Marcos 15 – CST & OL

Nueva Versión Internacional (Castilian)

Marcos 15:1-47

Jesús ante Pilato

15:2-15Mt 27:11-26; Lc 23:2-3,18-25; Jn 18:29–19:16

1Tan pronto como amaneció, los jefes de los sacerdotes, con los ancianos, los maestros de la ley y el Consejo en pleno, llegaron a una decisión. Ataron a Jesús, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato.

2―¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó Pilato.

―Tú mismo lo dices —respondió.

3Los jefes de los sacerdotes se pusieron a acusarlo de muchas cosas.

4―¿No vas a contestar? —le preguntó de nuevo Pilato—. Mira de cuántas cosas te están acusando.

5Pero Jesús ni aun con eso contestó nada, de modo que Pilato se quedó asombrado.

6Ahora bien, durante la fiesta él acostumbraba soltarles un preso, el que la gente pidiera. 7Y resulta que un hombre llamado Barrabás estaba encarcelado con los rebeldes condenados por haber cometido homicidio en una insurrección. 8Subió la multitud y pidió a Pilato que le concediera lo que acostumbraba.

9―¿Queréis que os suelte al rey de los judíos? —replicó Pilato, 10porque se daba cuenta de que los jefes de los sacerdotes habían entregado a Jesús por envidia.

11Pero los jefes de los sacerdotes incitaron a la multitud para que Pilato les soltara más bien a Barrabás.

12―¿Y qué voy a hacer con el que llamáis el rey de los judíos? —les preguntó Pilato.

13―¡Crucifícalo! —gritaron.

14―¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido?

Pero ellos gritaron aún más fuerte:

―¡Crucifícalo!

15Como quería satisfacer a la multitud, Pilato les soltó a Barrabás; a Jesús lo mandó azotar, y lo entregó para que lo crucificaran.

Los soldados se burlan de Jesús

15:16-20Mt 27:27-31

16Los soldados llevaron a Jesús al interior del palacio (es decir, al pretorio) y reunieron a toda la tropa. 17Le pusieron un manto de color púrpura; luego trenzaron una corona de espinas y se la colocaron.

18―¡Salve, rey de los judíos! —lo aclamaban.

19Lo golpeaban en la cabeza con una caña y le escupían. Doblando la rodilla, le rendían homenaje. 20Después de burlarse de él, le quitaron el manto y le pusieron su propia ropa. Por fin, lo sacaron para crucificarlo.

La crucifixión

15:22-32Mt 27:33-44; Lc 23:33-43; Jn 19:17-24

21A uno que pasaba por allí de vuelta del campo, un tal Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, lo obligaron a llevar la cruz. 22Condujeron a Jesús al lugar llamado Gólgota (que significa: Lugar de la Calavera). 23Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero no lo tomó. 24Y lo crucificaron. Repartieron su ropa, echando suertes para ver qué le tocaría a cada uno.

25Eran las nueve de la mañana15:25 Eran … mañana. Lit. Era la hora tercera. cuando lo crucificaron. 26Un letrero tenía escrita la causa de su condena: «El Rey de los judíos». 27Con él crucificaron a dos bandidos,15:27 bandidos. Alt. insurgentes. uno a su derecha y otro a su izquierda.15:27 izquierda. Var. izquierda. 28 Así se cumplió la Escritura que dice: «Fue contado con los malhechores» (Is 53:12). 29Los que pasaban meneaban la cabeza y blasfemaban contra él.

―¡Eh! Tú que destruyes el templo y en tres días lo reconstruyes —decían—, 30¡baja de la cruz y sálvate a ti mismo!

31De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes junto con los maestros de la ley.

―Salvó a otros —decían—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo! 32Que baje ahora de la cruz ese Cristo, el rey de Israel, para que veamos y creamos.

También lo insultaban los que estaban crucificados con él.

Muerte de Jesús

15:33-41Mt 27:45-56; Lc 23:44-49

33Desde el mediodía y hasta la media tarde quedó toda la tierra en oscuridad. 34A las tres de la tarde,15:33-34 Desde … tarde. Lit. Y llegando la hora sexta vino oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena. 34 Y en la hora novena. Jesús gritó con fuerza:

Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”).15:34 Sal 22:1

35Cuando lo oyeron, algunos de los que estaban cerca dijeron:

―Escuchad, está llamando a Elías.

