Repreensão aos Líderes e aos Profetas
1Então eu disse:
Ouçam, vocês que são chefes de Jacó, governantes da nação de Israel.
Vocês deveriam conhecer a justiça!
2Mas odeiam o bem e amam o mal;
arrancam a pele do meu povo e a carne dos seus ossos.
3Aqueles que comem a carne do meu povo,
arrancam a sua pele,
despedaçam os seus ossos
e os cortam como se fossem
carne para a panela
4um dia clamarão ao Senhor,
mas ele não lhes responderá.
Naquele tempo, ele esconderá deles o rosto
por causa do mal que eles têm feito.
5Assim diz o Senhor:
“Aos profetas que fazem o meu povo desviar-se,
e que, quando lhes dão o que mastigar,
proclamam paz, mas proclamam guerra santa
contra quem não lhes enche a boca:
6Por tudo isso a noite virá sobre vocês,
noite sem visões;
haverá trevas, sem adivinhações.
O sol se porá e o dia se escurecerá para os profetas.
7Os videntes envergonhados
e os adivinhos constrangidos,
todos cobrirão o rosto
porque não haverá resposta da parte de Deus”.
8Mas, quanto a mim,
graças ao poder do Espírito do Senhor,
estou cheio de força e de justiça,
para declarar a Jacó a sua transgressão,
e a Israel o seu pecado.
9Ouçam isto, vocês que são chefes da descendência de Jacó,
governantes da nação de Israel,
que detestam a justiça e pervertem tudo o que é justo;
10que constroem Sião com derramamento de sangue
e Jerusalém com impiedade.
11Seus líderes julgam sob suborno,
seus sacerdotes ensinam visando lucro,
e seus profetas adivinham em troca de prata.
E ainda se apoiam no Senhor, dizendo:
“O Senhor está no meio de nós.
Nenhuma desgraça nos acontecerá”.
12Por isso, por causa de vocês,
Sião será arada como um campo,
Jerusalém se tornará um monte de entulho,
e a colina do templo, um matagal.
El castigo a los gobernantes corruptos
1Entonces dije:
«Escuchad, gobernantes de Jacob,
autoridades del pueblo de Israel:
¿Acaso no os corresponde a vosotros
conocer el derecho?
2Vosotros odiáis el bien y amáis el mal;
a mi pueblo le arrancáis la piel del cuerpo
y la carne de los huesos;
3vosotros devoráis a mi pueblo,
le arrancáis la piel, le rompéis los huesos;
lo descuartizáis como carne para la olla,
como carne para el horno».
4Entonces le pedirán auxilio al Señor,
pero él no les responderá;
esconderá de ellos su rostro
porque hicieron lo malo.
Contraste entre el profeta falso y el verdadero
5Esto es lo que dice el Señor contra vosotros,
profetas que descarriáis a mi pueblo:
«Con el estómago lleno, invitan a la paz;
con el vientre vacío, declaran la guerra.
6Por tanto, tendréis noches sin visiones,
oscuridad sin presagios».
El sol se ocultará de estos profetas;
¡el día se les volverá tinieblas!
7Los videntes quedarán en vergüenza;
los adivinos serán humillados.
Dios les tapará la boca,
pues no les dará respuesta.
8Yo, en cambio, estoy lleno de poder,
lleno del Espíritu del Señor,
y lleno de justicia y de fuerza,
para echarle en cara a Jacob su delito;
para reprocharle a Israel su pecado.
El gobierno corrupto, causa de la caída de Sión
9Escuchad esto vosotros,
gobernantes del pueblo de Jacob,
y autoridades del reino de Israel,
que abomináis la justicia y torcéis el derecho,
10que edificáis a Sión con sangre
y a Jerusalén con injusticia.
11Sus gobernantes juzgan por soborno,
sus sacerdotes instruyen por paga,
y sus profetas predicen por dinero;
para colmo, se apoyan en el Señor, diciendo:
«¿No está el Señor entre nosotros?
¡No vendrá sobre nosotros ningún mal!»
12Por lo tanto, por culpa vuestra
Sión será como un campo arado;
Jerusalén quedará en ruinas,
y el monte del templo se volverá un matorral.