Éxodo 15:1-27, Éxodo 16:1-36 NVI

Éxodo 15:1-27

El cántico de Moisés

Entonces Moisés y los israelitas entonaron un cántico en honor del Señor, que decía:

Cantaré al Señor, que se ha coronado de triunfo

arrojando al mar caballos y jinetes.

El Señor es mi fuerza y mi canción;

¡él es mi salvación!

Él es mi Dios y lo alabaré;

es el Dios de mi padre y lo enalteceré.

El Señor es un guerrero;

su nombre es el Señor.

Él arrojó al mar

los carros y el ejército del faraón.

Los mejores oficiales egipcios

se ahogaron en el mar Rojo.

Las aguas profundas se los tragaron;

como piedras se hundieron en los abismos.

Tu diestra, Señor, reveló su gran poder;

tu diestra, Señor, despedazó al enemigo.

Fue tan grande tu victoria

que derribaste a tus oponentes;

diste rienda suelta a tu ardiente ira

y fueron consumidos como rastrojo.

Bastó un soplo de tu nariz

para que se amontonaran las aguas.

Las olas se levantaron como un muro;

se inmovilizaron las aguas en el fondo del mar.

«Iré tras ellos y les daré alcance

—alardeaba el enemigo—.

Repartiré sus despojos

hasta quedar hastiado.

¡Desenvainaré la espada

y los destruiré con mi propia mano!».

Pero con un soplo tuyo se los tragó el mar;

se hundieron como plomo en las aguas turbulentas.

¿Quién, Señor, se te compara entre los dioses?

¿Quién se te compara en grandeza y santidad?

Tú, Hacedor de maravillas,

nos impresionas con tus portentos.

Extendiste tu brazo derecho,

¡y se los tragó la tierra!

Por tu gran amor guías al pueblo que has rescatado;

por tu fuerza los llevas a tu santa morada.

Las naciones temblarán al escucharlo;

la angustia dominará a los filisteos.

Los jefes edomitas se llenarán de terror;

temblarán de miedo los jefes de Moab.

Los cananeos perderán el ánimo,

pues caerá sobre ellos pavor y espanto.

Por tu gran poder, Señor,

quedarán mudos como piedras

hasta que haya pasado tu pueblo,

el pueblo que adquiriste para ti.

Tú los harás entrar y los plantarás

en el monte que te pertenece;

en el lugar donde tú, Señor, habitas;

en el santuario que tú, Señor, te hiciste.

¡El Señor reina por siempre y para siempre!

El cántico de Miriam

Cuando los caballos y los carros del faraón entraron en el mar con sus jinetes,15:19 jinetes. Es decir, los conductores de los carros. el Señor hizo que las aguas se les vinieran encima. Los israelitas, sin embargo, cruzaron el mar sobre tierra seca. Entonces Miriam la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero y, mientras todas las mujeres la seguían danzando y tocando panderos, Miriam les cantaba así:

Canten al Señor, que se ha coronado de triunfo

arrojando al mar caballos y jinetes.

Las aguas de Mara y de Elim

Moisés ordenó a los israelitas que partieran del mar Rojo y se internaran en el desierto de Sur. Y los israelitas anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. Llegaron a Mara,15:23 En hebreo, Mara significa amarga. lugar que se llama así porque sus aguas son amargas, y no pudieron apagar su sed allí. Comenzaron entonces a murmurar en contra de Moisés y preguntaban: «¿Qué vamos a beber?». Moisés clamó al Señor y él le mostró un pedazo de madera, el cual echó Moisés al agua y al instante el agua se volvió dulce.

En ese lugar el Señor los puso a prueba y les dio una regla como norma de conducta. Les dijo: «Yo soy el Señor su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis mandamientos y estatutos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor que les devuelve la salud».

Después los israelitas llegaron a Elim, donde había doce manantiales y setenta palmeras, y acamparon allí, cerca del agua.

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Éxodo 16:1-36

El maná y las codornices

Toda la comunidad israelita partió de Elim y llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y el Sinaí. Esto ocurrió a los quince días del mes segundo, después de su salida de Egipto. Allí, en el desierto, toda la comunidad murmuró contra Moisés y Aarón:

—¡Cómo quisiéramos que el Señor nos hubiera quitado la vida en Egipto! —les decían los israelitas—. Allá nos sentábamos en torno a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. ¡Ustedes nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda la comunidad!

Entonces el Señor dijo a Moisés: «Voy a hacer que llueva pan del cielo. El pueblo deberá salir todos los días a recoger su ración diaria. Voy a ponerlos a prueba, para ver si cumplen o no mis instrucciones. El día sexto recogerán una doble porción y todo esto lo dejarán preparado».

