Marcos 8:14-38
Cuidado con los fariseos y Herodes
A los discípulos se les había olvidado llevar pan; solo tenían uno en la barca.
―Tengan cuidado —les dijo Jesús—; ¡ojo con la levadura de los fariseos y con la de Herodes!
Ellos comentaban entre sí el hecho de que no tenían pan. Al darse cuenta de esto, Jesús les dijo:
―¿Por qué están hablando de que no tienen pan? ¿Todavía no ven ni entienden? ¿Tienen la mente embotada? ¿Es que tienen ojos, pero no ven, y oídos, pero no oyen? ¿Acaso no recuerdan? Cuando partí los cinco panes para los cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de pedazos recogieron?
―Doce —respondieron.
―Y, cuando partí los siete panes para los cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de pedazos recogieron?
―Siete.
Entonces concluyó:
―¿Y todavía no entienden?
Jesús sana a un ciego en Betsaida
Cuando llegaron a Betsaida, algunas personas le llevaron un ciego a Jesús y le rogaron que lo tocara. Él tomó de la mano al ciego y lo sacó fuera del pueblo. Después de escupirle en los ojos y de poner las manos sobre él, le preguntó:
―¿Puedes ver algo?
El hombre alzó los ojos y dijo:
―Veo gente; parecen árboles que caminan.
Entonces le puso de nuevo las manos sobre los ojos, y el ciego fue curado: recobró la vista y comenzó a ver todo con claridad. Jesús lo mandó a su casa y le dijo:
―No vayas a entrar en el pueblo.
El reconocimiento de Pedro
Jesús y sus discípulos salieron hacia las aldeas de Cesarea de Filipo. En el camino les preguntó:
―¿Quién dice la gente que soy yo?
―Unos dicen que Juan el Bautista, otros, que Elías, y otros, que uno de los profetas —respondieron.
―Y ustedes, ¿qué dicen?, ¿quién soy yo?
―Tú eres el Cristo —afirmó Pedro.
Jesús les ordenó que no hablaran a nadie acerca de él.
Jesús anuncia su muerte
Luego comenzó a enseñarles:
―El Hijo del hombre tiene que sufrir muchas cosas y ser rechazado por los líderes judíos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la Ley. Es necesario que lo maten y que a los tres días resucite.
Habló de esto con toda claridad. Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo. Pero Jesús se dio vuelta, miró a sus discípulos y reprendió a Pedro.
―¡Aléjate de mí, Satanás! —le dijo—. Tú no piensas desde el punto de vista de Dios, sino del punto de vista humano.
Entonces llamó a la gente y a sus discípulos.
―Si alguien quiere ser mi discípulo —les dijo—, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por la buena noticia la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida? Quizá haya alguien que se avergüence de mí y de mis palabras en medio de esta gente infiel y pecadora. Si es así, el Hijo del hombre se avergonzará de esa persona cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
Marcos 9:1
Y añadió:
―Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto el reino de Dios llegar con poder.