2 Crónicas 18 – CST & NVI-PT

Nueva Versión Internacional (Castilian)

2 Crónicas 18:1-34

Micaías profetiza contra Acab

18:1-271R 22:1-28

1Josafat se hizo muy rico y famoso y, como había emparentado con Acab, 2después de algún tiempo fue a visitarlo en Samaria. Allí Acab mató muchas ovejas y vacas para Josafat y sus acompañantes, y lo animó a marchar contra Ramot de Galaad.

3Acab, rey de Israel, le preguntó a Josafat, rey de Judá:

―¿Irías conmigo a pelear contra Ramot de Galaad?

Josafat le respondió:

―Estoy a tu disposición, lo mismo que mi pueblo. Iremos contigo a la guerra. 4Pero, antes que nada, consultemos al Señor —añadió.

5Así que el rey de Israel reunió a los cuatrocientos profetas, y les preguntó:

―¿Debemos ir a la guerra contra Ramot de Galaad, o no?

―Ve —contestaron ellos—, porque Dios la entregará en las manos del rey.

6Pero Josafat inquirió:

―¿No hay aquí un profeta del Señor a quien podamos consultar?

7El rey de Israel le respondió:

―Todavía hay alguien por medio de quien podemos consultar al Señor, pero me cae muy mal porque nunca me profetiza nada bueno; solo me anuncia desastres. Se trata de Micaías hijo de Imlá.

―No digas eso —replicó Josafat.

8Entonces el rey de Israel llamó a uno de sus funcionarios y le ordenó:

―¡Traed de inmediato a Micaías hijo de Imlá!

9El rey de Israel, y Josafat, rey de Judá, vestidos con sus vestiduras reales y sentados en sus respectivos tronos, estaban en la plaza a la entrada de Samaria, con todos los que profetizaban en su presencia. 10Sedequías hijo de Quenaná, que se había hecho unos cuernos de hierro, anunció: «Así dice el Señor: “Con estos cuernos atacarás a los sirios hasta aniquilarlos”». 11Y los demás profetas vaticinaban lo mismo. «Ataca a Ramot de Galaad, y vencerás, porque el Señor la entregará en las manos del rey».

12Ahora bien, el mensajero que había ido a llamar a Micaías le advirtió:

―Mira, los demás profetas a una voz predicen el éxito del rey. Habla favorablemente, para que tu mensaje concuerde con el de ellos.

13Pero Micaías repuso:

―Tan cierto como que el Señor vive, te juro que yo le anunciaré al rey lo que Dios me diga.

14Cuando compareció ante el rey, este le preguntó:

―Micaías, ¿debemos ir a la guerra contra Ramot de Galaad, o no?

―Atacad y venceréis —contestó él—, porque os será entregada.

15El rey le reconvino:

―¿Cuántas veces debo hacerte jurar que no me digas nada más que la verdad en el nombre del Señor?

16Ante esto, Micaías respondió:

―Vi a todo Israel esparcido por las colinas, como ovejas sin pastor. Y el Señor dijo: “Esta gente no tiene amo. ¡Que cada cual se vaya a su casa en paz!”

17El rey de Israel le dijo a Josafat:

―¿No te dije que jamás me profetiza nada bueno, y que solo me anuncia desastres?

18Micaías prosiguió:

―Por lo tanto, oíd la palabra del Señor: Vi al Señor sentado en su trono con todo el ejército del cielo alrededor de él, a su derecha y a su izquierda. 19Y el Señor dijo: “¿Quién inducirá a Acab, rey de Israel, para que ataque a Ramot de Galaad y vaya a morir allí?” Uno sugería una cosa, y otro sugería otra. 20Por último, un espíritu se adelantó, se puso delante del Señor y dijo: “Yo lo induciré”. “¿Por qué medios?”, preguntó el Señor. 21Y aquel espíritu respondió: “Saldré y seré un espíritu mentiroso en la boca de sus profetas”. Entonces el Señor ordenó: “Ve y hazlo así, que tendrás éxito en inducirlo”. 22Así que ahora el Señor ha puesto un espíritu mentiroso en la boca de estos tus profetas. El Señor ha decretado para ti el mal.

