Oseas, rey de Israel
17:3-7 – 2R 18:9-12
1En el año duodécimo del reinado de Acaz, rey de Judá, Oseas hijo de Elá ascendió al trono de Israel, y reinó en Samaria nueve años. 2Hizo lo que ofende al Señor, aunque no tanto como los reyes de Israel que le habían precedido.
3Salmanasar, rey de Asiria, atacó a Oseas, lo hizo su vasallo y le impuso tributo. 4Más tarde, el rey de Asiria descubrió que Oseas lo traicionaba, pues este había enviado emisarios a So, rey de Egipto, y además había dejado de pagarle el tributo anual. Por eso el rey de Asiria mandó arrestarlo y lo metió en la cárcel. 5Después invadió el país entero, marchó contra Samaria y sitió la ciudad durante tres años. 6En el año noveno del reinado de Oseas, el rey de Asiria, después de conquistar Samaria, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, en Gozán (que está junto al río Jabor) y en las ciudades de los medos.
El pecado de Israel
7Todo esto sucedió porque los israelitas habían pecado contra el Señor su Dios, que los había sacado de Egipto, librándolos del poder del faraón, rey de Egipto. Adoraron a otros dioses 8y siguieron las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado delante de ellos, como también las prácticas que introdujeron los reyes de Israel. 9Además blasfemaron17:9 blasfemaron. Palabra de difícil traducción. contra el Señor su Dios, y dondequiera que habitaban se construían altares paganos. Desde las torres de vigilancia hasta las ciudades fortificadas, 10y en cada colina y bajo todo árbol frondoso, erigieron piedras sagradas e imágenes de la diosa Aserá; 11y en todos los altares paganos quemaron incienso, siguiendo el ejemplo de las naciones que el Señor había desterrado delante de ellos. Fueron tantas las maldades que cometieron que provocaron la ira del Señor. 12Rindieron culto a los ídolos, aunque el Señor se lo había prohibido categóricamente. 13Por eso el Señor les dio esta advertencia a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y videntes: «¡Volveos de vuestros malos caminos! Cumplid mis mandamientos y decretos, y obedeced todas las leyes que ordené a vuestros antepasados, y que os di a conocer a vosotros por medio de mis siervos los profetas».
14Con todo, no hicieron caso, sino que fueron tan tercos como lo habían sido sus antepasados, que no confiaron en el Señor su Dios. 15Rechazaron los decretos y las advertencias del Señor y el pacto que él había hecho con sus antepasados. Se fueron tras ídolos inútiles, de modo que se volvieron inútiles ellos mismos; y, aunque el Señor lo había prohibido, siguieron las costumbres de las naciones vecinas. 16Abandonaron todos los mandamientos del Señor su Dios, y se hicieron dos ídolos fundidos en forma de becerro y una imagen de la diosa Aserá. Se postraron ante todos los astros del cielo y adoraron a Baal; 17sacrificaron en el fuego a sus hijos e hijas; practicaron la adivinación y la hechicería; en fin, se entregaron a hacer lo que ofende al Señor, provocando así su ira.
18Por lo tanto, el Señor se enojó mucho contra Israel y lo arrojó de su presencia. Solo quedó la tribu de Judá. 19Pero aun Judá dejó de cumplir los mandatos del Señor su Dios y siguió las costumbres que introdujo Israel. 20Por eso el Señor rechazó a todos los israelitas: los afligió y los entregó en manos de invasores, y acabó por arrojarlos de su presencia.
21Cuando él arrancó de la familia de David a los israelitas, estos hicieron rey a Jeroboán hijo de Nabat. Jeroboán, por su parte, los alejó del camino del Señor y los hizo cometer un gran pecado. 22De hecho, los israelitas imitaron todos los pecados de Jeroboán y no se apartaron de ellos. 23Finalmente, el Señor arrojó a Israel de su presencia, tal como lo había anunciado por medio de sus siervos los profetas. Así pues, fueron desterrados y llevados cautivos a Asiria, donde hasta el día de hoy se han quedado.
Repoblación de Samaria
24Para reemplazar a los israelitas en los poblados de Samaria, el rey de Asiria trajo gente de Babilonia, Cuta, Ava, Jamat y Sefarvayin. Estos tomaron posesión de Samaria y habitaron en sus poblados. 25Al principio, cuando se establecieron, no adoraban al Señor, de modo que el Señor les envió leones que causaron estragos en la población. 26Entonces le dieron este informe al rey de Asiria: «La gente que deportaste y estableciste en los poblados de Samaria no sabe lo que requiere el dios de ese país. Por esta razón, él les ha enviado leones, para que los maten».
