2 Samuel 12 – NVI & OL

Nueva Versión Internacional

2 Samuel 12:1-31

Natán reprende a David

11:1; 12:29-311Cr 20:1-3

1El Señor envió a Natán para que hablara con David. Cuando se presentó ante David, dijo:

—Dos hombres vivían en un pueblo. El uno era rico y el otro, pobre. 2El rico tenía muchísimas ovejas y vacas; 3en cambio, el pobre no tenía más que una sola ovejita que él mismo había comprado y criado. La ovejita creció con él y con sus hijos: comía de su plato, bebía de su vaso y dormía en su regazo. Era para ese hombre como su propia hija. 4Pero sucedió que un viajero llegó de visita a casa del hombre rico y, como este no quería matar ninguna de sus propias ovejas o vacas para darle de comer al huésped, le quitó al hombre pobre su única ovejita.

5Tan grande fue el enojo de David contra aquel hombre, que respondió a Natán:

—¡Tan cierto como que el Señor vive, quien hizo esto merece la muerte! 6¿Cómo pudo hacer algo tan ruin? ¡Ahora pagará cuatro veces el valor de la oveja!

7Entonces Natán dijo a David:

—¡Tú eres ese hombre! Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí como rey sobre Israel y te libré de la mano de Saúl. 8Te di el palacio de tu amo y puse sus mujeres en tus brazos. También te permití gobernar a Israel y a Judá. Y por si esto hubiera sido poco, te habría dado mucho más. 9¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor haciendo lo que le desagrada? ¡Asesinaste a Urías el hitita para apoderarte de su esposa! ¡Lo mataste con la espada de los amonitas! 10Por eso la espada jamás se apartará de tu familia, pues me despreciaste al tomar la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer”.

11»Pues bien, así dice el Señor: “Yo haré que el desastre que mereces surja de tu propia familia, y ante tus propios ojos tomaré a tus mujeres y se las daré a otro, el cual se acostará con ellas en pleno día. 12Lo que tú hiciste a escondidas, yo lo haré a plena luz, a la vista de todo Israel”».

13—¡He pecado contra el Señor! —reconoció David ante Natán.

—El Señor ha perdonado ya tu pecado y no morirás —contestó Natán—. 14Sin embargo, tu hijo sí morirá, pues con tus acciones has mostrado desprecio al12:14 al. TM: a los enemigos del. Señor.

15Dicho esto, Natán volvió a su casa. Y el Señor hirió al hijo que la esposa de Urías había dado a David, de modo que el niño cayó gravemente enfermo. 16David se puso a rogar a Dios por él; ayunaba y pasaba las noches tirado en el suelo. 17Los oficiales de su corte iban a verlo y le rogaban que se levantara, pero él se resistía y aun se negaba a comer con ellos.

18Siete días después, el niño murió. Los oficiales de David tenían miedo de darle la noticia, pues decían: «Si cuando el niño estaba vivo hablábamos al rey y no nos hacía caso, ¿qué locura no hará ahora si le decimos que el niño ha muerto?». 19Pero David, al ver que sus oficiales estaban cuchicheando, se dio cuenta de lo que había pasado y preguntó:

—¿Ha muerto el niño?

—Sí, ya ha muerto —respondieron.

20Entonces David se levantó del suelo y enseguida se bañó y se perfumó; luego se cambió de ropas y fue a la casa del Señor para adorar. Después regresó al palacio, pidió que le sirvieran alimentos y comió.

21—¿Qué forma de actuar es esta? —preguntaron sus oficiales—. Cuando el niño estaba vivo, usted ayunaba y lloraba; pero ahora que se ha muerto, ¡usted se levanta y se pone a comer!

22David respondió:

—Es verdad que cuando el niño estaba vivo yo ayunaba y lloraba, pues pensaba: “¿Quién sabe? Tal vez el Señor tenga compasión de mí y permita que el niño viva”. 23Pero ahora que ha muerto, ¿qué razón tengo para ayunar? ¿Acaso puedo devolverle la vida? Yo iré adonde él está, aunque él ya no volverá a mí.

24Luego David fue a consolar a su esposa y se unió a ella. Betsabé le dio un hijo, al que llamó Salomón. El Señor amó al niño 25y mandó a decir por medio del profeta Natán que le pusieran por nombre Jedidías,12:25 En hebreo, Jedidías significa amado por el Señor. por disposición del Señor.

26Mientras tanto, Joab había atacado la ciudad amonita de Rabá y capturado la fortaleza12:26 fortaleza. Lit. ciudad. real. 27Entonces envió unos mensajeros a decirle a David: «Acabo de atacar a Rabá y he capturado los depósitos12:27 los depósitos. Lit. la ciudad. de agua. 28Ahora, pues, le pido a usted que movilice el resto de las tropas para sitiar y capturar la ciudad. Si no, lo haré yo mismo y le pondrán mi nombre».

29Por tanto, David, movilizando todas las tropas, marchó contra Rabá, la atacó y la capturó. 30Al rey de los amonitas12:30 al rey de los amonitas. Alt. a Milcón (es decir, el dios Moloc). le quitó la corona de oro que tenía puesta, la cual pesaba un talento12:30 Es decir, aprox. 34 kg. y estaba adornada con piedras preciosas. Luego se la pusieron a David. Además, David saqueó la ciudad y se llevó un botín inmenso. 31Expulsó de allí a sus habitantes y los puso a trabajar con sierras, picos y hachas de hierro, y también los forzó a trabajar en los hornos de ladrillos. Lo mismo hizo con todos los pueblos amonitas, después de lo cual regresó a Jerusalén con todas sus tropas.

