Salmo 119:17-24
Trata con bondad a este siervo tuyo;
así viviré y obedeceré tu palabra.
Ábreme los ojos, para que contemple
las maravillas de tu Ley.
En esta tierra soy un extranjero;
no escondas de mí tus mandamientos.
Se consume mi alma deseando
tus leyes en todo tiempo.
Tú reprendes a esos insolentes malditos
que se desvían de tus mandamientos.
Aleja de mí la afrenta y el desprecio,
pues yo cumplo tus mandatos.
Aun los gobernantes se confabulan contra mí,
pero este siervo tuyo medita en tus estatutos.
Tus mandatos son mi regocijo;
son también mis consejeros.
Dálet