1 Juan 1:1-10, 1 Juan 2:1-29 NVI

1 Juan 1:1-10

El Verbo de vida

Lo que ha sido desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado, lo que hemos tocado con las manos, esto les anunciamos respecto al Verbo que da vida. Esta vida se manifestó. Nosotros la hemos visto, damos testimonio de ella y les anunciamos a ustedes la vida eterna que estaba con el Padre y que se nos ha manifestado. Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Les escribimos estas cosas para que nuestra alegría1:4 nuestra alegría. Var. la alegría de ustedes. sea completa.

Caminemos en la luz

Este es el mensaje que hemos oído de él y que anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad. Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad. Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.

Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no está en nosotros.

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1 Juan 2:1-29

Mis queridos hijos, escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo. Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados y no solo por los nuestros, sino por los de todo el mundo.

Sabemos que hemos llegado a conocer a Dios si obedecemos sus mandamientos. El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente2:5 se manifiesta plenamente. Lit. se ha perfeccionado. en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió.

Queridos hermanos, lo que escribo no es un mandamiento nuevo, sino uno antiguo que han tenido desde el principio. Este mandamiento antiguo es el mensaje que ya oyeron. Por otra parte, lo que escribo es un mandamiento nuevo, cuya verdad se manifiesta tanto en la vida de Cristo como en la de ustedes, porque la oscuridad se va desvaneciendo y ya brilla la luz verdadera.

El que afirma que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. El que ama a su hermano permanece en la luz y no hay nada que lo haga tropezar. Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad, en ella vive y no sabe a dónde va porque la oscuridad no lo deja ver.

Les escribo a ustedes, queridos hijos,

porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Cristo.

Les escribo a ustedes, padres,

porque han conocido al que es desde el principio.

Les escribo a ustedes, jóvenes,

porque han vencido al maligno.

Les he escrito a ustedes, queridos hijos,

porque han conocido al Padre.

Les he escrito a ustedes, padres,

porque han conocido al que es desde el principio.

Les he escrito a ustedes, jóvenes,

porque son fuertes,

la palabra de Dios permanece en ustedes,

y han vencido al maligno.

No amemos al mundo

No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos de la carne,2:16 En contextos como estos la palabra griega para carne (sarx) se refiere a la naturaleza pecaminosa de los seres humanos, a menudo presentada en oposición al Espíritu. la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida—, proviene del Padre, sino del mundo. El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Cuidémonos de los anticristos

Queridos hijos, esta es la hora final y así como ustedes oyeron que el anticristo vendría, muchos son los anticristos que han surgido ya. Por eso nos damos cuenta de que esta es la hora final. Aunque salieron de entre nosotros, en realidad no eran de los nuestros; si lo hubieran sido, se habrían quedado con nosotros. Su salida sirvió para comprobar que ninguno de ellos era de los nuestros.

Todos ustedes, en cambio, han recibido unción del Santo, de manera que conocen la verdad.2:20 la verdad. Var. todas las cosas. No les escribo porque ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira procede de la verdad. ¿Quién es el mentiroso? Es el que niega que Jesús es el Cristo. Tal persona es el anticristo, la que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo no tiene al Padre; el que confiese al Hijo tiene también al Padre.

Permanezcamos en Dios

Permanezca en ustedes lo que han oído desde el principio, y así ustedes2:24 principio, … ustedes. Lit. principio. Si permanece en ustedes lo que han oído desde el principio, ustedes. permanecerán también en el Hijo y en el Padre. Esta es la promesa que él nos dio: la vida eterna.

Estas cosas les escribo acerca de los que procuran engañarlos. En cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece en ustedes y no necesitan que nadie les enseñe. Esa unción es verdadera —no es falsa— y les enseña todas las cosas. Permanezcan en él tal y como él les enseñó.

Y ahora, queridos hijos, permanezcan en él para que, cuando se manifieste, podamos presentarnos ante él confiadamente, seguros de no ser avergonzados en su venida.

Hijos de Dios

Si reconocen que Jesucristo es justo, reconozcan también que todo el que practica la justicia ha nacido de él.

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