36Un hombre corrió, empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y se la ofreció a Jesús para que bebiera.

―Dejadlo, a ver si viene Elías a bajarlo —dijo.

37Entonces Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró.

38La cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. 39Y el centurión, que estaba frente a Jesús, al oír el grito y15:39 Var. no incluye: oír el grito y. ver cómo murió, dijo:

―¡Verdaderamente este hombre era el Hijo15:39 era el Hijo. Alt. era hijo. de Dios!

40Algunas mujeres miraban desde lejos. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé. 41Estas mujeres lo habían seguido y atendido cuando estaba en Galilea. Además había allí muchas otras que habían subido con él a Jerusalén.

Sepultura de Jesús

15:42-47Mt 27:57-61; Lc 23:50-56; Jn 19:38-42

42Era el día de preparación (es decir, la víspera del sábado). Así que al atardecer, 43José de Arimatea, miembro distinguido del Consejo, y que también esperaba el reino de Dios, se atrevió a presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. 44Pilato, sorprendido de que ya hubiera muerto, llamó al centurión y le preguntó si hacía mucho que15:44 hacía mucho que. Var. ya. había muerto. 45Una vez informado por el centurión, le entregó el cuerpo a José. 46Entonces José bajó el cuerpo, lo envolvió en una sábana que había comprado y lo puso en un sepulcro cavado en la roca. Luego hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. 47María Magdalena y María la madre de José vieron dónde lo pusieron.

O Livro

Marcos 15:1-47

Jesus perante Pilatos

(Mt 27.1-2, 11-14; Lc 23.1-5; Jo 18.28-38)

1De manhã cedo, os principais sacerdotes, os anciãos do povo, os especialistas na Lei e todo o conselho reuniram-se para discutir qual a medida a tomar de seguida. A sua decisão foi mandar Jesus amarrado a Pilatos, o governador romano.

2Pilatos perguntou-lhe: “És o rei dos judeus?”

Jesus respondeu: “Sim, é como tu dizes.”

3Então os principais sacerdotes começaram a acusá-lo de muitos crimes. 4Pilatos perguntou-lhe: “Porque não dizes nada? Que respondes a todas estas acusações que te são feitas?” 5Mas Jesus não adiantou palavra, para grande espanto de Pilatos.

Jesus condenado à morte

(Mt 27.15-26; Lc 23.13-25; Jo 18.39–19.16)

6Ora Pilatos tinha por costume soltar todos os anos, por altura da Páscoa, um preso judeu, aquele que lhe fosse pedido. 7Naquela altura estava preso um tal Barrabás, condenado juntamente com outros por assassínio durante uma revolta. 8Então começou a juntar-se uma multidão diante de Pilatos pedindo-lhe que soltasse um preso, como era habitual. 9“Querem que vos solte o rei dos judeus?”, perguntou Pilatos. 10Porque ele sabia que os principais sacerdotes tinham prendido Jesus por inveja. 11Os principais sacerdotes então atiçaram o povo para que exigisse a libertação de Barrabás em vez da de Jesus. 12“Se eu soltar Barrabás”, perguntou novamente Pilatos, “que farei deste homem a quem chamam o rei dos judeus?”

13E eles responderam em grande gritaria: “Crucifica-o!”

14“Porquê?”, insistiu Pilatos. “Que mal fez ele?”

E o povo rugia cada vez mais alto: “Crucifica-o!”

15Pilatos, com medo de um tumulto e desejoso de agradar ao povo, soltou Barrabás e depois de mandar açoitar Jesus, entregou-o para ser crucificado.

