2 Samuel 14 – CST & OL

Nueva Versión Internacional (Castilian)

2 Samuel 14:1-33

Absalón regresa a Jerusalén

1Joab hijo de Sarvia se dio cuenta de que el rey echaba mucho de menos a Absalón. 2Por eso mandó traer a una mujer muy astuta, la cual vivía en Tecoa, y le dijo:

―Quiero que te vistas de luto, y que no te eches perfume, sino que finjas estar de duelo, como si llevaras mucho tiempo llorando la muerte de alguien.

3Luego Joab le ordenó presentarse ante el rey, explicándole antes lo que tenía que decirle. 4Cuando aquella mujer de Tecoa se presentó ante el rey,14:4 se presentó ante el rey (muchos mss. hebreos, LXX, Vulgata y Siríaca); le habló al rey (TM). le hizo una reverencia y se postró rostro en tierra.

―¡Ayúdame, oh rey! —exclamó.

5―¿Qué te pasa? —le preguntó el rey.

―Soy una pobre viuda —respondió ella—; mi esposo ha muerto. 6Esta tu sierva tenía dos hijos, los cuales se pusieron a pelear en el campo. Como no había nadie que los separara, uno de ellos le asestó un golpe al otro y lo mató. 7Pero ahora resulta que toda la familia se ha puesto en contra de esta tu sierva. Me exigen que entregue al asesino para que lo maten, y así vengar la muerte de su hermano, aunque al hacerlo eliminen al heredero. La verdad es que de esa manera apagarían la última luz de esperanza que me queda, y dejarían a mi esposo sin nombre ni descendencia sobre la tierra.

8―Regresa a tu casa, que yo me encargaré de este asunto —respondió el rey.

9Pero la mujer de Tecoa replicó:

―Oh rey, mi señor, que la culpa caiga sobre mí y sobre mi familia, y no sobre el rey ni su trono.

10―Si alguien te amenaza —insistió el rey—, tráemelo para que no vuelva a molestarte.

11Entonces ella le suplicó:

―¡Ruego a mi rey invocar al Señor tu Dios, para que quien deba vengar la muerte de mi hijo no aumente mi desgracia matando a mi otro hijo!

―¡Tan cierto como que el Señor vive —respondió el rey—, juro que tu hijo no perderá ni un solo cabello!

12Pero la mujer siguió diciendo:

―Permite mi señor y rey a esta tu sierva decir algo más.

―Habla.

13―¿Cómo es que intentas hacer lo mismo contra el pueblo de Dios? Al prometerme el rey estas cosas, se declara culpable, pues no deja regresar a su hijo desterrado. 14Así como el agua que se derrama en tierra no se puede recoger, así también todos tenemos que morir. Pero Dios no nos arrebata la vida, sino que provee los medios para que el desterrado no siga separado de él para siempre.

15»Yo he venido a hablar con mi señor el rey porque hay gente que me ha infundido temor. He pensado: “Voy a hablarle al rey; tal vez me conceda lo que le pida, 16librándonos a mí y a mi hijo de quien quiere eliminarnos, para quedarse con la heredad que Dios nos ha dado”.

17»Pensé, además, que tu palabra me traería alivio, pues mi señor el rey es como un ángel de Dios, que sabe distinguir entre lo bueno y lo malo. ¡Que el Señor tu Dios te bendiga!»

18Al llegar a este punto, el rey le dijo a la mujer:

―Voy a hacerte una pregunta, y te pido que no me ocultes nada.

―Dime, mi señor y rey.

19―¿Acaso no está Joab detrás de todo esto?

La mujer respondió:

―Juro por la vida de mi señor el rey que su pregunta ha dado en el blanco.14:19 su pregunta ha dado en el blanco. Lit. nadie va a la derecha o a la izquierda de todo lo que mi señor el rey ha dicho. En efecto, fue tu siervo Joab quien me instruyó y puso en mis labios todo lo que he dicho. 20Lo hizo para disimular el asunto,14:20 para disimular el asunto. Alt. con el propósito de cambiar la situación. pero mi señor tiene la sabiduría de un ángel de Dios y sabe todo lo que sucede en el país.

21Entonces el rey llamó a Joab y le dijo:

―Estoy de acuerdo. Anda, haz que regrese el joven Absalón.

22Postrándose rostro en tierra, Joab le hizo una reverencia al rey y le dio las gracias, añadiendo:

―Hoy sé que cuento con el favor de mi señor y rey, pues el rey ha accedido a mi petición.

23Dicho esto, Joab emprendió la marcha a Guesur, y regresó a Jerusalén con Absalón. 24Pero el rey dio esta orden: «Que se retire a su casa, y que nunca me visite». Por tanto, Absalón tuvo que irse a su casa sin presentarse ante el rey.

25En todo Israel no había ningún hombre tan admirado como Absalón por su hermosura; era perfecto de pies a cabeza. 26Tenía una cabellera tan pesada que una vez al año tenía que cortársela; y según la medida oficial, el pelo cortado pesaba dos kilos.14:26 dos kilos. Lit. doscientos siclos. 27Además, tuvo tres hijos y una hija. Su hija, que se llamaba Tamar, llegó a ser una mujer muy hermosa.

28Absalón vivió en Jerusalén durante dos años sin presentarse ante el rey. 29Un día, le pidió a Joab que fuera a ver al rey, pero Joab no quiso ir. Se lo volvió a pedir, pero Joab se negó a hacerlo. 30Así que Absalón dio esta orden a sus criados: «Mirad, Joab ha sembrado cebada en el campo que tiene junto al mío. ¡Id y prendedle fuego!»

