Deuteronomio 13:1-18, Deuteronomio 14:1-29 NVI

Deuteronomio 13:1-18

Advertencia contra la idolatría

Cuando en medio de ti aparezca algún profeta o alguien que predice a través de sueños y anuncie algún prodigio o señal milagrosa, si esa señal o prodigio se cumple y él te dice: «Vayamos a rendir culto a otros dioses», dioses que no has conocido, no prestes atención a las palabras de ese profeta o soñador. El Señor tu Dios te estará probando para saber si lo amas con todo el corazón y con toda el alma. Solamente al Señor tu Dios debes seguir y rendir culto. Cumple sus mandamientos y obedécelo; sírvele y aférrate a él. Condenarás a muerte a ese profeta o soñador por haberte aconsejado rebelarte contra el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto y te rescató de la tierra de esclavitud. Así erradicarás el mal que haya en medio de ti, porque tal profeta habrá intentado apartarte del camino que el Señor tu Dios te mandó que siguieras.

Si tu propio hermano, o tu hijo, o tu hija, o tu esposa amada, o tu amigo íntimo, trata de engañarte y en secreto te insinúa: «Vayamos a rendir culto a otros dioses» (dioses que ni tú ni tus antepasados conocieron, dioses de pueblos cercanos o lejanos que abarcan toda la tierra), no te dejes engañar ni le hagas caso. Tampoco le tengas lástima. No te compadezcas de él, no lo encubras ni dudes en matarlo. Al contrario, sé tú el primero en alzar la mano para matarlo y que haga lo mismo todo el pueblo. Apedréalo hasta que muera porque trató de apartarte del Señor tu Dios, quien te sacó de Egipto, la tierra donde eras esclavo. Entonces todos en Israel oirán esto, temblarán de miedo y nadie intentará otra vez cometer semejante maldad.

Si de alguna de las ciudades que el Señor tu Dios te da para que las habites llega el rumor de que han surgido hombres perversos que descarrían a la gente y le dicen: «Vayamos a rendir culto a otros dioses» (dioses que ustedes no han conocido), entonces deberás inquirir e investigar todo con sumo cuidado. Si se comprueba que tal hecho abominable ha ocurrido en medio de ti, no dudes en matar a filo de espada a todos los habitantes de esa ciudad. Destrúyelos junto con todo lo que haya en ella, incluyendo el ganado. Lleva todo el botín a la plaza pública y préndele fuego a la ciudad y a todo el botín. Será una ofrenda totalmente quemada para el Señor tu Dios. La ciudad se quedará para siempre en ruinas y no volverá a ser reedificada. No te apropies de nada que haya sido destinado a la destrucción. De ese modo, el Señor alejará de ti el furor de su ira, te tratará con misericordia y compasión, y hará que te multipliques, tal como se lo juró a tus antepasados. Así será, siempre y cuando obedezcas todos estos mandamientos que te ordeno hoy y hagas lo recto ante el Señor tu Dios.

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Deuteronomio 14:1-29

Alimentos puros e impuros

14:3-20Lv 11:1-23

Eres hijo del Señor tu Dios. No te hagas cortes en la piel ni te rapes la cabeza en honor de un muerto, porque eres pueblo consagrado al Señor tu Dios. Él te eligió de entre todos los pueblos de la tierra para que fueras su propiedad exclusiva.

No comas nada que sea abominable. Los animales que podrás comer son los siguientes: el buey, la oveja, la cabra, el ciervo, la gacela, el venado, la cabra montés, el íbice, el antílope y el carnero montés.14:5 La identificación de algunas aves y animales de este capítulo no ha podido establecerse con precisión. Podrás comer cualquier animal rumiante que tenga la pezuña hendida y partida en dos; pero no podrás comer camello, liebre ni tejón porque, aunque rumian, no tienen la pezuña partida. Los tendrás por animales impuros.

El cerdo es también impuro porque, aunque tiene la pezuña partida, no es rumiante. No podrás comer su carne ni tocar su cadáver.

De todos los animales que viven en el agua podrás comer los que tienen aletas y escamas, pero no podrás comer los que no tienen aletas ni escamas, sino que los tendrás por animales impuros.

Podrás comer cualquier ave que sea pura, pero no podrás comer águila, quebrantahuesos, buitre negro, gallinazo, ni especie alguna de milanos ni de halcones, ni especie alguna de cuervos, ni avestruz, lechuza o gaviota, ninguna clase de gavilán, ni búho, ibis, lechuza nocturna, búho del desierto, águila pescadora, cormorán o cigüeña, ni especie alguna de garzas, ni abubilla ni murciélago.

A los insectos voladores los tendrás por impuros, así que no los comas. Pero sí podrás comer cualquier animal alado que sea puro.

No comas nada que encuentres ya muerto. Podrás dárselo al extranjero que viva en cualquiera de tus ciudades; él sí podrá comérselo o vendérselo a un forastero. Pero tú eres un pueblo consagrado al Señor tu Dios.

No cocines el cabrito en la leche de su madre.14:21 La última prohibición posiblemente alude a alguna práctica supersticiosa de los cananeos.

Los diezmos

Cada año, sin falta, apartarás la décima parte de todo lo que produzcan tus campos. En la presencia del Señor tu Dios comerás la décima parte de tu trigo, tu vino nuevo y tu aceite, y de los primogénitos de tus vacas y ovejas; lo harás en el lugar que él escoja como residencia de su Nombre. Así aprenderás a temer siempre al Señor tu Dios. Pero si el Señor tu Dios te ha bendecido y el lugar donde ha puesto su Nombre está demasiado distante, de modo que no puedes transportar tu diezmo hasta allá, entonces lo venderás y te presentarás con el dinero en el lugar que el Señor tu Dios haya elegido. Con ese dinero podrás comprar lo que prefieras o más te guste: vacas, ovejas, vino u otra bebida fermentada, y allí, en presencia del Señor tu Dios, tú y tu familia comerán y se regocijarán. Pero no abandones a los levitas que vivan en tus ciudades. Recuerda que, a diferencia de ti, ellos no tienen patrimonio alguno.

Cada tres años reunirás los diezmos de todos tus productos de ese año y los almacenarás en tus ciudades. Así los levitas que no tienen patrimonio alguno, los extranjeros, los huérfanos y las viudas que viven en tus ciudades podrán comer y quedar satisfechos. Entonces el Señor tu Dios bendecirá todo el trabajo de tus manos.

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