Os soldados zombam de Jesus

(Mt 27.27-31; Jo 19.2-3)

16Assim, os soldados levaram-no para o pátio interno do palácio do governador e chamaram toda a guarnição. 17Vestindo Jesus com um manto de púrpura, fizeram uma coroa de espinhos, que lhe colocaram na cabeça. 18E saudavam-no, gritando: “Viva, ó rei dos judeus!” 19E batiam-lhe na cabeça com uma cana, cuspiam nele e punham-se de joelhos, fingindo que o adoravam. 20Quando acabaram toda aquela troça, tiraram-lhe o manto de púrpura, vestiram-no novamente com as suas roupas e levaram-no para ser crucificado.

Jesus é crucificado e morre

(Mt 27.32-44; Lc 23.26-43; Jo 19.16-27)

21Um certo Simão, cireneu, que passava por ali vindo dos campos, foi forçado a carregar a cruz de Jesus. (Este Simão era o pai de Alexandre e de Rufo.) 22Levando Jesus para um lugar chamado Gólgota, que significa “Lugar da Caveira”, 23ofereceram-lhe vinho misturado com ervas amargas, mas recusou. 24Então pregaram-no na cruz. E lançaram sortes para ver quem ficaria com as suas roupas.

25A crucificação teve lugar cerca das nove horas da manhã. 26Puseram na cruz uma tabuleta por cima da sua cabeça, com aquele que diziam ser o seu crime:

o rei dos judeus.

27Naquela mesma manhã foram crucificados com ele dois malfeitores, ficando um à direita e outro à esquerda. 28Assim se cumpriu a Escritura que dizia: “Foi contado entre os malfeitores.”15.28 Is 53.12. 29As pessoas que passavam insultavam-no, sacudindo a cabeça e dizendo: “És capaz de destruir o templo e construí-lo de novo em três dias, não és? 30Então, salva-te a ti mesmo e desce da cruz!”

31Também os principais sacerdotes e os especialistas na Lei que estavam ali troçavam de Jesus: “Salvou os outros, mas não pode salvar-se a si próprio. 32É o Cristo, o Rei de Israel? Então desça da cruz para que o vejamos e creiamos!” E até os malfeitores que ali foram crucificados com ele o amaldiçoavam.

A morte de Jesus

(Mt 27.45-56; Lc 23.44-49; Jo 19.28-30)

33Ao meio-dia, a terra inteira ficou em trevas, que duraram até às três horas daquela tarde. 34Às três da tarde Jesus exclamou em voz muito alta: “Eli, Eli, lema sabactani?”, que quer dizer: “Meu Deus, meu Deus, porque me abandonaste?”15.34 Sl 22.1.

35Alguns dos que ali se encontravam pensaram que chamava por Elias. 36Um homem correu, ensopou uma esponja e, embebendo-a em vinho azedo, elevou-a num pau. “Vejamos se Elias virá para descê-lo!”, disse.

37Então Jesus deu outro grande brado e morreu.

38O véu do templo rasgou-se em dois pedaços, de cima a baixo.

39Quando o oficial romano que estava junto à cruz viu como Jesus morrera, exclamou: “Verdadeiramente era o Filho de Deus!”

40Estavam ali algumas mulheres vendo a cena à distância, Maria Madalena, Maria, mãe de Tiago, o mais novo, e de José, e ainda Salomé, assim como outras. 41Estas e muitas mais mulheres da Galileia, que eram seguidoras de Jesus, tinham cuidado dele quando andara por aquela província, e tinham-no acompanhado até Jerusalém.

Jesus é sepultado

(Mt 27.57-61; Lc 23.50-56; Jo 19.38-42)

42Tudo isto aconteceu na véspera do sábado. Ao final da tarde, 43José de Arimateia, membro respeitado do supremo tribunal, e que aguardava com ansiedade a vinda do reino de Deus, encheu-se de coragem e pediu a Pilatos o corpo de Jesus. 44Pilatos não acreditava que Jesus já tivesse morrido. 45Por isso, chamando o oficial romano, perguntou-lhe se era verdade. O oficial respondeu que sim, e Pilatos deixou José levar o corpo. 46José comprou então um lençol de linho. E descendo o corpo de Jesus, embrulhou-o nele e depositou-o num túmulo escavado numa rocha. Em seguida, rolou uma pedra para tapar a entrada. 47Maria Madalena e Maria, mãe de José, viram onde o corpo de Jesus foi colocado.