23Al oír esto, Sedequías hijo de Quenaná se levantó y le dio una bofetada a Micaías.

―¿Por dónde se fue el espíritu18:23 espíritu. Alt. Espíritu. del Señor cuando salió de mí para hablarte? —le preguntó.

24Micaías contestó:

―Lo sabrás el día en que andes de escondite en escondite.

25Entonces el rey de Israel ordenó:

―Tomad a Micaías y llevádselo a Amón, el gobernador de la ciudad, y a Joás, mi hijo. 26Decidles que les ordeno echar en la cárcel a ese tipo, y no darle más que pan y agua, hasta que yo regrese sin contratiempos.

27Micaías manifestó:

―Si regresas sin contratiempos, el Señor no ha hablado por medio de mí. ¡Tomad nota todos vosotros de lo que estoy diciendo!

Muerte de Acab en Ramot de Galaad

18:28-341R 22:29-36

28El rey de Israel, y Josafat, rey de Judá, marcharon juntos contra Ramot de Galaad. 29Allí el rey de Israel le dijo a Josafat: «Yo entraré en la batalla disfrazado, pero tú te pondrás tus vestiduras reales». Así que el rey de Israel se disfrazó y entró en el combate.

30Pero el rey de Siria les había ordenado a sus capitanes de los carros de combate: «No luchéis contra nadie, grande o pequeño, salvo contra el rey de Israel». 31Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, pensaron: «Este es el rey de Israel». Así que se volvieron para atacarlo; pero Josafat gritó, y Dios el Señor lo ayudó, haciendo que se apartaran de él. 32Entonces los capitanes de los carros vieron que no era el rey de Israel, y dejaron de perseguirlo.

33Sin embargo, alguien disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel entre las piezas de su armadura. El rey le ordenó al que conducía su carro: «Da la vuelta y sácame del campo de batalla, pues me han herido». 34Todo el día arreció la batalla, y al rey de Israel se le mantuvo de pie en su carro frente a los sirios, hasta el atardecer, y murió al ponerse el sol.

Nova Versão Internacional

2 Crônicas 18:1-34

A Profecia contra Acabe

1Josafá tinha grande riqueza e honra e aliou-se a Acabe por laços de casamento. 2Alguns anos depois, ele foi visitar Acabe em Samaria. Acabe abateu muitas ovelhas e bois, para receber Josafá e sua comitiva, e insistiu que atacasse Ramote-Gileade. 3Acabe, rei de Israel, perguntou a Josafá, rei de Judá: “Irás comigo lutar contra Ramote-Gileade?”

Josafá respondeu: “Sou como tu, e meu povo é como o teu povo; estaremos contigo na guerra”. 4Mas acrescentou: “Peço-te que busques primeiro o conselho do Senhor”.

5Então o rei de Israel reuniu quatrocentos profetas e lhes perguntou: “Devemos ir à guerra contra Ramote-Gileade, ou não?”

Eles responderam: “Sim, pois Deus a entregará nas mãos do rei”.

6Josafá, porém, perguntou: “Não existe aqui mais nenhum profeta do Senhor, a quem possamos consultar?”

7O rei de Israel respondeu a Josafá: “Ainda há um homem por meio de quem podemos consultar o Senhor, porém eu o odeio, porque nunca profetiza coisas boas a meu respeito, mas sempre coisas ruins. É Micaías, filho de Inlá”.

“O rei não deveria dizer isso”, Josafá respondeu.

8Então o rei de Israel chamou um dos seus oficiais e disse: “Traga imediatamente Micaías, filho de Inlá”.

9Usando vestes reais, o rei de Israel e Josafá, rei de Judá, estavam sentados em seus tronos, na eira, junto à porta de Samaria, e todos os profetas estavam profetizando em transe diante deles. 10E Zedequias, filho de Quenaaná, tinha feito chifres de ferro e declarou: “Assim diz o Senhor: ‘Com estes chifres tu ferirás os arameus até que sejam destruídos’ ”.

