Mateo 13 – NVI & NVI-PT

Nueva Versión Internacional

Mateo 13:1-58

Parábola del sembrador

13:1-15Mr 4:1-12; Lc 8:4-10

13:16-17Lc 10:23-24

13:18-23Mr 4:13-20; Lc 8:11-15

1Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó a la orilla del lago. 2La multitud que se reunió para verlo era tan grande que él tuvo que subir a una barca donde se sentó mientras toda la gente estaba de pie en la orilla. 3Y dijo en parábolas muchas cosas como estas: «Un sembrador salió a sembrar. 4Mientras iba esparciendo las semillas, una parte cayó junto al camino, llegaron los pájaros y se las comieron. 5Otra parte cayó en terreno pedregoso, sin mucha tierra. Esas semillas brotaron pronto porque la tierra no era profunda; 6pero cuando salió el sol, las plantas se marchitaron y por no tener raíz se secaron. 7Otra parte de las semillas cayó entre espinos que, al crecer, ahogaron las plantas. 8Pero las otras semillas cayeron en buen terreno, en el que se dio una cosecha que rindió hasta cien, sesenta y treinta veces más de lo que se había sembrado. 9El que tenga oídos, que oiga».

10Los discípulos se acercaron y le preguntaron:

—¿Por qué hablas a la gente en parábolas?

11Él respondió:

—A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos; pero a ellos no. 12Al que tiene se le dará más y tendrá en abundancia. Al que no tiene hasta lo que tiene se le quitará. 13Por eso les hablo a ellos en parábolas:

»Aunque miren, no vean;

aunque oigan, no escuchen ni entiendan.

14En ellos se cumple la profecía de Isaías:

“Por mucho que oigan, no entenderán;

por mucho que vean, no comprenderán.

15Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible;

se les han tapado los oídos

y se les han cerrado los ojos.

De lo contrario, verían con los ojos,

oirían con los oídos,

entenderían con el corazón,

se arrepentirían y yo los sanaría”.13:14,15 Is 6:9,10.

16Pero dichosos los ojos de ustedes porque ven y sus oídos porque oyen. 17Les aseguro que muchos profetas y otros justos anhelaron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; quisieron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron.

Jesús explica la parábola del sembrador

18»Escuchen ahora lo que significa la parábola del sembrador: 19Cuando alguien oye la palabra acerca del reino y no la entiende, viene el maligno y arrebata lo que se sembró en su corazón. Esta es la semilla sembrada junto al camino. 20El que recibió la semilla que cayó en el suelo lleno de piedras es el que oye la palabra y de inmediato la recibe con alegría. 21Pero como no tiene raíz, dura poco tiempo. Cuando surgen problemas o persecución a causa de la palabra, enseguida se aparta de ella. 22El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan. Por eso, la semilla no llega a dar fruto. 23Pero el que recibió la semilla que cayó en buen terreno es el que oye la palabra y la entiende. Este sí produce una cosecha hasta cien, sesenta y treinta veces más».

Parábola de la mala hierba

24Jesús contó otra parábola: «El reino de los cielos es como un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25Pero mientras todos dormían, llegó su enemigo y sembró mala hierba entre el trigo y se fue. 26Cuando brotó el trigo y se formó la espiga, apareció también la mala hierba. 27Los siervos fueron al dueño y le dijeron: “Señor, ¿no sembró usted semilla buena en su campo? Entonces, ¿de dónde salió la mala hierba?”. 28“Esto es obra de un enemigo”, respondió. Le preguntaron los siervos: “¿Quiere usted que vayamos a arrancarla?”. 29“¡No! —contestó—, no sea que, al arrancar la mala hierba, arranquen con ella el trigo. 30Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha. Entonces diré a los segadores: Recojan primero la mala hierba y átenla en manojos para quemarla; después recojan el trigo y guárdenlo en mi granero”».

