Daniel 7:1-28, Daniel 8:1-14 NVI

Daniel 7:1-28

Las cuatro bestias

En el primer año del reinado de Belsasar en Babilonia, Daniel tuvo un sueño y visiones mientras yacía en su lecho. Entonces puso por escrito lo más importante de su sueño. Daniel dijo:

«Durante la noche tuve una visión. En ella aparecía el gran mar agitado por los cuatro vientos del cielo. Del mar salían cuatro bestias enormes, cada una diferente de la otra.

»La primera de ellas se parecía a un león, pero sus alas eran las de un águila. Mientras yo la observaba, le arrancaron las alas, la levantaron del suelo y la obligaron a pararse sobre sus patas traseras, como si fuera un hombre. Y se le dio un corazón humano.

»La segunda bestia que vi se parecía a un oso. Se levantaba sobre uno de sus costados y entre sus fauces tenía tres costillas. A esta bestia se le dijo: “¡Levántate y come carne hasta que te hartes!”.

»Ante mis propios ojos vi aparecer otra bestia, la cual se parecía a un leopardo, aunque en el lomo tenía cuatro alas, como las de un ave. Esta bestia tenía cuatro cabezas y recibió autoridad para gobernar.

»Después de esto, en mis visiones nocturnas vi ante mí una cuarta bestia, la cual era extremadamente horrible y poseía una fuerza descomunal. Con sus grandes colmillos de hierro aplastaba y devoraba a sus víctimas, para luego pisotear los restos. Tenía diez cuernos y no se parecía en nada a las otras bestias.

»Mientras me fijaba en los cuernos, vi surgir entre ellos otro cuerno más pequeño. Por causa de este fueron arrancados tres de los primeros. El cuerno pequeño parecía tener ojos humanos y una boca que hablaba insolencias.

Canto al Anciano

»Mientras yo observaba esto,

»se colocaron unos tronos

y tomó asiento un Anciano de días.

Su ropa era blanca como la nieve,

y su cabello, blanco como la lana.

Su trono con sus ruedas

centelleaban como el fuego.

De su presencia brotaba

un torrente de fuego.

Miles y millares le servían;

centenares de miles estaban delante de él.

Al iniciarse el juicio,

los libros fueron abiertos.

»Yo me quedé mirando por causa de las grandes insolencias que profería el cuerno. Seguí mirando hasta que a esta bestia la mataron, destrozaron y echaron al fuego ardiente. A las otras bestias les quitaron el poder, aunque las dejaron vivir por algún tiempo.

»En esa visión nocturna, vi que alguien con el aspecto de un hijo de hombre venía entre las nubes del cielo. Se acercó al Anciano de días, fue llevado a su presencia y se le dio autoridad, poder y reino. Todos los pueblos, naciones y lenguas lo adoraron. Su dominio es eterno y no pasará; su reino jamás será destruido.

La interpretación del sueño

»Yo, Daniel, me quedé agitado por dentro a causa de las visiones que pasaban por mi mente. Entonces me acerqué a uno de los que estaban allí, y le pregunté el verdadero significado de todo esto.

»Y esta fue su interpretación: “Las cuatro grandes bestias son cuatro reinos que se levantarán en la tierra, pero los santos del Altísimo recibirán el reino, y será suyo para siempre, ¡para siempre jamás!”.

»Quise entonces saber el significado de la cuarta bestia, que era muy diferente a las demás. Era más aterradora, pues tenía colmillos de hierro y garras de bronce. Desmenuzaba a sus víctimas y las devoraba, pisoteando luego sus restos. Quise saber también acerca de los diez cuernos que tenía en la cabeza, y del otro cuerno que le había salido y ante el cual habían caído tres de ellos. Este cuerno se veía más impresionante que los otros, pues tenía ojos y hablaba con insolencia. Mientras observaba yo, este cuerno libró una guerra contra los santos y los venció. Entonces vino el Anciano y emitió juicio en favor de los santos del Altísimo. En ese momento los santos recibieron el reino.

»Esta fue la explicación que me dio: “La cuarta bestia es un cuarto reino que surgirá en este mundo. Será diferente a los otros reinos; devorará toda la tierra, la aplastará y la pisoteará. Los diez cuernos son diez reyes que saldrán de este reino. Otro rey les sucederá, distinto a los anteriores, el cual derrocará a tres reyes. Hablará en contra del Altísimo y oprimirá a sus santos; tratará de cambiar las fechas importantes7:25 O el calendario; o también las fiestas religiosas. y también las leyes, y los santos quedarán bajo su poder por un tiempo, dos tiempos y medio tiempo.7:25 O por un año, dos años y medio año; o tres años y medio.

»”El tribunal tomará asiento, se le quitará el poder y se le destruirá para siempre. Entonces se dará a los santos, que son el pueblo del Altísimo, la majestad y el poder y la grandeza de los reinos. Su reino será un reino eterno, y lo adorarán y obedecerán todos los gobernantes de la tierra”.

»Aquí termina el relato. Yo, Daniel, me quedé desconcertado por tantas ideas que me pasaban por la mente, a tal grado que palideció mi rostro. Pero guardé esto para mí mismo».7:28 Aquí termina la porción aramea. Véase nota en 2:4.

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Daniel 8:1-14

Visión del carnero y del macho cabrío

«En el tercer año del reinado de Belsasar yo, Daniel, tuve una visión, después de la que ya había tenido. En ella me veía en la ciudad de Susa, en la provincia de Elam, junto al río Ulay. Me fijé y vi ante mí un carnero con sus dos cuernos. Estaba junto al río y tenía cuernos largos. Uno de ellos era más largo y le había salido después. Me quedé observando cómo el carnero atacaba hacia el oeste, hacia el norte y hacia el sur. Ningún animal podía hacerle frente ni había tampoco quien pudiera librarse de su poder. El carnero hacía lo que quería y cada vez cobraba más fuerza.

»Mientras reflexionaba yo al respecto, de pronto, surgió del oeste un macho cabrío, que tenía un cuerno enorme entre los ojos. Cruzó toda la tierra sin tocar siquiera el suelo. Luego se lanzó contra el carnero de los dos cuernos que yo había visto de pie junto al río y lo atacó furiosamente. Yo vi cómo se acercó enfurecido, lo golpeó y le rompió los dos cuernos. El carnero no pudo hacerle frente, pues el macho cabrío lo derribó y lo pisoteó. Nadie pudo librar al carnero del poder del macho cabrío. El macho cabrío cobró gran fuerza, pero en el momento de su mayor grandeza se le rompió el gran cuerno. En su lugar brotaron cuatro grandes cuernos que se alzaron contra los cuatro vientos del cielo.

»De uno de ellos salió otro cuerno, pequeño al principio, que extendió su poder hacia el sur, hacia el este y hacia la Tierra Hermosa. Creció hasta alcanzar al ejército de los cielos e hizo caer a tierra algunos del ejército de las estrellas y los pisoteó. Y creció hasta pretender ser tan grande como el comandante del ejército del Señor. Por su causa, se eliminó el sacrificio diario y se derribó el santuario. Por la rebelión, le fueron entregados el ejército y el sacrificio diario; derribó la verdad, hizo cuanto quiso y en todo tuvo éxito.

»Escuché entonces que uno de los santos hablaba y que otro le preguntaba: “¿Cuánto tiempo va a tardar lo anunciado en esta visión: el sacrificio diario, la rebeldía desoladora, la entrega del santuario y la humillación del ejército?”.

»Y aquel santo me dijo: “Va a tardar dos mil trescientas tardes y mañanas. Después de eso, se purificará el santuario”.

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