Los criados fueron e incendiaron el campo de Joab. 31Entonces este fue en seguida a casa de Absalón y le preguntó:

―¿Por qué tus criados han prendido fuego a mi campo?

32Y Absalón le respondió:

―Te pedí que fueras a ver al rey y le preguntaras para qué he vuelto de Guesur. ¡Más me habría valido quedarme allí! Voy a presentarme ante el rey y, si soy culpable de algo, ¡que me mate!

33Joab fue a comunicárselo al rey; este, por su parte, mandó llamar a Absalón, el cual se presentó ante el rey y, postrándose rostro en tierra, le hizo una reverencia. A su vez, el rey recibió a Absalón con un beso.

O Livro

2 Samuel 14:1-33

Absalão volta a Jerusalém

1Quando o general Joabe percebeu que o rei tinha saudades de Absalão, 2-3mandou chamar uma mulher de Tecoa que tinha reputação de sábia, disse-lhe que pedisse uma audiência ao rei e ensinou-lhe a forma como se deveria dirigir: “Faz de conta que estás muito triste. Põe um vestido de luto e deixa o cabelo desalinhado como se há muito tempo estivesses assim.”

4Quando a mulher se aproximou do rei, prostrou-se na sua frente com o rosto no chão e implorou: “Ó rei! Ajuda-me!”

5“Que tens tu?”, perguntou-lhe. “Sou uma pobre viúva; 6os meus dois filhos guerrearam entre si e, como não havia ninguém para os separar, um deles foi morto. 7Agora o resto da família exige que eu entregue o outro para ser executado por assassínio do irmão. Se o fizer, fico sem ninguém na vida, e o nome do meu marido desaparecerá.”

8“Deixa isso comigo”, disse-lhe o rei. “Eu me encarregarei de que ninguém lhe toque.”

9“Muito obrigada, meu senhor! Tomarei sobre mim a responsabilidade desse ato, se alguém te criticar por me teres ajudado.”

10“Não te preocupes. Se alguém se opuser, traz-me essa pessoa. Garanto-te que nunca mais levantará oposição!”

11Então ela disse: “Por favor, jura-me diante do Senhor, teu Deus, que não deixarás ninguém fazer mal ao meu filho. Não quero que haja mais sangue derramado.” Retorquiu-lhe: “Tão certo como vive o Senhor, que nem um só cabelo da cabeça do teu filho lhe será arrancado por esse motivo.”

12“Agora deixa-me pedir-te mais uma coisa!”, disse a mulher. “Podes falar.”

13“Porque não fazes com todo o resto do povo de Deus o mesmo que prometeste fazer comigo? Condenaste-te a ti mesmo, ao tomar essa decisão, visto que tens recusado deixar regressar a casa o teu próprio filho que vive exilado. 14Todos nós estamos destinados a morrer um dia. A nossa vida é como água no chão, não se pode juntar outra vez. Deus te abençoará com muitos mais dias de vida se souberes encontrar uma forma de fazer voltar o teu filho do exílio em que se encontra.

15E se vim rogar-te isto, a propósito de um filho cuja vida, tal como a minha, estaria ameaçada, é porque disse para comigo: 16Talvez o rei me ouça e me salve dos que pretendem pôr fim à nossa existência em Israel. 17Sim, o rei dar-nos-á paz, de novo. Eu sei que és como o anjo de Deus e podes discernir o bem do mal. Que o Senhor, teu Deus, seja contigo!”

18“Quero que me digas uma coisa”, replicou o rei. “Sim, meu senhor”, disse-lhe. 19“Foi Joabe quem te mandou aqui?” A mulher replicou: “Como poderei negá-lo? Com efeito, Joabe mandou-me cá e disse-me o que deveria falar. 20Fez isso para que este assunto te fosse apresentado sob uma luz diferente. Mas tu tens a sabedoria de um anjo de Deus e sabes bem como as coisas se fazem!”

21O rei convocou Joabe e disse-lhe: “Está bem. Faz o que for necessário para que Absalão regresse.”

22Joabe inclinou-se até ao chão perante o soberano e abençoou-o: “Verifico que o rei me favorece, visto que esteve de acordo com o meu pedido.”

23Joabe foi até Gesur e trouxe Absalão de volta para Jerusalém.

24“Ele deve habitar nos seus próprios aposentos”, ordenou o rei. “Nunca deverá comparecer aqui. Recuso vê-lo.”

25Absalão era dos homens mais belos em Israel; toda a sua aparência, dos pés à cabeça, era agradável. 26Tinha um cabelo extremamente farto e cortava-o uma vez no ano, porque chegava a pesar mais de dois quilos e não aguentava esse incómodo! 27Tinha três filhos e uma filha, Tamar, que era uma bela rapariga.

28Depois de estar em Jerusalém dois anos, Absalão ainda não tinha visto o rei. 29Por isso, mandou pedir a Joabe que intercedesse por ele, mas Joabe não lhe respondeu. O príncipe insistiu e de novo se recusou a dar-lhe resposta. 30Então Absalão disse aos seus criados que pusessem fogo num campo de cevada que Joabe possuía, ao lado do seu, e assim fizeram.

31Nessa altura, Joabe veio falar-lhe: “Porque é que os teus criados puseram fogo no meu campo?”

32“Porque eu queria perguntar-te a razão por que o rei me mandou vir de Gesur se não tinha a intenção de me ver. Bem podia ter ficado onde estava. Faz com que eu possa ter um encontro com o meu pai; se fiz algum mal, então que me mande executar.”

33Joabe foi dizer ao rei o que Absalão lhe comunicara. Por fim, David chamou Absalão. Quando este compareceu, prostou-se perante o rei, que o beijou.