Nehemías 7:4-73, Nehemías 8:1-18 NVI

Nehemías 7:4-73

Lista de los repatriados

La ciudad ocupaba una gran extensión, pero tenía pocos habitantes porque no todas las casas se habían reconstruido.

Mi Dios puso en mi corazón el deseo de reunir a los nobles, a los oficiales y al pueblo, para registrarlos según su descendencia; y encontré el registro genealógico de los que habían regresado en la primera repatriación. Allí estaba escrito:

La siguiente es la lista de la gente de la provincia, es decir, de aquellos que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivos y a quienes se les permitió regresar a Jerusalén y a Judá. Cada uno volvió a su propia ciudad, bajo el mando de Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Azarías, Raamías, Najamani, Mardoqueo, Bilsán, Mispéret, Bigvay, Nehúm y Baná.

Esta es la lista de los israelitas que regresaron:

los descendientes deParós 2,172Sefatías 372Araj 652Pajat Moab, es decir, de Jesúa y Joab 2,818Elam 1,254Zatú 845Zacay 760Binuy 648Bebay 628Azgad 2,322Adonicán 667Bigvay 2,067Adín 655Ater, es decir, de Ezequías 98Jasún 328Bezay 324Jarif 112Gabaón 95Belén y de Netofa 188Anatot 128Bet Azmávet 42Quiriat Yearín, Cafira y Berot 743Ramá y Gueba 621Micmás 122Betel y de Hai 123el otro Nebo 52el otro Elam 1,254Jarín 320Jericó 345Lod, Jadid y Ono 721Sená 3,930

De los sacerdotes:

los descendientes deJedaías, de la familia de Jesúa 973Imer 1,052Pasur 1,247Jarín 1,017

De los levitas:

los descendientes deJesúa y de Cadmiel, que pertenecían a la familia de Hodavías 74

De los cantores:

los descendientes deAsaf 148

De los porteros:

los descendientes deSalún, Ater, Talmón,Acub, Jatitá y Sobay 138

De los servidores del Templo:

los descendientes deZijá, Jasufá, Tabaot,Querós, Sigajá, Padón,Lebaná, Jagabá, Salmay,Janán, Guidel, Gajar,Reaías, Rezín, Necoda,Gazán, Uza, Paseaj,Besay, Meunín, Nefisesín,Bacbuc, Jacufá, Jarjur,Baslut, Mejidá, Jarsa,Barcós, Sísara, Temá,Neziaj y Jatifá.

De los descendientes de los servidores de Salomón:

los descendientes deSotay, Soféret, Peruda,Jalá, Darcón, Guidel,Sefatías, Jatil,Poquéret Hasebayin y Amón.Los servidores del Templo y de los descendientes de los servidores de Salomón 392

Los siguientes regresaron de Tel Melaj, Tel Jarsá, Querub, Adón e Imer, pero no pudieron demostrar ascendencia israelita:

los descendientes deDelaías, Tobías y Necoda 642

De entre los sacerdotes, tampoco pudieron demostrar su ascendencia israelita los siguientes:

los descendientes de

Jobaías, Cos y Barzilay (este último se casó con una de las hijas de un galaadita llamado Barzilay, del cual tomó su nombre).

Estos buscaron sus registros genealógicos, pero como no los encontraron, fueron excluidos del sacerdocio al considerarlos impuros. A ellos el gobernador les prohibió comer de los alimentos sagrados hasta que un sacerdote decidiera su destino por medio del urim y el tumim.

El número total de los miembros de la asamblea era de cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas, sin contar los esclavos y esclavas que sumaban siete mil trescientos treinta y siete; y también había doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras. Tenían además setecientos treinta y seis caballos, doscientas cuarenta y cinco mulas,7:68 setecientos … mulas (varios mss. hebreos; véase también Esd 2:66); TM no incluye estas frases. cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte burros.

