Proverbios 23:29-35
19
¿De quién son los lamentos? ¿De quién los pesares?
¿De quién son los pleitos? ¿De quién las quejas?
¿De quién son las heridas gratuitas?
¿De quién los ojos morados?
¡Del que no suelta la botella de vino
ni deja de probar licores!
No te fijes en lo rojo que es el vino,
ni en cómo brilla en la copa,
ni en la suavidad con que se desliza;
porque acaba mordiendo como serpiente
y envenenando como víbora.
Tus ojos verán alucinaciones
y tu mente imaginará perversidades.
Te parecerá estar durmiendo en alta mar,
acostado sobre el mástil mayor.
Y dirás: «Me han herido, pero no me duele.
Me han golpeado, pero no lo siento.
¿Cuándo despertaré de este sueño
para ir a buscar otro trago?».
Proverbios 24:1-4
20
No envidies a los malvados
ni procures su compañía;
porque en su corazón planean violencia
y no hablan más que de cometer fechorías.
21
Con sabiduría se construye la casa;
con inteligencia se echan los cimientos.
Con buen juicio se llenan sus cuartos
de bellos y extraordinarios tesoros.