4. Mose 31 – HOF & NVI

Hoffnung für Alle

4. Mose 31:1-54

Die Eroberung des Ostjordanlandes

(Kapitel 31–36)

Rache an den Midianitern

1Der Herr sprach zu Mose: 2»Räche dich an den Midianitern für das, was sie euch Israeliten angetan haben! Danach wirst du sterben und im Tod mit deinen Vorfahren vereint.«

3Mose rief das Volk zusammen und sagte: »Rüstet eure Truppen zum Kampf! Wir greifen die Midianiter an! Jetzt bekommen sie vom Herrn, was sie verdienen. 4Jeder Stamm soll 1000 Soldaten bereitstellen.«

5Da wählten die israelitischen Stämme insgesamt 12.000 Männer aus. 6Mose sandte sie unter der Führung von Pinhas los, dem Sohn des Priesters Eleasar. Er hatte Gegenstände aus dem Heiligtum und die Signaltrompeten bei sich. 7Wie der Herr es befohlen hatte, kämpften die Israeliten gegen die Midianiter und töteten alle Männer, 8darunter auch die fünf midianitischen Könige Ewi, Rekem, Zur, Hur und Reba. Außerdem brachten sie Bileam, den Sohn von Beor, mit dem Schwert um.

9Die Frauen und Kinder nahmen sie gefangen, dazu erbeuteten sie die Viehherden und den ganzen Besitz der Midianiter. 10Sie verbrannten die Städte und Zeltdörfer 11und brachten alle Menschen, Tiere und den erbeuteten Besitz 12-13zum Lager Israels in der moabitischen Steppe am Jordan, gegenüber von Jericho. Mose, der Priester Eleasar und die führenden Männer des Volkes kamen ihnen aus dem Lager entgegen.

14Mose ärgerte sich über die Heerführer, die den Befehl über 100 oder 1000 Mann hatten. 15Er fragte sie: »Habt ihr etwa die Frauen am Leben gelassen? 16Dabei sind sie es doch gewesen, die unser Volk mit ihrem Götzen Peor vom Herrn weggelockt haben! Sie waren es, die Bileams bösen Plan in die Tat umgesetzt haben! Sie sind schuld daran, dass der Herr unser Volk so hart gestraft hat!

17Tötet sie! Tötet auch alle männlichen Kinder! 18Lasst nur die Mädchen am Leben, die noch unberührt sind. Sie sollen euch gehören. 19Jeder von euch, der einen Menschen getötet oder eine Leiche berührt hat, muss sieben Tage lang draußen vor dem Lager bleiben. Er soll sich am dritten und siebten Tag mit geweihtem Wasser von seiner Sünde reinigen. Das gilt sowohl für euch als auch für die Gefangenen. 20Reinigt auch eure Kleidung und alles, was aus Fell, Ziegenhaut oder Holz ist!«

21Dann erklärte der Priester Eleasar den heimgekehrten Männern noch einmal die Reinigungsvorschriften, die Mose vom Herrn empfangen hatte. Er sagte: 22»Alles, was aus Gold, Silber, Bronze, Eisen, Zinn oder Blei ist 23und deshalb nicht verbrennen kann, müsst ihr ins Feuer halten, damit es rein wird. Besprengt es danach mit Reinigungswasser. Alles andere, das im Feuer verbrennen würde, sollt ihr in Wasser tauchen. 24Wascht am letzten Tag der Woche auch eure Kleidung. Dann seid ihr wieder rein und dürft ins Lager zurückkommen.«

Die Beute wird verteilt

25Der Herr sprach zu Mose: 26»Zähl die Gefangenen und die Tiere, die ihr erbeutet habt. Der Priester Eleasar und die Stammesoberhäupter sollen dir dabei helfen. 27Gib die Hälfte der Beute den Männern, die gekämpft haben, die andere Hälfte dem übrigen Volk. 28Von beiden Hälften sollst du je einen Anteil für mich zurückbehalten. Ich möchte von dem, was die Soldaten erhalten, je einen von fünfhundert Menschen und je ein Tier von fünfhundert Rindern, Eseln, Schafen und Ziegen bekommen. 29Dieser Anteil an der Beute soll ein Opfer für mich sein und den Priestern gehören; übergib ihn Eleasar! 30Von der anderen Hälfte, die das übrige Volk bekommt, soll je einer von fünfzig Menschen und je eins von fünfzig Tieren für mich zurückbehalten werden. Gib sie den Leviten, die den Dienst im heiligen Zelt verrichten.«

