Salmo 139:17-24
¡Cuán preciosos, oh Dios, me son tus pensamientos!
¡Cuán inmensa es la suma de ellos!
Si me propusiera contarlos,
sumarían más que los granos de arena;
al despertar, aún estaría contigo.
Oh Dios, ¡si tan solo mataras a los malvados!
¡Si de mí se apartara la gente sanguinaria,
esos que con malicia te difaman,
enemigos que en vano se rebelan contra ti!
¿Acaso no aborrezco, Señor, a los que te odian
y me repugnan los que te rechazan?
El odio que les tengo no tiene límites;
¡los cuento entre mis enemigos!
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis ansiedades.
Fíjate si voy por un camino que te ofende
y guíame por el camino eterno.