Isaías 60:1-22, Isaías 61:1-11, Isaías 62:1-12 NVI

Isaías 60:1-22

La gloria de Sión

«¡Levántate y resplandece que tu luz ha llegado!

¡La gloria del Señor brilla sobre ti!

Mira, las tinieblas cubren la tierra

y una densa oscuridad se cierne sobre los pueblos.

Pero la aurora del Señor brillará sobre ti;

¡sobre ti se manifestará su gloria!

Las naciones serán guiadas por tu luz,

y los reyes, por tu amanecer esplendoroso.

»Alza los ojos, mira a tu alrededor:

todos se reúnen y acuden a ti.

Tus hijos llegan desde lejos;

a tus hijas las traen en brazos.

Verás esto y te pondrás radiante de alegría;

vibrará tu corazón y se henchirá de gozo;

porque te traerán los tesoros del mar,

y te llegarán las riquezas de las naciones.

Te llenarás con caravanas de camellos,

con dromedarios de Madián y de Efá.

Vendrán todos los de Sabá,

cargando oro e incienso

y proclamando las alabanzas del Señor.

En ti se reunirán todos los rebaños de Cedar,

te servirán los carneros de Nebayot;

subirán como ofrendas agradables sobre mi altar,

y yo embelleceré mi Templo glorioso.

»¿Quiénes son los que pasan como nubes

y como palomas rumbo a su palomar?

En mí esperarán las costas lejanas,

a la cabeza vendrán los barcos de Tarsis

trayendo de lejos a tus hijos

y, con ellos, su plata y su oro,

para la honra del Señor tu Dios,

el Santo de Israel,

porque él te ha llenado de gloria.

»Los extranjeros reconstruirán tus muros,

y sus reyes te servirán.

Aunque en mi furor te castigué,

por mi bondad tendré compasión de ti.

Tus puertas estarán siempre abiertas;

ni de día ni de noche se cerrarán.

Te traerán las riquezas de las naciones;

ante ti desfilarán sus reyes.

La nación o el reino que no te sirva perecerá;

quedarán arruinados por completo.

»Te llegará la gloria del Líbano,

con los cipreses, junto a los pinos y los abetos,

para embellecer el lugar de mi santuario.

Glorificaré el lugar donde reposan mis pies.

Ante ti vendrán a inclinarse los hijos de tus opresores;

todos los que te desprecian se postrarán a tus pies,

y te llamarán “Ciudad del Señor”,

“Sión del Santo de Israel”.

»Aunque fuiste abandonada y aborrecida,

y nadie transitaba por tus calles,

haré de ti el orgullo eterno

y la alegría de todas las generaciones.

Te alimentarás con la leche de las naciones,

con la riqueza de los reyes serás amamantada.

Sabrás entonces que yo, el Señor, soy tu Salvador;

que yo, el Poderoso de Jacob, soy tu Redentor.

En vez de bronce te traeré oro;

en lugar de hierro, plata.

En vez de madera te traeré bronce,

y en lugar de piedras, hierro.

Haré que la paz te gobierne

y que la justicia te rija.

Ya no se sabrá de violencia en tu tierra

ni de ruina y destrucción en tus fronteras,

sino que llamarás a tus muros “Salvación”,

y a tus puertas, “Alabanza”.

Ya no será el sol tu luz durante el día

ni con su resplandor te alumbrará la luna,

porque el Señor será tu luz eterna;

tu Dios será tu gloria.

Tu sol no volverá a ponerse

ni menguará tu luna;

será el Señor tu luz eterna

y llegarán a su fin tus días de duelo.

Entonces todo tu pueblo será justo

y poseerá la tierra para siempre.

Serán el renuevo plantado por mí mismo,

la obra maestra que me glorificará.

El más débil se multiplicará por miles,

y el menor llegará a ser una nación poderosa.

Yo soy el Señor;

cuando llegue el momento, actuaré sin demora».

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Isaías 61:1-11

El año del favor del Señor

El Espíritu del Señor y Dios está sobre mí,

por cuanto me ha ungido

para anunciar buenas noticias a los pobres.