11Todos os outros profetas estavam profetizando a mesma coisa, dizendo: “Ataca Ramote-Gileade, e serás vitorioso, pois o Senhor a entregará nas mãos do rei”.

12O mensageiro que tinha ido chamar Micaías lhe disse: “Vê, todos os outros profetas estão predizendo que o rei terá sucesso. Tua palavra também deve ser favorável”.

13Micaías, porém, disse: “Juro pelo nome do Senhor que direi o que o meu Deus mandar”.

14Quando ele chegou, o rei lhe perguntou: “Micaías, devemos ir à guerra contra Ramote-Gileade, ou não?”

Ele respondeu: “Ataquem, e serão vitoriosos, pois eles serão entregues em suas mãos”.

15O rei lhe disse: “Quantas vezes devo fazer-te jurar que me irás dizer somente a verdade em nome do Senhor?”

16Então Micaías respondeu: “Vi todo o Israel espalhado pelas colinas, como ovelhas sem pastor, e ouvi o Senhor dizer: ‘Estes não têm dono. Cada um volte para casa em paz’ ”.

17O rei de Israel disse a Josafá: “Não disse a você que ele nunca profetiza nada de bom a meu respeito, mas apenas coisas ruins?”

18Micaías prosseguiu: “Ouçam a palavra do Senhor: Vi o Senhor assentado em seu trono, com todo o exército dos céus à sua direita e à sua esquerda. 19E o Senhor disse: ‘Quem enganará Acabe, rei de Israel, para que ataque Ramote-Gileade e morra lá?’

“E um sugeria uma coisa, outro sugeria outra, até que, 20finalmente, um espírito colocou-se diante do Senhor e disse: ‘Eu o enganarei’.

“ ‘De que maneira?’, perguntou o Senhor.

21“Ele respondeu: ‘Irei e serei um espírito mentiroso na boca de todos os profetas do rei’.

“Disse o Senhor: ‘Você conseguirá enganá-lo; vá e engane-o’.

22“E o Senhor pôs um espírito mentiroso na boca destes seus profetas. O Senhor decretou a sua desgraça”.

23Então Zedequias, filho de Quenaaná, aproximou-se, deu um tapa no rosto de Micaías e perguntou: “Por qual caminho foi o espírito da parte do18.23 Ou Espírito do Senhor, quando saiu de mim para falar a você?”

24Micaías respondeu: “Você descobrirá no dia em que estiver se escondendo de quarto em quarto”.

25O rei de Israel então ordenou: “Enviem Micaías de volta a Amom, o governador da cidade, e a Joás, filho do rei, 26e digam que assim diz o rei: Ponham este homem na prisão a pão e água, até que eu volte em segurança”.

27Micaías declarou: “Se você de fato voltar em segurança, o Senhor não falou por meu intermédio”. E acrescentou: “Ouçam o que estou dizendo, todos vocês!”

A Morte de Acabe

28Então o rei de Israel e Josafá, rei de Judá, foram atacar Ramote-Gileade. 29E o rei de Israel disse a Josafá: “Entrarei disfarçado em combate, mas tu, usa as tuas vestes reais”. O rei de Israel disfarçou-se, e ambos foram para o combate.

30O rei da Síria havia ordenado a seus chefes dos carros de guerra: “Não lutem contra ninguém, seja soldado seja oficial, senão contra o rei de Israel”. 31Quando os chefes dos carros viram Josafá, pensaram: “É o rei de Israel”, e o cercaram para atacá-lo, mas Josafá clamou, e o Senhor o ajudou. Deus os afastou dele, 32pois, quando os comandantes dos carros viram que não era o rei de Israel, deixaram de persegui-lo.

33De repente, um soldado disparou seu arco ao acaso e atingiu o rei de Israel entre os encaixes da sua armadura. Então o rei disse ao condutor do seu carro: “Tire-me do combate. Fui ferido!” 34A batalha foi violentadurante todo o dia, e assim, o rei de Israel teve que enfrentar os arameus em pé no seu carro, até a tarde. E, ao pôr do sol, ele morreu.