列王紀上 20 – CCBT & NVI

Chinese Contemporary Bible 2023 (Traditional)

列王紀上 20:1-43

亞蘭王攻打撒瑪利亞城

1亞蘭便·哈達率領全軍,聯合三十二個王,帶著車馬圍攻撒瑪利亞2他派遣使者進城對以色列亞哈說: 3便·哈達說,『你的金銀和你家中最美的妻妾兒女都是我的。』」 4以色列王說:「我主我王啊,我答應你的要求,我和我的一切都是你的。」

5不久,使者又來對他說:「便·哈達說,『我已派人吩咐你把金銀、妻妾和兒女都給我。 6明天約這個時候,我會派屬下搜查你的王宮和你臣僕的家,他們要拿走你珍愛的一切。』」 7以色列亞哈召集國中的長老,說:「你們看,這人是在找麻煩。他之前派人來要我的妻妾、孩子和金銀,我沒有拒絕他。」 8長老和百姓都說:「別聽從他,別答應他。」

9於是,他對使者說:「你們告訴我主我王,他第一次所要的,僕人可以照辦,但這一次所要的,僕人不能從命。」使者就去回覆便·哈達10便·哈達又派人去對亞哈說:「若撒瑪利亞的塵土夠我的士兵每人抓一把,願神明重重地懲罰我。」 11以色列王說:「你去告訴便·哈達,叫他別剛穿上盔甲就誇口,打完仗卸下盔甲再誇口吧。」 12便·哈達和諸王正在營中飲酒,聽見這話,就吩咐屬下準備攻城。

亞哈打敗便·哈達

13一位先知來見以色列亞哈,說:「耶和華說,『你看見這大軍了嗎?今天我必將他們交在你手裡,這樣你就知道我是耶和華。』」 14亞哈問:「誰來完成這任務呢?」先知答道:「耶和華說,省長屬下的青年軍。」亞哈問:「誰來做統領呢?」先知答道:「你。」

15於是,亞哈召集了省長屬下的青年軍二百三十二人,又召集以色列全軍,共七千人。

16中午,便·哈達正跟盟軍的三十二個王在營中狂飲的時候,亞哈率軍出發了。 17省長屬下的青年軍率先出城。便·哈達派出的巡邏隊稟告他說:「有人從撒瑪利亞城出來了。」 18便·哈達說:「不管他們是來求和還是求戰,都要生擒他們!」 19省長屬下的青年軍率先出城,大軍緊隨其後, 20他們見敵人就殺。亞蘭人敗逃,以色列人乘勢追擊。亞蘭便·哈達騎著馬與一些騎兵落荒而逃。 21以色列王出城攻擊敵軍車馬,重創亞蘭人。

22先知又來見以色列王,說:「你要加強防衛,做好準備,因為明年春天亞蘭王必捲土重來。」

23臣僕給亞蘭王獻計說:「以色列人的神明是山神,所以他們佔了上風,我們若在平原上跟他們交戰,一定會取勝。 24王應該撤去諸王,委任將領代替他們, 25再招募軍兵,補充失去的戰車和人馬,好在平原上跟他們交戰,這樣我們一定會取勝。」王採納了他們的建議。

26第二年春天,便·哈達召集亞蘭人進軍亞弗,攻打以色列人。 27以色列人也召集軍隊,準備糧草,迎戰亞蘭人。他們在亞蘭人對面安營,像兩小群山羊,而亞蘭人卻滿山遍野。 28有位上帝的僕人來見以色列王,說:「耶和華說,『亞蘭人以為我耶和華是山神,不是平原的神,所以我必將這大軍交在你手裡,這樣你們就知道我是耶和華。』」

29以色列人和亞蘭人兩軍對峙,一連七天。第七天,兩軍交戰,以色列軍一天殺了十萬亞蘭步兵, 30殘餘的人都逃進亞弗城,但城牆倒塌壓死了兩萬七千人。便·哈達也逃進城,躲在一間房子的內室裡。 31臣僕對他說:「我們聽說以色列王很仁慈。現在,我們不如腰束麻布,頭套繩索,向以色列王請降,也許他會饒王一命。」 32他們便腰束麻布,頭套繩索,來見以色列王,說:「僕人便·哈達求王開恩饒命啊!」亞哈回答說:「他還活著嗎?他是我的兄弟。」 33他們聽見亞哈的口氣溫和,連忙附和說:「是啊,便·哈達是王的兄弟。」亞哈便吩咐他們去把便·哈達帶來見他,然後讓便·哈達登上他的戰車。 34便·哈達亞哈說:「我必歸還我父親從你父親那裡奪來的城邑,你可以在大馬士革設立貿易區,就像我父親在撒瑪利亞所設立的一樣。」亞哈回答說:「你依此立個約,我就放你走。」立約之後,亞哈就放便·哈達走了。