31Mose und der Priester Eleasar taten, was der Herr gesagt hatte. 32-34Sie zählten insgesamt 675.000 Schafe und Ziegen, 72.000 Rinder und 61.000 Esel. 35Außerdem waren 32.000 Mädchen, die noch unberührt waren, gefangen genommen worden. 36-40Die Soldaten erhielten von allem die Hälfte, also 337.500 Schafe oder Ziegen, 36.000 Rinder und 30.500 Esel; von den Mädchen bekamen sie 16.000. Dem Herrn überließen sie 675 Schafe und Ziegen, 72 Rinder, 61 Esel, dazu 32 Mädchen. 41Diesen Anteil gab Mose dem Priester Eleasar, wie der Herr es befohlen hatte. 42-47Die andere Hälfte der Beute bekam das übrige Volk, das nicht gekämpft hatte. Mose gab je eins von fünfzig Mädchen und Tieren den Leviten, die den Dienst im Heiligtum verrichteten. So hatte es der Herr angeordnet.

Die Heerführer bringen ein Opfer dar

48Die Heerführer, die den Befehl über 100 oder 1000 Soldaten hatten, kamen zu Mose 49und berichteten ihm: »Herr, wir haben unsere Leute durchgezählt und festgestellt, dass nicht ein einziger Mann fehlt. 50Wir wollen dem Herrn dafür mit einem Opfer danken und ihm alles geben, was uns an Goldschmuck in die Hände gefallen ist: Armbänder, Armreife, Siegelringe, Ohrringe und Halsschmuck. Wir hoffen, dass der Herr uns dann unsere Schuld vergibt.«

51Mose und der Priester Eleasar nahmen das ganze Gold entgegen. Es waren kunstvoll gearbeitete Schmuckstücke, 52die insgesamt rund 200 Kilogramm wogen. Die Heerführer hatten sie selbst erbeutet. 53Auch die anderen Soldaten hatten Gold aus dem Krieg mitgebracht, sie behielten es jedoch für sich. 54Mose und Eleasar brachten das Gold, das die Heerführer opfern wollten, ins Heiligtum. Es sollte ein Zeichen dafür sein, dass der Herr sich an sein Volk erinnerte.31,54 Oder: Es sollte den Herrn an sein Volk erinnern.

Nueva Versión Internacional

Números 31:1-54

Guerra contra Madián

1El Señor dijo a Moisés: 2«Antes de reunirte con tus antepasados, en nombre de tu pueblo, tienes que vengarte de los madianitas».

3Moisés se dirigió al pueblo y dijo: «Preparen a algunos de sus hombres para la guerra contra Madián. Vamos a descargar sobre ellos la venganza del Señor. 4Que cada una de las tribus de Israel envíe mil hombres a la guerra».

5Los escuadrones de Israel proveyeron mil hombres por cada tribu, con lo que se reunieron doce mil hombres armados para la guerra. 6Moisés envió a la guerra a los mil hombres de cada tribu. Con ellos iba Finés, hijo del sacerdote Eleazar, quien tenía a su cargo los utensilios del santuario y las trompetas que darían la señal de ataque.

7Tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés, los israelitas entraron en batalla contra Madián y mataron a todos los varones. 8Pasaron a espada a Eví, Requen, Zur, Hur y Reba, que eran los cinco reyes de Madián, y también a Balán, hijo de Beor. 9Capturaron a las mujeres y a los niños de los madianitas, y tomaron como botín de guerra todo su ganado, rebaños y bienes. 10A todas las ciudades y campamentos donde vivían los madianitas les prendieron fuego, 11y se apoderaron de gente y de animales. Todos los despojos y el botín 12se los llevaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a toda la comunidad israelita. A los prisioneros, el botín y los despojos los llevaron hasta el campamento que estaba en las llanuras de Moab, cerca del Jordán, a la altura de Jericó.

13Moisés y el sacerdote Eleazar y todos los líderes de la comunidad salieron a recibirlos fuera del campamento. 14Moisés estaba furioso con los comandantes de mil y de cien soldados que regresaban de la batalla. 15«¿Cómo es que dejaron con vida a las mujeres? —les preguntó—. 16¡Si fueron ellas las que, aconsejadas por Balán, hicieron que los israelitas traicionaran al Señor en Baal Peor! Por eso una plaga hirió de muerte al pueblo del Señor. 17Maten a todos los niños, y también a todas las mujeres que hayan tenido relaciones sexuales, 18pero quédense con todas las muchachas que jamás las hayan tenido.

