2 Crónicas 7:11-22, 2 Crónicas 8:1-18, 2 Crónicas 9:1-31 NVI

2 Crónicas 7:11-22

Pacto de Dios con Salomón

7:11-221R 9:1-9

Cuando Salomón terminó el Templo del Señor y el palacio real, llevando a feliz término todo lo que se había propuesto hacer en ellos, el Señor se le apareció una noche y le dijo:

«He escuchado tu oración, y he escogido este lugar como Templo para que me ofrezcan sacrificios.

»Cuando yo cierre los cielos para que no llueva, o le ordene a la langosta que devore la tierra, o envíe plaga sobre mi pueblo, si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra. Mantendré abiertos mis ojos y atentos mis oídos a las oraciones que se eleven en este lugar. Desde ahora y para siempre escojo y consagro este templo para que mi Nombre esté en él para siempre. Mis ojos y mi corazón siempre estarán allí.

»En cuanto a ti, si me sigues como lo hizo tu padre David, y me obedeces en todo lo que yo te ordene y cumples mis estatutos y leyes, yo afirmaré tu trono real, como pacté con tu padre David cuando le dije: “Nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel”.

»Pero si ustedes me abandonan y desobedecen los estatutos y mandamientos que les he dado, y se apartan de mí para servir y adorar a otros dioses, los arrancaré de raíz de la tierra que les he dado y repudiaré este templo que he consagrado en honor de mi Nombre. Entonces los convertiré en el objeto de burla de todos los pueblos. Y aunque ahora este templo es imponente, llegará el día en que todo el que pase frente a él quedará asombrado y preguntará: “¿Por qué el Señor ha tratado así a este país y a este templo?”. Y le responderán: “Porque abandonaron al Señor, Dios de sus antepasados, que los sacó de Egipto, y se echaron en los brazos de otros dioses, a los cuales adoraron y sirvieron. Por eso el Señor ha dejado que les sobrevenga tanto desastre”».

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2 Crónicas 8:1-18

Otras actividades de Salomón

8:1-181R 9:10-28

Veinte años tardó el rey Salomón en construir el Templo del Señor y su propio palacio. Después de esto, reconstruyó las ciudades que había entregado Hiram y las pobló con israelitas. Luego marchó contra la ciudad de Jamat de Sobá y la conquistó. Reconstruyó Tadmor, en el desierto, y todos los lugares de almacenamiento que había construido en Jamat. Reconstruyó como ciudades fortificadas Bet Jorón la de arriba y Bet Jorón la de abajo, y les puso murallas, puertas y cerrojos. Lo mismo hizo con Balat y con todos los lugares de almacenamiento que tenía, con los cuarteles para sus carros de combate y para su caballería, y con todo cuanto quiso construir en Jerusalén, en el Líbano y en todo el territorio bajo su dominio.

En el país quedaron los descendientes de los pueblos no israelitas, es decir, los hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. Los israelitas no pudieron destruir esos pueblos, pero Salomón sometió a trabajos forzados a todos los que Israel no había destruido. Así continúan hasta el día de hoy. Pero a los israelitas Salomón no los hizo trabajar como esclavos, sino que servían como soldados, comandantes de sus capitanes, comandantes de los carros de combate y de los de caballería. El rey Salomón tenía además doscientos cincuenta oficiales en jefe que supervisaban a los obreros.

A la hija del faraón, Salomón la trasladó de la Ciudad de David al palacio que le había construido, pues dijo: «Mi esposa no debe vivir en el palacio de David, rey de Israel, porque los lugares donde ha estado el arca del Señor son sagrados».

En el altar del Señor que había construido frente al atrio, Salomón ofrecía holocaustos al Señor los días correspondientes, según lo ordenado por Moisés: los sábados, las fiestas de luna nueva y las tres fiestas anuales, es decir, la de los Panes sin levadura, la de las Semanas y la de las Enramadas. Conforme a lo dispuesto por su padre David, Salomón asignó turnos a los sacerdotes para prestar su servicio. A los levitas los estableció en sus cargos para entonar las alabanzas y para ayudar a los sacerdotes en los ritos diarios. También fijó turnos a los porteros en cada puerta, porque así lo había ordenado David, hombre de Dios. Y se obedecieron todas las órdenes del rey en cuanto a los sacerdotes y levitas, incluso en lo referente a los tesoros.

Toda la obra de Salomón se llevó a cabo, desde el día en que se echaron los cimientos del templo hasta que se terminó de construirlo. Así el Templo del Señor quedó perfectamente terminado.

Luego Salomón se dirigió a Ezión Guéber y a Elat, en la costa de Edom. Hiram, por medio de sus oficiales, envió a Salomón barcos y marineros expertos. Estos y los oficiales de Salomón navegaron a Ofir y volvieron con cuatrocientos cincuenta talentos8:18 Es decir, aprox. 15 t. de oro, que entregaron al rey Salomón.