先知責備亞哈

35眾先知中有一位奉耶和華的命令對他的同伴說:「你打我吧!」同伴卻不肯動手。 36那位先知就對他說:「你既然不聽從耶和華的吩咐,你一離開我,就會被獅子咬死。」那同伴走後,果然遇見獅子,被咬死了。 37那先知又找了一個人,叫那人打他,那人就打他,把他打傷了。 38先知用頭巾蒙著眼睛,喬裝改扮,在路旁等候亞哈王。 39亞哈王經過的時候,他向王喊道:「僕人在打仗的時候,有人押來一個俘虜,要我看管,他說如果俘虜跑掉,我就要以性命抵償,或賠償六百八十兩銀子。 40可是那俘虜趁僕人忙亂之際跑掉了。」以色列王說:「這是你自己的過失,你要自負其咎。」 41先知立刻拿去蒙眼的頭巾,以色列王認出他是個先知。 42他對王說:「耶和華說,『你放走了我決定要毀滅的人,所以你的命要抵他的命,你百姓的命要抵他百姓的命。』」 43以色列王悶悶不樂地回撒瑪利亞的王宮去了。

Nueva Versión Internacional

1 Reyes 20:1-43

Ben Adad ataca a Samaria

1Entonces Ben Adad, rey de Aram, reunió a todo su ejército y acompañado por treinta y dos reyes con sus caballos y carros de combate, salió a hacerle guerra a Samaria y la sitió. 2Envió a la ciudad mensajeros para que le dijeran a Acab, rey de Israel: «Así dice Ben Adad: 3“Tu oro y tu plata son míos, lo mismo que tus mujeres y tus hermosos hijos”».

4El rey de Israel envió esta respuesta: «Tal como usted dice, mi señor y rey, yo soy suyo con todo lo que tengo».

5Los mensajeros volvieron a Acab y le dijeron: «Así dice Ben Adad: “Mandé a decirte que me entregaras tu oro y tu plata, tus esposas y tus hijos. 6Por tanto, mañana como a esta hora voy a enviar a mis funcionarios a requisar tu palacio y las casas de tus funcionarios. Se apoderarán de todo lo que más valoras y se lo llevarán”».

7El rey de Israel mandó llamar a todos los jefes del país y les dijo:

—¡Miren cómo este hombre nos quiere causar problemas! Cuando mandó que le entregara mis esposas y mis hijos, mi oro y mi plata, no se los negué.

8Los jefes y todos los del pueblo respondieron:

—No le haga caso ni ceda a sus exigencias.

9Así que Acab respondió a los mensajeros de Ben Adad:

—Díganle a mi señor y rey: “Yo, su servidor, haré todo lo que me pidió la primera vez, pero no puedo satisfacer esta nueva exigencia”.

Ellos regresaron a Ben Adad con esa respuesta.

10Entonces Ben Adad le envió otro mensaje a Acab: «Que los dioses me castiguen sin piedad si queda en Samaria el polvo suficiente para que mis hombres se lleven un puñado».

11Pero el rey de Israel respondió: «Díganle que no se vista de orgullo antes de ponerse la armadura, que espere a quitársela».20:11 Díganle … quitársela. «Díganle que no cante victoria antes de tiempo».

12Cuando Ben Adad recibió este mensaje, estaba bebiendo con los reyes en su campamento.20:12 en su campamento. Alt. en Sucot; también en v. 16. De inmediato ordenó a sus tropas: «¡A las armas!». Así que se prepararon para atacar la ciudad.

Acab derrota a Ben Adad

13Mientras tanto, un profeta se presentó ante Acab, rey de Israel, y le anunció:

—Así dice el Señor: “¿Ves ese enorme ejército? Hoy lo entregaré en tus manos, entonces sabrás que yo soy el Señor”.

14—¿Por medio de quién lo hará? —preguntó Acab.

—Así dice el Señor —respondió el profeta—: “Lo haré por medio de los cadetes”.20:14 los cadetes. Lit. los jóvenes de los comandantes provinciales; también en vv. 15, 17 y 19.

—¿Y quién iniciará el combate? —insistió Acab.

—Tú mismo —respondió el profeta.

15Así que Acab pasó revista a los cadetes que sumaban doscientos treinta y dos hombres. También pasó revista a las demás tropas israelitas: siete mil en total. 16Se pusieron en marcha al mediodía, mientras Ben Adad y los treinta y dos reyes aliados que estaban con él seguían emborrachándose en su campamento.

17Los cadetes formaban la vanguardia. Cuando los exploradores que Ben Adad había enviado le informaron que unos soldados estaban avanzando desde Samaria, 18ordenó: «¡Captúrenlos vivos, sea que vengan en son de paz o en son de guerra!».