Parábolas de la semilla de mostaza y de la levadura

31Les contó otra parábola: «El reino de los cielos es como una semilla de mostaza que un hombre sembró en su campo. 32Aunque es la más pequeña de todas las semillas, cuando crece es la más grande de las plantas del huerto. Se convierte en árbol, de modo que vienen las aves y anidan en sus ramas».

33Les contó otra parábola más: «El reino de los cielos es como la levadura que una mujer tomó y mezcló en tres medidas13:33 tres medidas. Es decir, aprox. 27 kg. Lit. tres satas. de harina, hasta que hizo crecer toda la masa».

34Jesús dijo a la multitud todas estas cosas en parábolas. No decía nada sin emplear parábolas. 35Así se cumplió lo dicho por el profeta:

«Hablaré por medio de parábolas;

revelaré cosas que han estado ocultas desde la creación del mundo».13:35 Sal 78:2.

Jesús explica la parábola de la mala hierba

36Una vez que se despidió de la multitud, entró en la casa. Se acercaron sus discípulos y le pidieron:

—Explícanos la parábola de la mala hierba del campo.

37—El que sembró la buena semilla es el Hijo del hombre —respondió Jesús—. 38El campo es el mundo y la buena semilla representa a los hijos del reino. La mala hierba son los hijos del maligno, 39y el enemigo que la siembra es el diablo. La cosecha es el fin del mundo,13:39 el fin del mundo. Lit. la consumación del siglo. y los segadores son los ángeles.

40»Así como se recoge la mala hierba y se quema en el fuego, ocurrirá también al fin del mundo. 41El Hijo del hombre enviará a sus ángeles y arrancarán de su reino a todos los que pecan y hacen pecar. 42Los arrojarán al horno encendido, donde habrá llanto y crujir de dientes. 43Entonces los justos brillarán en el reino de su Padre como el sol. El que tenga oídos, que oiga.

Parábolas del tesoro escondido y de la perla

44»El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo. Cuando un hombre lo descubrió, lo volvió a esconder, y lleno de alegría fue y vendió todo lo que tenía y compró ese campo.

45»También se parece el reino de los cielos a un comerciante que andaba buscando perlas finas. 46Cuando encontró una de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

Parábola de la red

47»También se parece el reino de los cielos a una red echada al lago, que atrapa peces de toda clase. 48Cuando se llena, los pescadores la sacan a la orilla, se sientan y recogen en canastas los peces buenos y desechan los malos. 49Así será al fin del mundo. Vendrán los ángeles y apartarán de los justos a los malvados. 50Luego los arrojarán al horno encendido, donde habrá llanto y crujir de dientes».

51—¿Han entendido todo esto? —preguntó Jesús.

—Sí —respondieron ellos.

52Entonces concluyó Jesús:

—Todo maestro de la Ley que ha sido instruido acerca del reino de los cielos es como el dueño de una casa que, de lo que tiene guardado, saca tesoros nuevos y viejos.

Jesús es rechazado en su tierra

53Cuando Jesús terminó de contar estas parábolas, se fue de allí. 54Al llegar a su pueblo, comenzó a enseñar a la gente en la sinagoga.

—¿De dónde sacó este tal sabiduría y tales poderes milagrosos? —decían maravillados—. 55¿No es acaso el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? 56¿No están con nosotros todas sus hermanas? Así que, ¿de dónde sacó todas estas cosas?

57Y se escandalizaban a causa de él. Pero Jesús les dijo:

—En todas partes se honra a un profeta, menos en su tierra y en su propia casa.

58Y por la falta de fe de ellos, no hizo allí muchos milagros.

