列王纪上 13 – CCB & NVI

Chinese Contemporary Bible 2022 (Simplified)

列王纪上 13:1-34

上帝的仆人警告耶罗波安

1有一位上帝的仆人奉耶和华的命令从犹大来到伯特利。那时,耶罗波安正站在祭坛旁烧香。 2上帝的仆人奉耶和华的命令向祭坛喊道:“祭坛啊,祭坛啊,耶和华说,必有一子在大卫家出生,他名叫约西亚。他要在你上面杀死那些焚香献祭的丘坛祭司,在你上面焚烧人的骨头。”

3当日,他又说:“耶和华说要给你们一个征兆,这坛必破裂,坛上的灰必撒出来。”

4耶罗波安王听了他向伯特利的祭坛所发的呼声,就从坛上伸手指着他说:“给我拿住他!”但王伸出来的手枯干了,不能收回。 5这时,祭坛破裂了,坛上的灰也撒了出来,应验了上帝的仆人奉耶和华之命所说的征兆。

6王对上帝的仆人说:“请你为我祷告,求你的上帝耶和华使我的手复原。”于是,上帝的仆人向耶和华祷告,王的手就复原了。 7王对上帝的仆人说:“请你跟我回宫,吃点东西吧!我要酬谢你。” 8上帝的仆人却说:“你就是把你一半的家产送给我,我也不跟你去,也不在这地方用饭喝水, 9因为耶和华吩咐我不可吃饭喝水,也不可原路返回。” 10上帝的仆人就从另一条路回去了,没有从伯特利原路返回。

11伯特利住着一位老先知,他儿子们把上帝的仆人那天所行的事和对王所说的话告诉了他。 12老先知问道:“上帝的仆人走的哪条路?”他的儿子们就把上帝的仆人走的那条路告诉了他。 13-14于是,他嘱咐儿子们为他备驴,然后骑驴去追赶上帝的仆人,看见他正坐在一棵橡树下,便问:“你就是那位从犹大来的上帝的仆人吗?”他说:“是。” 15老先知说:“请你跟我一起回家吃饭吧!” 16上帝的仆人说:“我不能跟你去,也不能跟你在这里吃饭喝水, 17因为耶和华吩咐我不可在这里用饭喝水,也不可原路返回。” 18老先知就欺骗他说:“我也是先知,和你一样。耶和华派天使来吩咐我带你到我家吃饭喝水。” 19上帝的仆人就随他回家吃饭喝水。

20席间,耶和华的话临到老先知, 21他就对从犹大来的上帝的仆人说:“耶和华说,你违背了你的上帝耶和华的命令,没有遵从祂的吩咐, 22竟然返回祂禁止你吃喝的地方吃饭喝水,因此你的尸体必不得安葬在你的祖坟里。”

23吃喝完了,老先知为他带回家的这位先知备驴, 24这位先知在路上遇到一头狮子,被咬死了,尸体倒在路上,驴和狮子都站在尸体旁边。 25过路的人看见尸体倒在路上,旁边还站着一头狮子,就去老先知住的城报告这事。 26老先知听到消息,就说:“这是上帝的仆人,他违背了耶和华的命令,所以耶和华让狮子咬死了他,正应验了耶和华的话。”

27他吩咐儿子们备好驴, 28去了那里,看见上帝仆人的尸体倒在路上,驴和狮子站在尸体旁。狮子既没有吃尸体,也没有伤害驴。 29老先知把上帝仆人的尸体驮在驴背上,运回城中为他哀悼, 30把他葬在自己的坟墓里,哀悼他说:“唉!我的弟兄啊!” 31安葬之后,老先知又对儿子们说:“我死后,你们要把我跟上帝的仆人合葬,让我们的尸骨在一起。 32因为他奉耶和华的命令咒诅伯特利的祭坛和撒玛利亚各城高岗上神庙的话必应验。”

33这事以后,耶罗波安没有改邪归正,他任命各种人做丘坛的祭司,不管谁想做祭司,他都封立他们。 34这罪使耶罗波安家走向没落,最终彻底灭亡。

Nueva Versión Internacional

1 Reyes 13:1-34

El hombre de Dios que llegó de Judá

1Sucedió que un hombre de Dios fue desde Judá hasta Betel en obediencia a la palabra del Señor. Cuando Jeroboán, de pie junto al altar, se disponía a quemar un sacrificio,13:1 sacrificio. Alt. incienso; también en v. 2. 2el hombre de Dios, en obediencia a la palabra del Señor, gritó: «¡Altar, altar! Así dice el Señor: “En la familia de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a estos sacerdotes de altares paganos que aquí queman sacrificios. ¡Sobre ti se quemarán huesos humanos!”».

3Aquel mismo día el hombre de Dios ofreció una señal: «Esta es la señal que el Señor da: ¡El altar será derribado y las cenizas se esparcirán!».

