Isaías 38 – NVI & OL

Nueva Versión Internacional

Isaías 38:1-22

Enfermedad de Ezequías

38:1-82R 20:1-11; 2Cr 32:24-26

1Por aquellos días Ezequías se enfermó gravemente y estuvo a punto de morir. El profeta Isaías, hijo de Amoz, fue a verlo y le dijo: «Así dice el Señor: “Pon tu casa en orden, porque vas a morir; no te recuperarás”».

2Ezequías volvió el rostro hacia la pared y rogó al Señor: 3«Recuerda, Señor, que yo me he conducido delante de ti con lealtad e integridad y he hecho lo que te agrada». Y Ezequías lloró amargamente.

4Entonces la palabra del Señor vino a Isaías: 5«Ve y dile a Ezequías: “Así dice el Señor, Dios de su antepasado David: He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a darte quince años más de vida. 6Y a ti y a esta ciudad los libraré de caer en manos del rey de Asiria. Yo defenderé esta ciudad.

7»”Esta es la señal que el Señor te dará para confirmar lo que te ha prometido: 8Haré que en la escala de Acaz la sombra del sol retroceda las diez gradas que ya ha bajado”». ¡Entonces, la luz del sol retrocedió las diez gradas que ya había bajado!

Escrito de Ezequías

9Después de su enfermedad y recuperación, Ezequías, rey de Judá, escribió:

10«Yo decía: “¿En la plenitud de mi vida,

debo pasar por las puertas de la muerte38:10 de la muerte. Lit. del Seol.

y ser privado del resto de mis días?”.

11Yo decía: “Ya no veré más al Señor

en esta tierra de los vivientes;

ya no contemplaré más a los seres humanos,

a los que habitan este mundo”.38:11 este mundo (mss. hebreos); el lugar de cesación (TM).

12Me quitaron mi casa, me la arrebataron,

como si fuera la tienda de campaña de un pastor.

Como un tejedor enrollé mi vida

y él me la arrancó del telar.

¡De la noche a la mañana acabó conmigo!

13Pacientemente esperé hasta la aurora,

pero él, como león, me quebró todos los huesos.

¡De la noche a la mañana acabó conmigo!

14Chillé como golondrina, como grulla;

gemí como paloma.

Mis ojos se cansaron de mirar al cielo.

¡Angustiado estoy, Señor!

¡Acude en mi ayuda!

15»Pero ¿qué puedo decir?

Él mismo me lo anunció y así lo ha hecho.

Toda mi vida andaré humildemente,

por causa de la amargura de mi alma.

16Señor, por tales cosas viven los hombres

y también mi espíritu encuentra vida en ellas.

Tú me devolviste la salud

y me diste vida.

17Sin duda, fue para mi bien

pasar por tal angustia.

Con tu amor me guardaste

de la fosa destructora,

y les diste la espalda

a todos mis pecados.

18El sepulcro38:18 sepulcro. Lit. Seol. nada te agradece;

la muerte no te alaba.

Los que descienden a la fosa

nada esperan de tu fidelidad.

19Los que viven y solo los que viven, son los que te alaban,

como hoy te alabo yo.

Los padres hablarán a sus hijos

de tu fidelidad.

20»El Señor me salvará,

y en el Templo del Señor

todos los días de nuestra vida

cantaremos con instrumentos de cuerda».

21Isaías había dicho: «Preparen una pasta de higos, aplíquensela en la llaga y él se recuperará».

22Y Ezequías había preguntado: «¿Qué señal recibiré de que se me permitirá subir al Templo del Señor?».

O Livro

Isaías 38:1-22

Ezequias adoece

(2 Rs 20.1-11; 2 Cr 32.24)

1Ezequias adoeceu gravemente, ficando às portas da morte. O profeta Isaías veio visitá-lo. “Põe todos os teus assuntos em ordem”, disse-lhe Isaías, “e prepara-te para morreres. O Senhor manda dizer-te que não recuperarás a saúde.”

2Ezequias voltou-se para o lado da parede e orou assim ao Senhor: 3“Ó Senhor, lembra-te de como eu tenho sido honesto e sincero contigo e como procurei obedecer a tudo o que tens dito!” E começou a chorar intensamente.

4Então o Senhor mandou outra mensagem a Isaías: 5“Vai dizer a Ezequias: O Senhor, o Deus de David, teu antepassado, ouviu a tua oração, viu as tuas lágrimas e deixar-te-á viver mais 15 anos. 6Livrar-te-ei, a ti e a esta cidade, do rei da Assíria; defenderei esta cidade. 7E esta é a prova daquilo que digo: 8Farei com que o Sol recue 10 graus, segundo o relógio de sol de Acaz.”

E o Sol recuou 10 graus.

9Quando o rei Ezequias se restabeleceu, escreveu este poema sobre a sua experiência:

10“Disse no meu íntimo:

vivi metade da minha vida e tenho de deixar tudo.

Ficarei privado do resto dos meus anos

e terei de passar as portas do mundo dos mortos.

11Nunca mais tornarei a ver o Senhor na terra dos vivos.

Nunca mais verei os meus amigos neste mundo.

12A minha vida acaba e desfaz-se como a tenda dum pastor,

como a obra dum tecelão quando chega ao fim.

De um dia para o outro, a minha vida está a ser consumida.

13Passei toda a noite a gemer;

era como se um leão me estivesse a partir os ossos.

De um dia para o outro, a minha vida está a ser consumida.

14No meu delírio chilreava como um grou ou uma andorinha,

gemia como uma pomba.

Levantava os olhos para cima, pedindo ajuda.

Ó Senhor, gritava eu, estou angustiado! Socorre-me!”

15Mas que tenho eu a dizer?

Porque foi ele próprio quem me mandou esta doença.

Todo o meu sono desapareceu,

por causa da amargura do meu coração.

16Ó Senhor, a tua disciplina é boa, dá vida e saúde.

Cura-me e faz com que eu viva!

17Agora já compreendo tudo!

Foi bom para mim passar por toda esta aflição,

porque me livraste carinhosamente da morte;

perdoaste todos os meus pecados.

18Visto que os mortos não te podem louvar,

não podem ficar cheios de esperança e de alegria.

19Os vivos, só os vivos, podem louvar-te

como eu estou a fazer agora.

A nossa geração dará a conhecer à seguinte a tua fidelidade.

20O Senhor veio salvar-me!

Todos os dias da minha vida, de agora em diante,

cantarei hinos de louvor no templo,

acompanhado de instrumentos musicais.

21Isaías tinha dito aos criados de Ezequias: “Façam uma pomada de figos e ponham-na sobre a chaga e ele sarará.”

22Ezequias, nessa altura, até tinha perguntado: “Que sinal me dará o Senhor como prova de que estarei com condições para ir ao templo?”