19Los cadetes salieron de la ciudad al frente del ejército. 20Cada soldado abatió a su adversario y los arameos tuvieron que huir. Los israelitas los persiguieron, pero Ben Adad, rey de Aram, escapó a caballo con algunos de sus jinetes. 21El rey de Israel avanzó, mató a los caballos y destruyó los carros, de modo que los arameos sufrieron una gran derrota.

22Más tarde, el profeta se presentó ante el rey de Israel y le dijo: «Vaya, refuerce el ejército y trace un buen plan, porque el año entrante el rey de Aram volverá a atacar».

23Por otra parte, los funcionarios del rey de Aram le aconsejaron: «Los dioses de los israelitas son dioses de las montañas. Por eso son demasiado fuertes para nosotros. Pero, si peleamos contra ellos en las llanuras, sin duda los venceremos. 24Haga usted lo siguiente: Destituya a todos los reyes y reemplácelos por otros gobernadores. 25Prepare usted también un ejército como el que perdió, caballo por caballo y carro por carro, para atacar a Israel en las llanuras. ¡Sin duda los venceremos!».

Ben Adad estuvo de acuerdo y así lo hizo.

26Al año siguiente, pasó revista a las tropas arameas y marchó a Afec para atacar a Israel. 27Acab, por su parte, pasó revista a las tropas israelitas y las aprovisionó. Estas se pusieron en marcha para salir al encuentro de los arameos y acamparon frente a ellos. Parecían pequeños rebaños de cabras, mientras que los arameos cubrían todo el campo.

28El hombre de Dios se presentó ante el rey de Israel y le dijo: «Así dice el Señor: “Por cuanto los arameos piensan que el Señor es un dios de las montañas y no un dios de los valles, yo te voy a entregar este enorme ejército en tus manos, y así sabrás que yo soy el Señor”».

29Siete días estuvieron acampados los unos frente a los otros y el séptimo día se desató el combate. En un solo día los israelitas le causaron cien mil bajas a la infantería aramea. 30Los demás soldados huyeron a Afec, pero la muralla de la ciudad se desplomó sobre veintisiete mil de ellos. Ben Adad, que también se había escapado a la ciudad, andaba de escondite en escondite.

31Entonces sus funcionarios le dijeron: «Hemos oído decir que los reyes del linaje de Israel son compasivos. Presentémonos ante el rey de Israel con ropas ásperas y sogas en el cuello en señal de humillación. Tal vez le perdone a usted la vida».

32Se presentaron ante el rey de Israel con ropas ásperas y sogas en el cuello en señal de humillación y le rogaron:

—Su siervo Ben Adad dice: “Por favor, perdóname la vida”.

—¿Todavía está vivo? —preguntó el rey—. ¡Pero si es mi hermano!

33Los hombres tomaron esa respuesta como un buen augurio y, aprovechando la ocasión, exclamaron:

—¡Claro que sí, Ben Adad es su hermano!

—Vayan por él —dijo el rey.

Cuando Ben Adad se presentó ante Acab, este lo hizo subir a su carro de combate. 34Entonces Ben Adad le propuso:

—Te devolveré las ciudades que mi padre le quitó al tuyo y podrás establecer zonas de mercado en Damasco, como lo hizo mi padre en Samaria.

Acab respondió:

—Sobre esa base, te dejaré en libertad.

Y así firmó un tratado con él y lo dejó ir.

Un profeta condena a Acab

35En obediencia a la palabra del Señor, un miembro de la comunidad de profetas le dijo a otro:

—¡Golpéame!

Pero aquel se negó a hacerlo.

36Entonces el profeta dijo:

—Por cuanto no has obedecido al Señor, tan pronto como nos separemos te matará un león.

Y después de que el profeta se fue, un león le salió al paso y lo mató.

37Más adelante, el mismo profeta encontró a otro hombre y le dijo: «¡Golpéame!». Así que el hombre lo golpeó y lo hirió. 38Luego el profeta salió a esperar al rey a la vera del camino, cubierto el rostro con un antifaz. 39Cuando pasaba el rey, el profeta le gritó:

—Este servidor suyo entró en lo más reñido de la batalla. Allí alguien se me presentó con un prisionero y me dijo: “Hazte cargo de este hombre. Si se te escapa, pagarás su vida con la tuya o con un talento20:39 Es decir, aprox. 34 kg. de plata”. 40Mientras este servidor suyo estaba ocupado en otras cosas, el hombre se escapó.

—¡Esa es tu sentencia! —respondió el rey de Israel—. Tú mismo has tomado la decisión.

41En el acto, el profeta se quitó el antifaz y el rey de Israel se dio cuenta de que era uno de los profetas. 42Y le dijo al rey:

—Así dice el Señor: “Has dejado en libertad a un hombre que yo había condenado a muerte.20:42 un hombre … muerte. Lit. al hombre de mi destrucción. Por lo tanto, pagarás su vida con la tuya y su pueblo con el tuyo”.

43Entonces el rey de Israel, deprimido y malhumorado, volvió a su palacio en Samaria.