4Al oír la sentencia que el hombre de Dios pronunciaba contra el altar de Betel, el rey extendió el brazo desde el altar y dijo: «¡Agárrenlo!». Pero el brazo que había extendido contra el hombre se le paralizó, de modo que no podía contraerlo. 5En ese momento, el altar se vino abajo y las cenizas se esparcieron, según la señal que, en obediencia a la palabra del Señor, había dado el hombre de Dios. 6Entonces el rey dijo al hombre de Dios:

—¡Apacigua al Señor tu Dios! ¡Ora por mí, para que se me cure el brazo!

El hombre de Dios suplicó al Señor y al rey se le curó el brazo, quedándole como antes. 7Luego el rey dijo al hombre de Dios:

—Ven a casa conmigo y come algo; además, quiero hacerte un regalo.

8Pero el hombre de Dios respondió al rey:

—Aunque usted me diera la mitad de sus posesiones, no iría a su casa. Aquí no comeré pan ni beberé agua, 9porque así me lo ordenó el Señor. Me dijo: “No comas pan, ni bebas agua, ni regreses por el mismo camino”.

10De modo que tomó un camino diferente al que había tomado para ir a Betel.

11En ese tiempo vivía en Betel cierto profeta anciano. Sus hijos fueron a contarle13:11 Sus hijos fueron a contarle. Lit. Su hijo fue a contarle. todo lo que el hombre de Dios había hecho allí aquel día y lo que le había dicho al rey. 12Su padre preguntó:

—¿Por dónde se fue?

Sus hijos le indicaron el camino que había tomado el hombre de Dios quien había llegado de Judá 13y el padre ordenó:

—Aparéjenme un asno para que lo monte.

Cuando el asno estuvo listo, el profeta anciano lo montó 14y se fue tras el hombre de Dios. Lo encontró sentado debajo de una encina y le preguntó:

—¿Eres tú el hombre de Dios que vino de Judá?

—Sí, lo soy —respondió.

15Entonces el profeta dijo:

—Ven a comer a mi casa.

16—No puedo volver contigo ni acompañarte —respondió el hombre de Dios—; tampoco puedo comer pan ni beber agua contigo en este lugar, 17pues el Señor me ha dado esta orden: “No comas pan ni bebas agua allí, ni regreses por el mismo camino”.

18El anciano respondió:

—También yo soy profeta, como tú. Y un ángel, obedeciendo la palabra del Señor, me dijo: “Llévalo a tu casa para que coma pan y beba agua”.

Así lo engañó 19y el hombre de Dios volvió con él, y comió y bebió en su casa.

20Mientras estaban sentados a la mesa, la palabra del Señor vino al profeta que lo había hecho volver. 21Entonces el profeta anunció al hombre de Dios que había llegado de Judá:

—Así dice el Señor: “Has desafiado la palabra del Señor y no has cumplido la orden que el Señor tu Dios te dio. 22Has vuelto para comer pan y beber agua en el lugar donde él te dijo que no lo hicieras. Por lo tanto, no será sepultado tu cuerpo en la tumba de tus antepasados”.

23Cuando el hombre de Dios terminó de comer y beber, el profeta que lo había hecho volver le aparejó un asno 24y el hombre de Dios se puso en camino. Pero un león le salió al paso y lo mató, dejándolo tendido en el camino. Sin embargo, el león y el asno se quedaron junto al cuerpo. 25Al ver el cuerpo tendido y al león cuidando el cuerpo, los que pasaban por el camino llevaron la noticia a la ciudad donde vivía el profeta anciano.

26Cuando el profeta que lo había hecho volver de su viaje se enteró de eso, dijo: «Ahí tienen al hombre de Dios que desafió la palabra del Señor. Por eso el Señor lo entregó al león, que lo ha matado y despedazado, como la palabra del Señor se lo había advertido».

27Luego el profeta dijo a sus hijos: «Aparéjenme el asno». En cuanto lo hicieron, 28el profeta salió y encontró el cuerpo tendido en el camino, con el asno y el león junto a él. El león no se había comido el cadáver ni había despedazado al asno. 29Entonces el profeta levantó el cadáver del hombre de Dios, lo puso sobre el asno y se lo llevó de vuelta a la ciudad para hacer duelo por él y enterrarlo. 30Luego lo puso en la tumba de su propiedad e hicieron duelo por él, clamando: «¡Ay, hermano mío!».

31Después de enterrarlo, el profeta dijo a sus hijos: «Cuando yo muera, entiérrenme en la misma tumba donde está enterrado el hombre de Dios y pongan mis huesos junto a los suyos. 32Porque ciertamente se cumplirá la sentencia que, en obediencia a la palabra del Señor, él pronunció contra el altar de Betel y contra todos los altares paganos de las ciudades de Samaria».

33Con todo, Jeroboán no cambió su mala conducta, sino que una vez más puso como sacerdotes para los altares paganos a toda clase de gente. A cualquiera que deseaba ser sacerdote de esos altares, él lo consagraba como tal. 34Esa conducta llevó a la dinastía de Jeroboán a pecar, y causó su caída y su desaparición de la faz de la tierra.