Nova Versão Internacional

Mateus 13:1-58

A Parábola do Semeador

(Mc 4.1-20; Lc 8.1-15)

1Naquele mesmo dia, Jesus saiu de casa e assentou-se à beira-mar. 2Reuniu-se ao seu redor uma multidão tão grande que, por isso, ele entrou num barco e assentou-se. Ao povo reunido na praia 3Jesus falou muitas coisas por parábolas, dizendo: “O semeador saiu a semear. 4Enquanto lançava a semente, parte dela caiu à beira do caminho, e as aves vieram e a comeram. 5Parte dela caiu em terreno pedregoso, onde não havia muita terra, e logo brotou, porque a terra não era profunda. 6Mas, quando saiu o sol, as plantas se queimaram e secaram, porque não tinham raiz. 7Outra parte caiu no meio dos espinhos, que cresceram e sufocaram as plantas. 8Outra ainda caiu em boa terra, deu boa colheita, a cem, sessenta e trinta por um. 9Aquele que tem ouvidos para ouvir, ouça!”

10Os discípulos aproximaram-se dele e perguntaram: “Por que falas ao povo por parábolas?”

11Ele respondeu: “A vocês foi dado o conhecimento dos mistérios do Reino dos céus, mas a eles não. 12A quem tem será dado, e este terá em grande quantidade. De quem não tem, até o que tem lhe será tirado. 13Por essa razão eu lhes falo por parábolas:

“ ‘Porque vendo, eles não veem

e, ouvindo, não ouvem

nem entendem’13.13 Alguns manuscritos trazem Para que vendo, eles não vejam e, ouvindo, não ouçam nem entendam..

14Neles se cumpre a profecia de Isaías:

“ ‘Ainda que estejam sempre ouvindo,

vocês nunca entenderão;

ainda que estejam sempre vendo,

jamais perceberão.

15Pois o coração deste povo se tornou insensível;

de má vontade ouviram com os seus ouvidos,

e fecharam os seus olhos.

Se assim não fosse,

poderiam ver com os olhos,

ouvir com os ouvidos,

entender com o coração

e converter-se, e eu os curaria’13.14,15 Is 6.9,10.

16Mas felizes são os olhos de vocês, porque veem; e os ouvidos de vocês, porque ouvem. 17Pois eu digo a verdade: Muitos profetas e justos desejaram ver o que vocês estão vendo, mas não viram, e ouvir o que vocês estão ouvindo, mas não ouviram.

18“Portanto, ouçam o que significa a parábola do semeador: 19Quando alguém ouve a mensagem do Reino e não a entende, o Maligno vem e arranca o que foi semeado em seu coração. Esse é o caso da semente que caiu à beira do caminho. 20Quanto à semente que caiu em terreno pedregoso, esse é o caso daquele que ouve a palavra e logo a recebe com alegria. 21Todavia, visto que não tem raiz em si mesmo, permanece pouco tempo. Quando surge alguma tribulação ou perseguição por causa da palavra, logo a abandona. 22Quanto à semente que caiu no meio dos espinhos, esse é o caso daquele que ouve a palavra, mas a preocupação desta vida e o engano das riquezas a sufocam, tornando-a infrutífera. 23E quanto à semente que caiu em boa terra, esse é o caso daquele que ouve a palavra e a entende, e dá uma colheita de cem, sessenta e trinta por um”.

A Parábola do Joio

24Jesus lhes contou outra parábola, dizendo: “O Reino dos céus é como um homem que semeou boa semente em seu campo. 25Mas enquanto todos dormiam, veio o seu inimigo e semeou o joio13.25 Grego: cizânia, erva daninha parecida com o trigo; também no restante do capítulo. no meio do trigo e se foi. 26Quando o trigo brotou e formou espigas, o joio também apareceu.

27“Os servos do dono do campo dirigiram-se a ele e disseram: ‘O senhor não semeou boa semente em seu campo? Então, de onde veio o joio?’

28“ ‘Um inimigo fez isso’, respondeu ele.

“Os servos lhe perguntaram: ‘O senhor quer que o tiremos?’

29“Ele respondeu: ‘Não, porque, ao tirar o joio, vocês poderiam arrancar com ele o trigo. 30Deixem que cresçam juntos até a colheita. Então direi aos encarregados da colheita: Juntem primeiro o joio e amarrem-no em feixes para ser queimado; depois juntem o trigo e guardem-no no meu celeiro’ ”.