Me ha enviado a sanar los corazones heridos,

a proclamar libertad a los cautivos

y la liberación de los prisioneros,

a pregonar el año del favor del Señor

y el día de la venganza de nuestro Dios,

a consolar a todos los que están de duelo

y a confortar a los dolientes de Sión.

Me ha enviado a darles una corona

en vez de cenizas,

aceite de alegría

en vez de luto,

traje de alabanza

en vez de espíritu de desaliento.

Serán llamados robles de justicia,

plantío del Señor,

para mostrar su gloria.

Reconstruirán las ruinas antiguas

y restaurarán los escombros de antaño;

repararán las ciudades en ruinas

y los escombros de muchas generaciones.

Gente extraña pastoreará los rebaños de ustedes,

sus campos y viñedos serán labrados por un pueblo extranjero.

Pero a ustedes los llamarán «sacerdotes del Señor»;

les dirán «ministros de nuestro Dios».

Se alimentarán de las riquezas de las naciones,

y se jactarán de los tesoros de ellas.

En vez de su vergüenza,

mi pueblo recibirá doble porción;

en vez de deshonra,

se regocijará en su herencia;

y así en su tierra recibirá doble herencia

y su alegría será eterna.

«Yo, el Señor, amo la justicia,

pero odio el robo y la iniquidad.

En mi fidelidad los recompensaré

y haré con ellos un pacto eterno.

Sus descendientes serán conocidos entre las naciones,

y sus vástagos, entre los pueblos.

Quienes los vean reconocerán

que ellos son descendencia bendecida del Señor».

Me deleito mucho en el Señor;

me regocijo en mi Dios.

Porque él me vistió con ropas de salvación

y me cubrió con el manto de la justicia.

Soy semejante a un novio que luce su diadema

o una novia adornada con sus joyas.

Porque, así como la tierra hace que broten los retoños

y el huerto hace que germinen las semillas,

así el Señor y Dios hará que broten

la justicia y la alabanza ante todas las naciones.

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Isaías 62:1-12

El nuevo nombre de Sión

Por amor a Sión no guardaré silencio,

por amor a Jerusalén no desmayaré,

hasta que su justicia resplandezca como la aurora

y como antorcha encendida su salvación.

Las naciones verán tu justicia

y todos los reyes, tu gloria;

recibirás un nombre nuevo,

que el Señor mismo te dará.

Serás en la mano del Señor como una corona esplendorosa,

como una diadema real en la palma de tu Dios.

Ya no te llamarán «Abandonada»

ni a tu tierra la llamarán «Devastada»;

sino que serás llamada «Mi deleite»,62:4 Lit. Hefzibá, que significa mi deleite es en ella.

tu tierra se llamará «Mi esposa»;62:4 Lit. Beulá, que significa casada.

porque el Señor se deleitará en ti

y tu tierra tendrá esposo.

Como un joven que se casa con una joven,

así el que te edifica se casará contigo;

como un novio que se regocija por su novia,

así tu Dios se regocijará por ti.

Jerusalén, sobre tus muros he puesto centinelas

que nunca callarán ni de día ni de noche.

Ustedes, los que invocan al Señor,

no se den descanso;

ni tampoco lo dejen descansar, hasta que establezca a Jerusalén

y la convierta en la alabanza de la tierra.

Por su mano derecha, por su brazo poderoso,

ha jurado el Señor:

«Nunca más daré a tus enemigos

tu grano como alimento,

ni se beberá gente extranjera

el vino nuevo por el que trabajaste.

Alabando al Señor comerán el grano

quienes lo hayan cosechado;

en los atrios de mi santuario beberán el vino

quienes hayan trabajado en la vendimia».

¡Pasen, pasen por las puertas!

¡Preparen el camino para el pueblo!

¡Construyan, construyan la carretera!

¡Quítenle todas las piedras!

¡Desplieguen sobre los pueblos la bandera!

He aquí lo que el Señor ha proclamado

hasta los confines de la tierra:

«Digan a la hija de Sión:

“¡Ahí viene tu Salvador!

Trae su premio consigo;

su recompensa lo acompaña”».

Serán llamados «Pueblo santo»,

«Redimidos del Señor»;

y tú serás llamada «Ciudad anhelada»,

«Ciudad no abandonada».

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