27El rey de Asiria dio esta orden: «Haced que regrese a vivir en Samaria uno de los sacerdotes que vosotros capturasteis allí, y que le enseñe a la población lo que requiere el dios de ese país». 28Así que uno de los sacerdotes que habían sido deportados de Samaria fue a vivir a Betel y comenzó a enseñarles cómo adorar al Señor.
29Sin embargo, todos esos pueblos se fabricaron sus propios dioses en las ciudades donde vivían, y los colocaron en los altares paganos que habían construido los samaritanos. 30Los de Babilonia hicieron a Sucot Benot; los de Cuta, a Nergal; los de Jamat, a Asimá, 31y los de Ava, a Nibjaz y a Tartac. Los de Sefarvayin quemaban a sus hijos como sacrificio a Adramélec y a Anamélec, dioses de Sefarvayin; 32adoraban también al Señor, pero de entre ellos mismos nombraron sacerdotes a toda clase de gente para que oficiaran en los altares paganos. 33Aunque adoraban al Señor, servían también a sus propios dioses, según las costumbres de las naciones de donde habían sido deportados.
34Hasta el día de hoy persisten en sus antiguas costumbres. No adoran al Señor ni actúan según sus decretos y sus normas, ni según la ley y el mandamiento que el Señor ordenó a los descendientes de Jacob, a quien le dio el nombre de Israel. 35Cuando el Señor hizo un pacto con los israelitas, les ordenó:
«No adoréis a otros dioses ni os inclinéis delante de ellos; no les sirváis ni les ofrezcáis sacrificios. 36Adorad solo al Señor, que os sacó de Egipto con gran despliegue de fuerza y poder. Es a él a quien debéis adorar y ofrecerle sacrificios. 37Tened cuidado de cumplir siempre los decretos y ordenanzas, leyes y mandamientos que él os dio por escrito. No adoréis a otros dioses. 38No olvidéis el pacto que él ha hecho con vosotros. Por tanto, no adoréis a otros dioses, 39sino solo al Señor vuestro Dios. Y él os librará del poder de vuestros enemigos».
40Sin embargo, no hicieron caso, sino que persistieron en sus antiguas costumbres. 41Aquellos pueblos adoraban al Señor, y al mismo tiempo servían a sus propios ídolos. Hasta el día de hoy, sus hijos y sus descendientes siguen actuando como sus antepasados.
Eksilet—Guds dom over Israel
1I kong Ahaz af Judas 12. regeringsår blev Hosea, Elas søn, konge i Israel. Han regerede i Samaria i ni år. 2Han gjorde, hvad der var ondt i Herrens øjne, men ikke så slemt som hans forgængere på Israels trone.
3Kong Shalmanesar af Assyrien angreb og besejrede kong Hosea, så Israel måtte betale skat til den assyriske konge. 4Men Hosea gjorde oprør imod assyrerkongen, idet han henvendte sig til kong So af Egypten og bad ham om hjælp i sit forsøg på at befri Israel fra det assyriske tyranni. Samtidig nægtede Hosea at betale skat til Assyrien. Da skatten udeblev, sendte assyrerkongen bud efter Israels konge og lod ham kaste i fængsel.
5Assyrerkongen drog derefter med sin hær til Israel og belejrede hovedstaden Samaria i tre år. 6I kong Hoseas niende regeringsår måtte byen endelig overgive sig. Israels folk blev deporteret til Assyrien og anbragt i kolonier i byen Halach, i Gozan ved Haborfloden, og i en række mediske byer.
7Nordrigets indbyggere blev sendt i eksil, fordi de dyrkede afguderne og derved syndede imod Herren, deres Gud, som havde ført dem ud af fangenskabet i Egypten. 8Anført af Israels konger begyndte de at følge de samme ugudelige skikke, som blev praktiseret af de folkeslag, som Herren havde jaget ud af landet for at give plads til sit eget folk. 9Israels folk trodsede deres Gud ved at gøre mange ting, som var forkert i Herrens øjne. De indrettede offerhøje rundt omkring i landet i både små og store byer, 10og de opstillede frugtbarhedssymboler og afgudsbilleder på alle offerhøjene og under de store træer. 11De brændte afgudsofre på højene, sådan som folkene, der boede i landet før dem, havde gjort. Alle disse onde handlinger skete i oprør mod Herren, 12for folket tilbad disse afguder på trods af, at Herren klart havde sagt, at det måtte de ikke gøre.
