Las bienaventuranzas
5:3-12 – Lc 6:20-23
1Cuando vio a las multitudes, subió a la ladera de una montaña y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, 2y, tomando él la palabra, comenzó a enseñarles diciendo:
3«Dichosos los pobres en espíritu,
porque el reino de los cielos les pertenece.
4Dichosos los que lloran,
porque serán consolados.
5Dichosos los humildes,
porque recibirán la tierra como herencia.
6Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados.
7Dichosos los compasivos,
porque serán tratados con compasión.
8Dichosos los de corazón limpio,
porque ellos verán a Dios.
9Dichosos los que trabajan por la paz,
porque serán llamados hijos de Dios.
10Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque el reino de los cielos les pertenece.
11»Dichosos seréis cuando por mi causa la gente os insulte, os persiga y levante contra vosotros toda clase de calumnias. 12Alegraos y llenaos de júbilo, porque os espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que os precedieron.
La sal y la luz
13»Vosotros sois la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee.
14»Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. 15Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. 16Así brille vuestra luz delante de todos, para que ellos puedan ver vuestras buenas obras y alaben a vuestro Padre que está en el cielo.
El cumplimiento de la ley
17»No penséis que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos, sino a darles cumplimiento. 18Os aseguro que, mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido. 19Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos. 20Porque os digo que no entraréis en el reino de los cielos a menos que vuestra justicia supere a la de los fariseos y de los maestros de la ley.
El homicidio
5:25-26 – Lc 12:58-59
21»Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No mates,5:21 Éx 20:13 y todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal”. 22Pero yo os digo que todo el que se enoje5:22 se enoje. Var. se enoje sin causa. con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte5:22 insulte. Lit. le diga: “Raca” (estúpido en arameo). a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Y cualquiera que lo maldiga5:22 lo maldiga. Lit. le diga: “Necio”. quedará sujeto al fuego del infierno.5:22 al fuego del infierno. Lit. a la Gehenna del fuego.
23»Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda.
25»Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras estéis de camino al juzgado, no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te echen en la cárcel. 26Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último céntimo.5:26 céntimo. Lit. cuadrante.
El adulterio
27»Habéis oído que se dijo: “No cometas adulterio”.5:27 Éx 20:14 28Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón. 29Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecan, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno.5:29 al infierno. Lit. a la Gehenna; también en v. 30. 30Y, si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él vaya al infierno.
El divorcio
31»Se ha dicho: “El que repudia a su esposa debe darle un certificado de divorcio”.5:31 Dt 24:1 32Pero yo os digo que, excepto en caso de infidelidad conyugal, todo el que se divorcia de su esposa la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la divorciada comete adulterio también.
Los juramentos
33»También habéis oído que se dijo a los antepasados: “No faltes a tu juramento, sino cumple con tus promesas al Señor”. 34Pero yo os digo: No juréis de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de tus cabellos se vuelva blanco o negro. 37Cuando digáis “sí”, que sea realmente sí; y, cuando digáis “no”, que sea no. Cualquier cosa de más proviene del maligno.
Ojo por ojo
38»Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”.5:38 Éx 21:24; Lv 24:20; Dt 19:21 39Pero yo os digo: No resistáis al que os haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. 40Si alguien te pone pleito para quitarte la camisa, déjale también la capa. 41Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro, llévasela dos. 42Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda.
El amor a los enemigos
43»Habéis oído que se dijo: “Ama a tu prójimo5:43 Lv 19:18 y odia a tu enemigo”. 44Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por quienes os persiguen,5:44 Amad … persiguen. Var. Amad a vuestros enemigos, bendecid a quienes os maldicen, haced bien a quienes os odian, y orad por quienes os ultrajan y os persiguen (véase Lc 6:27,28). 45para que seáis hijos de vuestro Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. 46Si amáis solamente a quienes os aman, ¿qué recompensa recibiréis? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos? 47Y, si solamente saludáis a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿Acaso no hacen esto hasta los gentiles? 48Por tanto, sed perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto.
1Um dia, enquanto as multidões se reuniam, Jesus subiu a encosta do monte com os discípulos, sentou-se 2e começou a ensinar-lhes estas coisas:
Como ser feliz
(Lc 6.20-23)
3“Felizes os que no seu espírito são como pobres,
porque é deles o reino dos céus!
4Felizes os que se lamentam,
porque serão consolados!
5Felizes os mansos,
porque herdarão a Terra!
6Felizes os que têm fome e sede de justiça,
porque serão fartos!
7Felizes os misericordiosos,
porque receberão misericórdia!
8Felizes aqueles cujo coração é puro,
porque verão a Deus!
9Felizes aqueles que se esforçam pela paz,
porque serão chamados filhos de Deus!
10Felizes os que são perseguidos por causa da justiça,
porque é deles o reino dos céus!
11Felizes serão quando forem insultados, perseguidos e quando proferirem todo o mal a vosso respeito, com mentira, por serem meus discípulos! 12Alegrem-se com isso! Sim, regozijem-se, porque vos espera lá no céu uma enorme recompensa! Lembrem-se que também os profetas de antigamente foram assim perseguidos.
