Lucas 8:40-56, Lucas 9:1-9 NVI

Lucas 8:40-56

Una niña muerta y una mujer enferma

8:40-56Mt 9:18-26; Mr 5:22-43

Cuando Jesús regresó, la multitud se alegró de verlo, pues todos estaban esperándolo. En esto llegó un hombre llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga. Se arrojó a los pies de Jesús y le suplicó que fuera a su casa porque su única hija, de unos doce años, estaba muriendo.

Jesús se puso en camino y las multitudes se agolpaban sobre él. Había entre la gente una mujer que hacía doce años padecía de hemorragias,8:43 hemorragias. Var. hemorragias y que había gastado en médicos todo lo que tenía. sin que nadie pudiera sanarla. Había gastado todo lo que tenía en médicos. Ella se le acercó por detrás, tocó el borde de su manto y al instante cesó su hemorragia.

—¿Quién me ha tocado? —preguntó Jesús.

Como todos negaban haberlo tocado, Pedro le dijo:

—Maestro, son multitudes las que te aprietan y te oprimen.

—No, alguien me ha tocado —respondió Jesús—; yo sé que de mí ha salido poder.

La mujer, al ver que no podía pasar inadvertida, se acercó temblando y se arrojó a sus pies. En presencia de toda la gente, contó por qué lo había tocado y cómo había sido sanada al instante.

—¡Hija, tu fe te ha sanado! —dijo Jesús—. Vete en paz.

Todavía estaba hablando Jesús cuando alguien llegó de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle:

—Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro.

Al oír esto, Jesús dijo a Jairo:

—No tengas miedo; nada más cree y ella será sanada.

Cuando llegó a la casa de Jairo, no dejó que nadie entrara con él, excepto Pedro, Juan y Santiago, y también el padre y la madre de la niña. Todos estaban llorando muy afligidos por ella.

—Dejen de llorar —dijo Jesús—. No está muerta, sino dormida.

Entonces ellos empezaron a burlarse de él porque sabían que estaba muerta. Pero él la tomó de la mano y dijo:

—¡Niña, levántate!

Ella recobró la vida8:55 Recobró la vida. Lit. Y volvió el espíritu de ella. y al instante se levantó. Jesús mandó a darle de comer. Los padres se quedaron atónitos, pero él les advirtió que no contaran a nadie lo que había sucedido.

Read More of Lucas 8

Lucas 9:1-9

Jesús envía a los doce

9:3-5Mt 10:9-15; Mr 6:8-11

9:7-9Mt 14:1-2; Mr 6:14-16

Habiendo reunido a los doce, Jesús les dio poder y autoridad para expulsar a todos los demonios y para sanar enfermedades. Entonces los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. «No lleven nada para el camino: ni bastón, ni bolsa, ni pan, ni dinero, ni dos mudas de ropa —les dijo—. En cualquier casa que entren, quédense allí hasta que salgan del pueblo. Si no los reciben bien, salgan de ese pueblo y sacúdanse el polvo de los pies como un testimonio contra sus habitantes». Así que partieron y fueron por todas partes de pueblo en pueblo, predicando las buenas noticias y sanando a la gente.

Herodes, el tetrarca, se enteró de todo lo que estaba sucediendo. Estaba perplejo porque algunos decían que Juan había resucitado; otros, que se había aparecido Elías; y otros, en fin, que había resucitado alguno de los antiguos profetas. Pero Herodes dijo: «A Juan mandé que le cortaran la cabeza; ¿quién es, entonces, este de quien oigo tales cosas?». Y procuraba verlo.

Read More of Lucas 9