13Gang på gang havde Herren sendt sine profeter for at advare Israel og Juda. Budskabet var altid det samme: „Hold op med jeres afgudsdyrkelse og adlyd i stedet de love og anvisninger, som jeg gav jeres forfædre ved mine profeters medvirken.” 14Men de ville ikke høre efter. De var lige så oprørske som deres forfædre, der ikke havde tillid til, at Herren, deres Gud, ville sørge for dem. 15De forkastede hans love, den pagt han havde oprettet med deres forfædre og stentavlerne med de ti bud, som han havde givet dem. De tilbad indholdsløse afguder og endte selv i tomhed. De efterlignede de folkeslag, som Herren havde sagt, de ikke måtte efterligne. 16De lod hånt om Herrens, deres Guds, bud ved at tilbede to gudebilleder i form af guldkalve. De opstillede søjler for Ashera, og de tilbad Ba’al, foruden solen, månen og stjernerne. 17Ja, de ofrede tilmed deres egne børn som brændofre. De opsøgte okkulte medier og gjorde brug af trolddom. De solgte deres sjæl til at gøre, hvad der var ondt i Herrens øjne. På den måde gjorde de oprør imod Herren, 18og han blev meget vred på Israel og sendte dem langt væk, indtil der kun var en rest tilbage i landet, nemlig Judas stamme.
19Men også Juda nægtede at adlyde Herrens, deres Guds, bud. De fremturede i samme synd og ondskab, som Israel var begyndt på. 20Derfor forkastede Herren alle Jakobs efterkommere. Han straffede dem ved at udlevere dem til deres fjender, indtil alle var ført i landflygtighed.
21Dengang Herren rev Israels rige ud af Davidslægtens hånd, valgte de Jeroboam, Nebats søn, til konge. Det var ham, der lokkede folket til synd og indførte afgudsdyrkelsen. 22Og Israels folk fortsatte derefter ad den vej, Jeroboam havde ledt dem ind på, 23indtil det kom til det punkt, hvor Herren måtte forvise dem fra deres land, helt i overensstemmelse med profeternes advarsler. Det er baggrunden for Israels landflygtighed i Assyrien i dag.
Nybyggerne i Israel
24Assyriens konge sørgede for at forflytte store menneskemængder fra byerne Babylon, Kuta, Avva, Hamat og Sefarvajim til Samarias byer, så de kunne befolke landet i stedet for israelitterne. Således overtog assyrerne Samaria og de andre byer i Israel og bosatte sig der. 25Men fordi nybyggerne ikke fra begyndelsen tilbad Herren, sendte Herren løver iblandt dem, så mange af dem blev dræbt.
26Da skyndte de sig at sende følgende budskab til den assyriske konge: „Vi nybyggere her i Israel kender ikke landets Gud, og nu har han sendt løver iblandt os, som dræber os, fordi vi ikke tilbeder ham.”
27Assyrerkongen gav derefter ordre til, at en af de bortførte præster skulle vende tilbage til Israel og lære nybyggerne at dyrke Israels Gud. 28Da rejste en præst, som oprindelig var kommet fra Samaria, tilbage til Israel og bosatte sig i Betel med det formål at forklare, hvordan man tilbeder Herren.
29Men nybyggerne opgav ikke af den grund deres afgudsdyrkelse. Hver koloni lavede billeder af deres egne guder og opstillede dem på de offersteder, som allerede fandtes i landet. 30Folk fra Babylon dyrkede deres gud Sukkot-Benot, folk fra Kuta dyrkede Nergal, folk fra Hamat dyrkede Ashima, 31guderne Nibhaz og Tartak blev dyrket af avvijitterne, og folk fra Sefarvajim brændte endog deres børn som et udtryk for deres ærefrygt for guderne Adrammelek og Anammelek.
32Samtidig ofrede de til Herren, Israels Gud. De udnævnte deres egne præster, som skulle ofre til Herren ved de offersteder, der var indrettet på bakketoppene. 33Men de holdt fast ved deres nationale og religiøse skikke, som de havde taget med sig hjemmefra. 34Sådan er det den dag i dag. De tilbeder ikke Herren af hjertet eller adlyder de love, han gav til Jakobs efterkommere, den Jakob hvis navn blev ændret til Israel. 35-36For det var med Jakobs efterkommere Herren oprettede sin pagt, da han befalede dem aldrig at tilbede eller ofre til nogen afguder. De måtte kun tilbede Herren, der havde ført dem ud af Egypten med vældig kraft og store mirakler. 37Jakobs efterkommere skulle adlyde alle Guds love og aldrig tilbede fremmede guder. 38Gud havde sagt: „Glem aldrig den pagt, jeg her har oprettet med jer, så I dyrker andre guder. 39Tilbed Herren alene. Han alene kan frelse jer fra jeres fjender.”
40Men Israel ville ikke høre efter. De blev ved med at ofre til afguderne. 41Nybyggerne fra Babylon ofrede til Israels Gud samtidig med, at de ofrede til deres egne guder. Og sådan er det fortsat helt frem til i dag.
