Zacarías 12:1-14, Zacarías 13:1-9, Zacarías 14:1-21 NVI

Zacarías 12:1-14

Destrucción de los enemigos de Jerusalén

Esta profecía es la palabra del Señor con respecto a Israel.

El Señor, quien extendió los cielos, echó los cimientos de la tierra y formó el espíritu del hombre en su interior, afirma:

«Convertiré a Jerusalén en una copa que hará tambalear a todos los pueblos vecinos. Judá será sitiada, lo mismo que Jerusalén, y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella.

»En aquel día convertiré a Jerusalén en una roca inconmovible para todos los pueblos. Los que intenten moverla quedarán despedazados.

»En aquel día espantaré a todos los caballos y enloqueceré a sus jinetes», afirma el Señor. «Me mantendré vigilante sobre Judá, pero dejaré ciegos a los caballos de todas las naciones. Entonces los jefes de Judá pensarán: “La fortaleza de los habitantes de Jerusalén es su Dios, el Señor de los Ejércitos”.

»En aquel día convertiré a los jefes de Judá en un brasero ardiente dentro de un bosque, en una antorcha encendida entre las gavillas. A diestra y a siniestra devorarán a todos los pueblos vecinos, pero Jerusalén será habitada en el lugar de siempre. El Señor salvará primero las viviendas de Judá, para que no sea mayor la gloria de la casa real de David y la de los habitantes de Jerusalén, que la de Judá.

»En aquel día el Señor protegerá a los habitantes de Jerusalén. El más débil entre ellos será como David y la casa real de David será como Dios, como el ángel del Señor que marcha al frente de ellos.

Lamento por el que fue traspasado

»En aquel día me dispondré a destruir a todas las naciones que ataquen a Jerusalén. Sobre la casa real de David y los habitantes de Jerusalén derramaré el Espíritu12:10 el Espíritu. Alt. un espíritu. de gracia y de súplica. Entonces me mirarán a mí, a quien traspasaron, y harán lamentación con duelo como por su hijo único. Llorarán amargamente, como quien llora por su primogénito.

»En aquel día habrá una gran lamentación en Jerusalén, como la de Hadad Rimón en la llanura de Meguido. Todo el país hará duelo, familia por familia: la familia de David y sus mujeres, la familia de Natán y sus mujeres, la familia de Leví y sus mujeres, la familia de Simí y sus mujeres, y todas las demás familias y sus mujeres.

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Zacarías 13:1-9

Limpieza del pecado

»En aquel día se abrirá una fuente para lavar del pecado y de la impureza a la casa real de David y a los habitantes de Jerusalén.

»En aquel día arrancaré del país los nombres de los ídolos y nunca más volverán a ser recordados», afirma el Señor de los Ejércitos. «También eliminaré del país a los profetas y el espíritu de impureza. Y si hubiera todavía alguno que quisiera profetizar, su padre y su madre, que lo engendraron, le dirán: “Has mentido en el nombre del Señor. Por tanto, debes morir”. Y sus propios padres traspasarán al que profetiza.

»En aquel día los profetas se avergonzarán de sus visiones proféticas. Ya no engañarán a nadie vistiéndose con mantos de piel, sino que cada cual dirá: “Yo no soy profeta, sino agricultor. Desde mi juventud, la tierra ha sido mi ocupación”.13:5 Desde … ocupación. Alt. Un hombre me vendió en mi juventud. Y si alguien pregunta: “¿Por qué tienes esas heridas en las manos?”, él responderá: “Son las heridas que me hicieron en casa de mis amigos”.

El pastor herido, las ovejas dispersas

»¡Despierta, espada, contra mi pastor,

contra mi compañero!»,

afirma el Señor de los Ejércitos.

«Hiere al pastor

para que se dispersen las ovejas

y vuelva yo mi mano contra los pequeños.

Y en todo el país», afirma el Señor,

«las dos terceras partes

serán abatidas y perecerán;

solo una tercera parte quedará con vida.

Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego;

la refinaré como se refina la plata,

la probaré como se prueba el oro.

Entonces ellos me invocarán

y yo responderé.

Yo diré: “Ellos son mi pueblo”.

Ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.

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Zacarías 14:1-21

El reinado venidero del Señor

»¡Jerusalén! Viene el día del Señor cuando tus despojos serán repartidos en tus propias calles. Movilizaré a todas las naciones para que peleen contra ti. Te conquistarán, saquearán tus casas y violarán a tus mujeres. La mitad de tus habitantes irá al exilio, pero el resto del pueblo se quedará contigo. Entonces saldrá el Señor y peleará contra aquellas naciones, como cuando pelea en el día de la batalla.

»En aquel día sus pies estarán en el monte de los Olivos que se encuentra al este de Jerusalén. El monte de los Olivos se partirá en dos de este a oeste, formará un gran valle, con una mitad del monte desplazándose al norte y la otra mitad al sur. Ustedes huirán por el valle de mi monte, porque se extenderá hasta Asal. Huirán como huyeron del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Entonces vendrá el Señor mi Dios acompañado de todos los santos.

»En aquel día no habrá luz ni hará frío. Será un día excepcional que solo el Señor conoce: no tendrá día ni noche, pues, cuando llegue la noche, seguirá alumbrando la luz.

»En aquel día fluirá agua viva desde Jerusalén, tanto en verano como en invierno. Una mitad correrá hacia el mar Muerto y la otra, hacia el mar Mediterráneo. El Señor será rey sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será el único Dios y su nombre será el único nombre.

»Desde Gueba hasta Rimón, al sur de Jerusalén, todo el país se volverá un desierto.14:10 un desierto. Lit. como el Arabá. Pero Jerusalén se levantará y permanecerá en su lugar, desde la puerta de Benjamín hasta el sitio de la puerta Primera, hasta la puerta del Ángulo, y desde la torre de Jananel hasta los lagares del rey. Jerusalén volverá a ser habitada, estará segura y nunca más será destruida.

»Esta es la plaga con la que el Señor herirá a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: se les pudrirá la carne en vida, se les pudrirán los ojos en las cuencas y se les pudrirá la lengua en la boca. En aquel día el Señor los llenará de pánico. Cada uno levantará la mano contra el otro; se atacarán entre sí. También Judá peleará en Jerusalén. Se recogerán las riquezas de todas las naciones vecinas y grandes cantidades de oro, plata y ropa. Una plaga semejante herirá también a caballos y mulos, camellos y asnos, y a todo animal que esté en aquellos campamentos.

»Entonces los sobrevivientes de todas las naciones que atacaron a Jerusalén subirán año tras año para adorar al Rey, al Señor de los Ejércitos, y para celebrar la fiesta de las Enramadas. Si alguno de los pueblos de la tierra no sube a Jerusalén para adorar al Rey, al Señor de los Ejércitos, tampoco recibirá lluvia. Y si el pueblo egipcio no sube ni participa, tampoco recibirá lluvia. El Señor enviará una plaga para castigar a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las Enramadas. ¡Así será castigado Egipto y todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las Enramadas!

»En aquel día los cascabeles de los caballos llevarán esta inscripción: consagrado al Señor. Las ollas de cocina del Templo del Señor serán como los tazones sagrados que están frente al altar del sacrificio. Toda olla de Jerusalén y de Judá será consagrada al Señor de los Ejércitos. Además, todo el que vaya a sacrificar tomará algunas de esas ollas y cocinará en ellas. En aquel día no habrá más mercaderes14:21 mercaderes. Alt. cananeos. en el Templo del Señor de los Ejércitos».

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