Efesios 3:1-21
El plan secreto de Dios
Yo, Pablo, estoy preso por anunciar el mensaje de Cristo Jesús, y lo he hecho por el bien de ustedes los no judíos. Sin duda se han enterado de que Dios me encargó explicarles su plan de mostrarles su amor inmerecido. Ese plan lo mantenía en secreto, pero me lo dio a conocer a mí. Ya les he escrito brevemente acerca de ese plan. Al leer esto, podrán darse cuenta de que comprendo bien ese plan que Dios cumpliría por medio de Cristo. Ese plan, que ningún ser humano conoció antes, ahora se lo ha revelado por medio del Espíritu a los santos apóstoles y profetas de Dios. Según ese plan, los no judíos, junto con Israel, tienen el derecho de recibir las ricas bendiciones de Dios. Son parte de un mismo pueblo y participan de las promesas de Dios. Todo eso, gracias a Cristo Jesús y por aceptar el mensaje de la buena noticia.
Aunque no lo merezco, Dios me dio un regalo como muestra de su amor y gran poder: me encargó anunciar esta buena noticia. Yo soy el más insignificante de todos los creyentes. Sin embargo, recibí este privilegio inmerecido de predicar a las naciones acerca de las incontables bendiciones que Cristo nos puede dar. También me encargó explicarles cómo es que Dios, el creador de todas las cosas, cumple su plan, el cual mantuvo en secreto muchísimo tiempo. Y todo esto es para que la sabiduría de Dios, en todas sus formas, se dé a conocer ahora. La dará a conocer por medio de la iglesia a los ángeles y espíritus que gobiernan en el reino espiritual con poder y autoridad. Así lo había decidido desde el principio, y lo cumplió por medio de Cristo Jesús nuestro Señor. Gracias a él, por medio de la fe, disfrutamos de libertad y confianza para acercarnos a Dios. Así que les pido que no se desanimen a causa de lo que sufro por ustedes, ya que estos sufrimientos míos son para ustedes un honor.
Pablo pide fortaleza para los cristianos de Éfeso
Por esta razón me arrodillo delante del Padre, creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra. Él es inmensamente rico y poderoso. Por eso le pido en oración que, por medio del Espíritu, les dé un espíritu fuerte, para que no se desanimen por nada. Le pido además que los llene de fe, para que Cristo viva en sus corazones. Que así como un árbol de raíces profundas se mantiene firme, ustedes se mantengan confiando firmemente en el amor de Dios. Así podrán comprender, junto con todos los creyentes, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo. En fin, pido que ustedes conozcan ese amor que nuestra mente no alcanza a comprender. Porque así serán llenos de todo lo que Dios tiene y es.
Alabemos a Dios, que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginar o pedir. Y su poder puede actuar eficazmente en nosotros. ¡Que toda la iglesia, a través de los tiempos, dé gloria a Dios, por medio de Cristo Jesús, por los siglos de los siglos! Amén.