As Parábolas do Grão de Mostarda e do Fermento

(Mc 4.30-34; Lc 13.18-21)

31E contou-lhes outra parábola: “O Reino dos céus é como um grão de mostarda que um homem plantou em seu campo. 32Embora seja a menor entre todas as sementes, quando cresce, torna-se uma das maiores plantas e atinge a altura de uma árvore, de modo que as aves do céu vêm fazer os seus ninhos em seus ramos”.

33E contou-lhes ainda outra parábola: “O Reino dos céus é como o fermento que uma mulher tomou e misturou com uma grande quantidade13.33 Grego: 3 satos. O sato era uma medida de capacidade para secos. As estimativas variam entre 7 e 13 litros. de farinha, e toda a massa ficou fermentada”.

34Jesus falou todas estas coisas à multidão por parábolas. Nada lhes dizia sem usar alguma parábola, 35cumprindo-se, assim, o que fora dito pelo profeta:

“Abrirei minha boca em parábolas,

proclamarei coisas ocultas desde a criação do mundo”13.35 Sl 78.2.

A Explicação da Parábola do Joio

36Então ele deixou a multidão e foi para casa. Seus discípulos aproximaram-se dele e pediram: “Explica-nos a parábola do joio no campo”.

37Ele respondeu: “Aquele que semeou a boa semente é o Filho do homem. 38O campo é o mundo, e a boa semente são os filhos do Reino. O joio são os filhos do Maligno, 39e o inimigo que o semeia é o Diabo. A colheita é o fim desta era, e os encarregados da colheita são anjos.

40“Assim como o joio é colhido e queimado no fogo, assim também acontecerá no fim desta era. 41O Filho do homem enviará os seus anjos, e eles tirarão do seu Reino tudo o que faz cair no pecado e todos os que praticam o mal. 42Eles os lançarão na fornalha ardente, onde haverá choro e ranger de dentes. 43Então os justos brilharão como o sol no Reino de seu Pai. Aquele que tem ouvidos, ouça.

As Parábolas do Tesouro Escondido e da Pérola de Grande Valor

44“O Reino dos céus é como um tesouro escondido num campo. Certo homem, tendo-o encontrado, escondeu-o de novo e, então, cheio de alegria, foi, vendeu tudo o que tinha e comprou aquele campo.

45“O Reino dos céus também é como um negociante que procura pérolas preciosas. 46Encontrando uma pérola de grande valor, foi, vendeu tudo o que tinha e a comprou.

A Parábola da Rede

47“O Reino dos céus é ainda como uma rede que é lançada ao mar e apanha toda sorte de peixes. 48Quando está cheia, os pescadores a puxam para a praia. Então assentam-se e juntam os peixes bons em cestos, mas jogam fora os ruins. 49Assim acontecerá no fim desta era. Os anjos virão, separarão os perversos dos justos 50e lançarão aqueles na fornalha ardente, onde haverá choro e ranger de dentes”.

51Então perguntou Jesus: “Vocês entenderam todas essas coisas?”

“Sim”, responderam eles.

52Ele lhes disse: “Por isso, todo mestre da lei instruído quanto ao Reino dos céus é como o dono de uma casa que tira do seu tesouro coisas novas e coisas velhas”.

Um Profeta sem Honra

(Mc 6.1-6)

53Quando acabou de contar essas parábolas, Jesus saiu dali. 54Chegando à sua cidade, começou a ensinar o povo na sinagoga. Todos ficaram admirados e perguntavam: “De onde lhe vêm esta sabedoria e estes poderes milagrosos? 55Não é este o filho do carpinteiro? O nome de sua mãe não é Maria, e não são seus irmãos Tiago, José, Simão e Judas? 56Não estão conosco todas as suas irmãs? De onde, pois, ele obteve todas essas coisas?” 57E ficavam escandalizados por causa dele.

Mas Jesus lhes disse: “Só em sua própria terra e em sua própria casa é que um profeta não tem honra”.

58E não realizou muitos milagres ali, por causa da incredulidade deles.