Algunos jefes de familia entregaron al tesoro donativos para la obra. El gobernador entregó al tesoro mil dáricos7:70 Es decir, aprox. 8.4 kg. de oro, cincuenta tazones y quinientas treinta túnicas sacerdotales. Los jefes de familia entregaron veinte mil dáricos7:71 Es decir, aprox. 170 kg; también en el v. 72. de oro y dos mil doscientas minas7:71 Es decir, aprox. 1.2 t. de plata. El resto del pueblo entregó veinte mil dáricos de oro y dos mil minas7:70-72 Es decir, aprox. 1 t. de plata y sesenta y siete túnicas sacerdotales.

Los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, la gente del pueblo, los servidores del Templo y los demás israelitas se establecieron en sus propias ciudades.

Esdras lee la Ley

Al llegar el mes séptimo, los israelitas ya estaban establecidos en sus ciudades.

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Nehemías 8:1-18

Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se reunió en la plaza que está frente a la puerta del Agua y pidió al maestro Esdras traer el libro de la Ley que el Señor había dado a Israel por medio de Moisés.

Así que el día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras llevó la Ley ante la asamblea, que estaba compuesta de hombres y mujeres y de todos los que podían comprender la lectura. Entonces la leyó en presencia de ellos desde el alba hasta el mediodía en la plaza que está frente a la puerta del Agua. Todo el pueblo estaba muy atento a la lectura del libro de la Ley.

El maestro Esdras se puso de pie sobre una plataforma de madera construida para la ocasión. A su derecha estaban Matatías, Semá, Anaías, Urías, Jilquías y Maseías; a su izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Jasún, Jasbadana, Zacarías y Mesulán.

Esdras, a quien la gente podía ver porque él estaba en un lugar más alto, abrió el libro y todo el pueblo se puso de pie. Entonces Esdras bendijo al Señor, el gran Dios. Y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: «¡Amén y amén!». Luego adoraron al Señor, postrándose rostro en tierra.

Los levitas Jesúa, Baní, Serebías, Jamín, Acub, Sabetay, Hodías, Maseías, Quelitá, Azarías, Jozabad, Janán y Pelaías le explicaban la Ley al pueblo, que no se movía de su sitio. Ellos leían con claridad el libro de la Ley de Dios y lo interpretaban de modo que se comprendiera su lectura.

Al oír las palabras de la Ley, la gente comenzó a llorar. Por eso el gobernador Nehemías, el sacerdote y maestro Esdras y los levitas que enseñaban al pueblo dijeron: «No lloren ni se pongan tristes, porque este día ha sido consagrado al Señor su Dios».

Luego Nehemías añadió: «Ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulces y compartan su comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es su fortaleza».

También los levitas tranquilizaban a todo el pueblo. Les decían: «¡Tranquilos! ¡No estén tristes, que este es un día santo!».

Así que todo el pueblo se fue a comer, beber, compartir su comida y a celebrar con gran alegría; porque habían comprendido lo que se les había enseñado.

La fiesta de las Enramadas

Al día siguiente, los jefes de familia, junto con los sacerdotes y los levitas, se reunieron con el maestro Esdras para estudiar las palabras de la Ley. Y en esta encontraron escrito que el Señor había mandado a Moisés que durante la fiesta del mes séptimo los israelitas debían habitar en enramadas y pregonar en todas sus ciudades y en Jerusalén esta orden: «Vayan a la montaña y traigan ramas de olivo, de olivo silvestre, de arrayán, de palmera y de todo árbol frondoso, para hacer enramadas, conforme a lo que está escrito».8:15 Véase Lv 23:37-40.

La gente fue, trajo ramas y con ellas hizo enramadas en las azoteas, en los patios, en el atrio del Templo de Dios, en la plaza de la puerta del Agua y en la plaza de la puerta de Efraín. Toda la asamblea de los que habían regresado del cautiverio hizo enramadas y habitó en ellas. Como los israelitas no habían hecho esto desde los días de Josué, hijo de Nun, hubo gran alegría.

Todos los días, desde el primero hasta el último, se leyó el libro de la Ley de Dios. Celebraron la fiesta durante siete días y en el día octavo hubo una asamblea, según lo ordenado.

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