O Livro

2 Samuel 12:1-31

Natã repreende David

1-2O Senhor mandou o profeta Natã contar esta história a David: “Havia dois homens numa cidade. Um deles era bastante rico, possuindo rebanhos de cordeiros e manadas de vacas. 3O outro, muito pobre, tinha apenas uma pequena ovelha que conseguira comprar e que criara em casa. Crescera com os seus próprios filhos; muitas vezes tirara alimento do seu prato para lhe dar; dera-lhe a beber do seu copo; dormira no seu regaço como uma filha.

4Certo dia, chegou a casa do rico um hóspede. Em vez de matar um cordeiro do seu rebanho para o jantar do viajante, foi buscar a ovelha do pobre, assou-a e serviu-a ao convidado.”

5David ficou furioso ao ouvir aquilo: “Tão certo como vive o Senhor, que quem quer que tenha feito uma coisa dessas deve morrer. 6Deverá pagar quatro ovelhas pela que roubou e por não ter tido misericórdia.”

7“Tu és esse homem!”, disse-lhe Natã. “O Senhor Deus de Israel manda dizer: ‘Consagrei-te rei de Israel e salvei-te do poder de Saul. 8Dei-te a família e as mulheres do teu senhor, e os reinos de Israel e de Judá. Se isso não bastasse, dar-te-ia muito mais. 9Porque é que então desprezaste a palavra do Senhor, e praticaste uma ação tão má? Enviaste Urias para ser morto em batalha, por intermédio da espada dos amonitas, e roubaste-lhe a mulher. 10Por isso, o assassínio será uma constante ameaça no seio da tua família daqui em diante, pois insultaste-me, tomando para ti a mulher de Urias.

11Garanto-te que, em razão daquilo que fizeste, a tua própria casa se revoltará contra ti. Darei as tuas mulheres a outro homem, que dormirá com elas à luz do dia. 12Enquanto tu o fizeste secretamente, eu tomarei providências para que tal se passe abertamente, para que sirva de sinal a todo o Israel.’ ”

13“Pequei contra o Senhor”, confessou David a Natã. Este respondeu: “Sim, mas o Senhor perdoou-te. Não morrerás por causa deste pecado. 14No entanto, deste uma grande oportunidade aos inimigos do Senhor para que o desprezem e blasfemem dele. Por isso, a criança que nasceu morrerá.”

15Natã retirou-se. O Senhor permitiu que o menino de Bate-Seba ficasse muito doente. 16David implorou a Deus que poupasse o filho; deixou de comer e ficou prostrado no chão, a noite inteira. 17Os responsáveis pela sua casa imploravam-lhe que se levantasse e fosse comer com eles, mas sempre recusou.

18Então, ao fim de sete dias, o bebé morreu. Os criados tinham receio de lho ir dizer: “Se estava daquela maneira quando a criança se encontrava doente, o que não será quando lhe comunicarmos que já faleceu?”

19David, no entanto, reparando naqueles sussurros, percebeu o que acontecera. “A criança morreu?”, perguntou. “Sim, já faleceu.”

20Então levantou-se, foi-se lavar, arranjou o cabelo, mudou de roupa, dirigiu-se ao tabernáculo e adorou o Senhor. Regressou ao palácio e comeu.

21Os criados estavam atónitos: “Não percebemos nada”, disseram. “Enquanto a criança estava com vida, choraste e recusaste comer; agora que está morta, acabaste com o choro e tornaste a comer.”

22“Se jejuei e chorei, enquanto a criança vivia, é porque pensava assim: Pode ser que o Senhor me conceda a graça de permitir que o bebé sobreviva. 23Por que razão haveria de continuar a jejuar depois de ele morrer? Poderia fazê-lo ressuscitar? Eu sim, poderei ir ter com ele, mas o menino não vem mais ter comigo.”

24Depois foi consolar Bate-Seba. Tornando a dormir com ela, nasceu-lhe outro filho a quem chamou Salomão. O Senhor amou a criança. 25Mandou abençoá-la através do profeta Natã. O rei chamou ao menino Jedidias, que quer dizer “amado do Senhor”, devido ao interesse que o Senhor manifestou.

A conquista de Rabá

(1 Cr 20.1-3)

26Entretanto, Joabe e o exército de Israel estavam a terminar vitoriosamente o assalto a Rabá, capital dos amonitas. 27O general mandou mensageiros a David: “Rabá, com o seu depósito de água, é já nossa! 28Traz o resto do exército e finaliza o combate, para que recebas o crédito da vitória e não eu.”

29David conduziu o exército até Rabá e capturou-a. 30Deslocando-se ao local da batalha, tirou a coroa da cabeça do rei de Rabá, que se chamava Milcom, e colocou-a na sua própria cabeça. Era feita toda de ouro, com pedras preciosas incrustadas, e pesava 34 quilos. Levou também da cidade grande despojo. 31Obrigou ainda o povo da cidade a trabalhar com serras, machados e picaretas e como fabricantes de tijolos. Foi desta forma que capturou todas as cidades dos amonitas. David e todo o seu exército regressaram a Jerusalém.