Sal e luz
(Mc 9.50; Lc 11.33; 14.34-35)
13Vocês são o sal da Terra. Se o sal perder o seu sabor como o recuperará? Será lançado fora e espezinhado como coisa sem valor. 14Vocês são a luz do mundo. Toda a gente vê uma cidade construída no topo dum monte. 15Não se acende uma lâmpada para ser colocada debaixo duma caixa, mas num candeeiro, para dar luz a todos quantos estão na casa. 16Deste modo, não ocultem a vossa luz; deixem que ela brilhe diante de todos. Que as vossas boas obras brilhem também para serem vistas por todos, de tal maneira que glorifiquem o vosso Pai celestial.
O cumprimento da Lei
(Lc 16.17)
17Não julguem erradamente a razão da minha vinda. Não vim para acabar com a Lei de Moisés ou com os avisos dos profetas. Vim antes para os cumprir. 18É realmente como vos digo: nenhuma letra ou acento das Escrituras desaparecerá, enquanto o céu e a Terra durarem. 19Portanto, quem quebrar um só destes mandamentos, por menor que seja, e ensinar outros a fazer o mesmo, esse será indigno do reino dos céus. Mas quem obedecer à Lei e a ensinar será grande no reino dos céus.
20É como vos digo: a não ser que a vossa justiça ultrapasse a dos especialistas na Lei e dos fariseus, não poderão entrar no reino dos céus!
Assassínio
(Lc 12.58-59)
21Ouviram que foi dito aos antigos:
‘Não mates; quem matar será sujeito a julgamento.’
22Mas é realmente como vos digo: basta o sentimento de ira contra alguém para se cair sob julgamento! Se chamarem estúpido a um amigo, correm o risco de serem levados ao conselho judaico para serem julgados. E se o amaldiçoarem, arriscam-se às chamas do inferno.
23Portanto, se estiveres diante do altar do templo, a oferecer um sacrifício a Deus, e te lembrares de que uma pessoa tem qualquer razão de queixa contra ti, 24deixa o teu sacrifício sobre o altar, vai e pede-lhe perdão e faz as pazes com ela; depois volta e oferece o teu sacrifício a Deus. 25Chega depressa a acordo com o teu adversário, antes que seja tarde e te arraste para um tribunal e sejas lançado na cadeia como devedor. 26É realmente como te digo: ali ficarás até pagares a última moeda.
Adultério
(Mt 18.8-9; Mc 9.43-48)
27Ouviram o que foi dito:
‘Não adulteres.’5.27 Êx 20.14.
28Eu, porém, digo: quem olhar para uma mulher com cobiça, já cometeu adultério com ela no seu coração. 29Portanto, se o teu olho direito te leva à cobiça, tira-o e arremessa-o para longe de ti! Melhor é que seja destruída uma parte do teu corpo do que seres lançado todo inteiro no inferno. 30E se a tua mão, mesmo que seja a direita, te fizer pecar, corta-a e arremessa-a para longe de ti! Mais vale ficares privado de parte do teu corpo do que ires parar inteiro ao inferno.
Divórcio
(Mt 19.9; Mc 10.11-12; Lc 16.18)
31Também foi dito:
‘Se um homem quiser livrar-se da sua mulher dar-lhe-á uma declaração de divórcio.’5.31 Dt 24.1.
32Mas eu digo que quem se divorciar da sua mulher, salvo em caso de imoralidade sexual, faz com que ela cometa adultério. E quem com ela casar comete adultério também.
Juramentos
33Ouviram ainda que foi dito aos antigos:
‘Não faltes aos teus juramentos, antes cumprirás perante o Senhor o que juraste.’
34Eu, porém, digo: não façam juramentos de espécie alguma. Mesmo dizer, ‘Pelo céu!’ é já um voto sagrado feito a Deus, porque os céus são a sua habitação. 35E se disserem, ‘Pela Terra!’, também isso é um voto sagrado, porque a Terra é o estrado dos seus pés. E não jurem, ‘Por Jerusalém!’ porque Jerusalém é a capital do grande Rei. 36Não jurem nem mesmo pela vossa cabeça, porque não podem fazer com que um cabelo fique branco ou preto. 37Digam simplesmente: ‘Sim!’ ou ‘Não!’ O que passa daí vem do Maligno.
Olho por olho
(Lc 6.29-30)
38Ouviram o que foi dito:
‘Olho por olho, dente por dente.’5.38 Êx 21.24; Lv 24.20; Dt 19.21.
39Eu, porém, digo: não oponham violência com violência. Se te derem uma bofetada numa das faces, oferece também a outra! 40Se fores levado a tribunal e te tirarem a camisa, dá-lhes também o casaco. 41Se um soldado te obrigar a carregar a mochila um quilómetro, leva-a dois quilómetros. 42Dá a quem te pedir e não fujas de quem te quiser pedir emprestado.
Ama os teus inimigos
(Lc 6.27-28, 32-36)
43Ouviram o que foi dito:
‘Ama o teu próximo, despreza o teu inimigo.’5.43 Ver Lv 19.18.
44Eu, porém, digo: Amem os vossos inimigos. Bendigam os que vos maldizem. Façam o bem aos que vos odeiam. Orem por quem vos persegue! 45Assim procederão como verdadeiros filhos do vosso Pai que está no céu, porque faz brilhar o Sol tanto sobre os maus como sobre os bons e manda a chuva cair tanto sobre justos como injustos. 46Se amarem só quem vos ama, de que vale isso? Até os cobradores de impostos o fazem. 47Se forem amigos só dos vossos amigos, em que serão diferentes de qualquer outro? Até os gentios o fazem. 48Vocês, porém, devem ser perfeitos, como é perfeito o vosso Pai que está nos céus.”