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2 Crónicas 9:1-31

La reina de Sabá visita a Salomón

9:1-121R 10:1-13

La reina de Sabá se enteró de la fama de Salomón, así que fue a verlo en Jerusalén para ponerlo a prueba con preguntas difíciles. Llegó con un séquito muy grande. Sus camellos llevaban perfumes, oro en abundancia y piedras preciosas. Al presentarse ante Salomón, le preguntó todo lo que tenía pensado, y él respondió a todas sus preguntas. No hubo ningún asunto, por difícil que fuera, que Salomón no pudiera resolver. Cuando la reina de Sabá vio la sabiduría de Salomón, el palacio que él había construido, los manjares de su mesa, los asientos que ocupaban sus funcionarios, la ropa de los camareros y los coperos, y los holocaustos que ofrecía en el Templo9:3-4 los holocaustos … Templo. Alt. la escalinata por la cual él subía al Templo. del Señor, quedó muy impresionada.

Entonces dijo al rey: «¡Todo lo que escuché en mi país acerca de tus triunfos y de tu sabiduría es cierto! No podía creer nada de eso hasta que vine y lo vi con mis propios ojos. En realidad, ¡no me habían contado ni siquiera la mitad de tu extraordinaria sabiduría! Tú superas todo lo que había oído decir. ¡Dichosos tus súbditos! ¡Dichosos estos servidores tuyos, que constantemente están en tu presencia bebiendo de tu sabiduría! ¡Y alabado sea el Señor tu Dios, que se ha deleitado en ti y te ha puesto en su trono para que lo representes como rey! En su amor por Israel, tu Dios te ha hecho rey de ellos para que gobiernes con justicia y rectitud, pues él quiere consolidar a su pueblo para siempre».

Luego la reina le regaló a Salomón ciento veinte talentos9:9 Es decir, aprox. 4 t. de oro, piedras preciosas y gran cantidad de perfumes. Jamás volvió a haber perfumes como los que la reina de Sabá obsequió al rey Salomón.

Además del oro de Ofir, los oficiales de Hiram y los de Salomón trajeron madera de sándalo y de piedras preciosas. Con la madera, el rey construyó escalinatas para el Templo del Señor y para el palacio real. También hizo arpas y liras para los músicos. Nunca se había visto en Judá algo semejante.

El rey Salomón, por su parte, dio a la reina de Sabá todo lo que a ella se le antojó pedir, lo cual fue más de lo que ella dio al rey. Después de eso, la reina regresó a su país con todos los que la atendían.

El esplendor de Salomón

9:13-281R 10:14-29; 2Cr 1:14-17

La cantidad de oro que Salomón recibía anualmente llegaba a seiscientos sesenta y seis talentos,9:13 Es decir, aprox. 23 t. sin contar los impuestos que pagaban los mercaderes y comerciantes. También los reyes de Arabia y los gobernadores del país llevaban oro y plata para Salomón.

El rey Salomón hizo doscientos escudos grandes de oro batido, en cada uno de los cuales se emplearon seiscientos siclos9:15 Es decir, aprox. 7 kg. de oro. Hizo además trescientos escudos más pequeños, también de oro batido, empleando en cada uno de ellos trescientos siclos9:16 Es decir, aprox. 3.5 kg. de oro. Estos escudos los puso el rey en el palacio llamado «Bosque del Líbano».

El rey hizo también un gran trono de marfil, recubierto de oro puro. El trono tenía seis peldaños, un estrado de oro, brazos a cada lado del asiento, dos leones de pie junto a los brazos y doce leones de pie sobre los seis peldaños, uno en cada extremo. En ningún otro reino se había hecho algo semejante. Todas las copas del rey Salomón y toda la vajilla del palacio «Bosque del Líbano» eran de oro puro. Nada estaba hecho de plata, pues en tiempos de Salomón la plata era poco apreciada. Cada tres años, la flota comercial del rey, que era tripulada por los oficiales de Hiram, regresaba de Tarsis trayendo oro, plata y marfil, monos y mandriles.9:21 mandriles. Alt. pavos reales.

Tanto en riquezas como en sabiduría, el rey Salomón sobrepasó a los demás reyes de la tierra. Todos ellos procuraban visitarlo para oír la sabiduría que Dios le había dado. Además, año tras año le llevaban regalos: artículos de plata y de oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulas.

Salomón tenía cuatro mil establos para sus caballos y sus carros de combate; también, doce mil caballos que mantenía en las caballerizas y en su palacio en Jerusalén. El rey Salomón extendió su dominio sobre todos los reyes, desde el río Éufrates hasta Filistea y la frontera de Egipto. Hizo que la plata fuera en Jerusalén tan común y corriente como las piedras, y el cedro tan abundante como las higueras de la llanura. Los caballos de Salomón eran importados de Egipto y de todos los otros países.

Muerte de Salomón

9:29-311R 11:41-43

Los demás acontecimientos del reinado de Salomón, desde el primero hasta el último, están escritos en las crónicas del profeta Natán, en la profecía de Ahías, el silonita, y en las visiones del vidente Idó acerca de Jeroboán, hijo de Nabat. Salomón reinó en Jerusalén cuarenta años sobre todo Israel. Cuando murió, fue sepultado en la Ciudad de David, su padre, y su hijo Roboán lo sucedió en el trono.

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