Moisés y Aarón dijeron a todos los israelitas:

—Esta tarde sabrán que fue el Señor quien los sacó de Egipto y mañana por la mañana verán la gloria del Señor. Ya él sabe que ustedes andan murmurando contra él. No somos nadie para que ustedes murmuren contra nosotros.

Y añadió Moisés:

—Esta tarde el Señor les dará a comer carne, y mañana los saciará de pan, pues ya los oyó murmurar contra él. Porque ¿quiénes somos nosotros? ¡Ustedes no están murmurando contra nosotros, sino contra el Señor!

Luego se dirigió Moisés a Aarón:

—Dile a toda la comunidad israelita que se acerque al Señor, pues los ha oído murmurar contra él.

Mientras Aarón hablaba con toda la comunidad israelita, volvieron la mirada hacia el desierto, y vieron que la gloria del Señor se hacía presente en una nube.

El Señor habló con Moisés y le dijo: «Han llegado a mis oídos las murmuraciones de los israelitas. Diles que antes de que caiga la noche comerán carne, y que mañana por la mañana se hartarán de pan. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios».

Esa misma tarde el campamento se llenó de codornices, y por la mañana una capa de rocío rodeaba el campamento. Al desaparecer el rocío, sobre el desierto quedaron unos copos muy finos, semejantes a la escarcha que cae sobre la tierra. Como los israelitas no sabían lo que era, al verlo se preguntaban unos a otros: «¿Y esto qué es?». Moisés les respondió:

—Es el pan que el Señor les da para comer. Y estas son las órdenes que el Señor me ha dado: “Recoja cada uno de ustedes la cantidad que necesite para toda la familia; un gómer16:16 Es decir, aprox. 1.4 kg; también en vv. 18, 32, 33 y 36. por persona”.

Así lo hicieron los israelitas. Algunos recogieron mucho; otros recogieron poco. Pero cuando lo midieron según el gómer, ni al que recogió mucho le sobraba ni al que recogió poco le faltaba: cada uno recogió la cantidad necesaria. Entonces Moisés les dijo:

—Nadie debe guardar nada para el día siguiente.

Hubo algunos que no hicieron caso a Moisés y guardaron algo para el día siguiente, pero lo guardado se llenó de gusanos y comenzó a apestar. Entonces Moisés se enojó contra ellos.

Todas las mañanas cada uno recogía la cantidad que necesitaba, porque se derretía en cuanto calentaba el sol. Pero el día sexto recogieron el doble, es decir, dos gómer16:22 Es decir, aprox. 3 kg. por persona, así que los jefes de la comunidad fueron a informar de esto a Moisés.

—Esto es lo que el Señor ha ordenado —les contestó—. Mañana sábado es día de reposo consagrado al Señor. Así que cuezan lo que tengan que cocer y hiervan lo que tengan que hervir. Lo que sobre, apártenlo y guárdenlo para mañana.

Los israelitas cumplieron las órdenes de Moisés y guardaron para el día siguiente lo que les sobró, ¡y no se pudrió ni se agusanó!

—Cómanlo hoy sábado —les dijo Moisés—, que es el día de reposo consagrado al Señor. Hoy no encontrarán nada en el campo. Deben recogerlo durante seis días, porque el día séptimo, que es sábado, no encontrarán nada.

Algunos israelitas salieron a recogerlo el día séptimo, pero no encontraron nada, así que el Señor dijo a Moisés: «¿Hasta cuándo seguirán desobedeciendo mis mandamientos e instrucciones? Tomen en cuenta que yo, el Señor, les he dado el sábado. Por eso en el día sexto les doy pan para dos días. El día séptimo nadie debe salir. Todos deben quedarse donde estén».

Fue así como los israelitas descansaron el día séptimo.

Y llamaron al pan «maná».16:31 En hebreo, maná significa ¿Qué es? (Véase v. 15). Era blanco como la semilla de cilantro y dulce como las tortas con miel.

—Esto es lo que ha ordenado el Señor —dijo Moisés—: “Tomen un gómer de maná y guárdenlos para que las generaciones futuras puedan ver el pan que yo les di a comer en el desierto, cuando los saqué de Egipto”.

Luego Moisés dijo a Aarón:

—Toma una vasija y pon en ella un gómer de maná. Colócala después en la presencia del Señor, a fin de conservarla para las generaciones futuras.

Aarón puso el maná junto a las tablas del pacto, para que fuera conservado como se lo ordenó el Señor a Moisés. Comieron los israelitas maná cuarenta años, hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán, que fue su país de residencia.

La medida a la que llamaban gómer era la décima parte de un efa.16:36 Es decir, aprox. 1.6 kg.

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