas setenta mil cargadores y ochenta mil canteros; había además tres mil trescientos capataces que estaban al frente de la obra y dirigían a los trabajadores. Para echar los cimientos del templo, el rey mandó que sacaran de la cantera grandes bloques de piedra de buena calidad. Los obreros de Salomón e Hiram, junto con los que habían llegado de Guebal,5:18 Guebal. Es decir, Byblos. tallaron la madera y labraron la piedra para la construcción del templo.

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