Purificación de combatientes y de prisioneros

19»Todos los que hayan matado a alguien o hayan tocado un cadáver, deberán quedarse fuera del campamento durante siete días. Al tercer día y al séptimo, se purificarán ustedes y sus prisioneros. 20También deberán purificar toda la ropa y todo artículo de cuero, de pelo de cabra o de madera».

21El sacerdote Eleazar dijo a los soldados que habían ido a la guerra: «Esto es lo que manda la ley que el Señor entregó a Moisés: 22Oro, plata, bronce, hierro, estaño, plomo 23y todo lo que resista el fuego deberá ser pasado por el fuego para purificarse, pero también deberá limpiarse con las aguas de la purificación. Todo lo que no resista el fuego deberá pasar por las aguas de la purificación. 24Al séptimo día, lavarán ustedes sus vestidos y quedarán purificados. Entonces podrán reintegrarse al campamento».

Reparto del botín

25El Señor dijo a Moisés: 26«Tú y el sacerdote Eleazar y los jefes de las familias patriarcales harán un recuento de toda la gente y de todos los animales capturados. 27Dividirán el botín entre los soldados que fueron a la guerra y el resto de la comunidad. 28A los que fueron a la guerra les exigirás del botín una contribución para mí, el Señor. Tanto de la gente como de los asnos, vacas u ovejas, apartarás uno de cada quinientos. 29Los tomarás de la parte que les tocó a los soldados, y se los darás al sacerdote Eleazar como contribución para mí, el Señor. 30De la parte que les toca a los israelitas, apartarás de la gente uno de cada cincuenta, lo mismo que de los asnos, vacas, ovejas u otros animales, y se los darás a los levitas, pues ellos son los responsables del cuidado del santuario del Señor».

31Moisés y el sacerdote Eleazar hicieron tal como el Señor se lo ordenó a Moisés.

32Sin tomar en cuenta los despojos que tomaron los soldados, el botín fue de seiscientas setenta y cinco mil ovejas, 33setenta y dos mil cabezas de ganado, 34sesenta y un mil asnos 35y treinta y dos mil mujeres que jamás habían tenido relaciones sexuales.

36La mitad fue para los que fueron a la guerra:

Trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 37de las cuales se entregaron seiscientas setenta y cinco como contribución al Señor.

38Treinta y seis mil vacas, de las cuales se entregaron setenta y dos como contribución al Señor.

39Treinta mil quinientos asnos, de los cuales se entregaron sesenta y uno como contribución al Señor.

40Dieciséis mil mujeres, de las cuales se entregaron treinta y dos como contribución al Señor.

41La parte que correspondía al Señor se la entregó Moisés al sacerdote Eleazar, tal como el Señor se lo había ordenado.

42Del botín que trajeron los soldados, Moisés tomó la mitad que correspondía a los israelitas, 43de modo que la mitad que le tocó a la comunidad fue trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 44treinta y seis mil vacas, 45treinta mil quinientos asnos 46y dieciséis mil mujeres. 47De la parte que tocó a los israelitas, Moisés tomó una de cada cincuenta personas y uno de cada cincuenta animales, tal como el Señor se lo había ordenado, y todo se lo entregó a los levitas, que eran los responsables del cuidado del santuario del Señor.

La ofrenda de los capitanes

48Entonces los oficiales que estaban a cargo de la tropa, es decir, los comandantes de mil y de cien soldados, se acercaron a Moisés 49y dijeron: «Tus siervos han pasado revista y no falta ninguno de los soldados que estaban bajo nuestras órdenes. 50Por eso hemos traído, como ofrenda al Señor, los artículos de oro que cada uno de nosotros encontró: pulseras, cadenas, anillos, pendientes y collares. Todo esto lo traemos para pedir perdón por nuestro pecado ante el Señor».

51Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron todos los artículos de oro. 52Todo el oro que los comandantes de mil y de cien soldados presentaron como contribución al Señor pesó dieciséis mil setecientos cincuenta siclos.31:52 Es decir, aprox. 193 kg. 53Cada soldado había tomado botín para sí mismo. 54Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro de manos de los comandantes, luego lo llevaron a la Tienda de reunión para que el Señor tuviera presente a los israelitas.