Éxodo 23:1-33, Éxodo 24:1-18 NVI

Éxodo 23:1-33

Leyes de justicia y de misericordia

»No divulgues informes falsos.

»No te hagas cómplice del malvado ni apoyes los testimonios del violento.

»No imites la maldad de las mayorías.

»No te dejes llevar por la mayoría en un proceso legal.

»No perviertas la justicia tomando partido con la mayoría.

»No seas parcial con el pobre en sus demandas legales.

»Si encuentras un toro o un asno perdido, devuélvelo, aunque sea de tu enemigo.

»Si ves un asno caído bajo el peso de su carga, no lo dejes así; ayúdalo, aunque sea de tu enemigo.

»No tuerzas la justicia contra los pobres de tu pueblo en sus demandas legales.

»Mantente al margen de cuestiones fraudulentas.

»No quites la vida al que es inocente y honrado, porque yo no absuelvo al malvado.

»No aceptes soborno, porque nubla la vista y tuerce las palabras de los justos.

»No opriman al extranjero, pues ya lo han experimentado en carne propia: ustedes mismos fueron extranjeros en Egipto.

Leyes sabáticas

»Seis años sembrarás tus campos y recogerás tus cosechas, pero el séptimo año no cultivarás la tierra. Déjala descansar, para que la gente pobre del pueblo obtenga de ella su alimento, y para que los animales del campo se coman lo que la gente deje.

»Haz lo mismo con tus viñas y con tus olivares.

»Seis días trabajarás, pero el día séptimo descansarán tus bueyes y tus asnos, y recobrarán sus fuerzas los esclavos nacidos en casa y los extranjeros.

»Cumplan con todo lo que he ordenado.

»No invoquen los nombres de otros dioses. Jamás los pronuncien.

Las tres fiestas anuales

»Tres veces al año harás fiesta en mi honor.

»La fiesta de los Panes sin levadura la celebrarás en el mes de aviv, que es la fecha establecida. Fue en ese mes cuando ustedes salieron de Egipto. De acuerdo con mis instrucciones, siete días comerán pan sin levadura.

»Nadie se presentará ante mí con las manos vacías.

»La fiesta de la cosecha la celebrarás cuando recojas las primicias de tus siembras.

»La fiesta de recolección de fin de año la celebrarás cuando recojas tus cosechas.

»Tres veces al año todo varón se presentará ante mí, su Señor y Dios.

»No mezcles con levadura la sangre del sacrificio que me ofrezcas.

»No guardes para la mañana siguiente la grasa que me ofreces en las fiestas.

»Llevarás a la casa del Señor tu Dios lo mejor de tus primicias.

»No cocerás ningún cabrito en la leche de su madre.

El ángel del Señor

»Date cuenta, Israel, que yo envío mi ángel delante de ti para que te proteja en el camino y te lleve al lugar que te he preparado. Préstale atención y obedécelo. No te rebeles contra él, porque va en representación mía y no perdonará tu rebelión. Si lo obedeces y cumples con todas mis instrucciones, seré enemigo de tus enemigos y me opondré a quienes se te opongan. Mi ángel te guiará y te introducirá en la tierra de estos pueblos que voy a exterminar: tierra de amorreos, hititas, ferezeos, cananeos, heveos y jebuseos.

»No te postres ante los dioses de esos pueblos. No les rindas culto ni imites sus prácticas. Más bien, derriba sus ídolos y haz pedazos sus piedras sagradas.

»Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua.

»Yo apartaré de ustedes toda enfermedad.

»En tu país ninguna mujer abortará ni será estéril. ¡Yo te concederé larga vida!

»En toda nación donde pongas el pie haré que tus enemigos te tengan miedo, se turben y huyan de ti.

»Delante de ti enviaré avispas, para que ahuyenten a los heveos, cananeos e hititas. Sin embargo, no los desalojaré en un solo año, no sea que, al quedarse desolada la tierra, aumente el número de animales salvajes y te ataquen. Los desalojaré poco a poco, hasta que seas lo bastante numeroso para tomar posesión de la tierra.

»Extenderé las fronteras de tu país, desde el mar Rojo hasta el mar Mediterráneo,23:31 mar Mediterráneo. Lit. mar de los filisteos. y desde el desierto hasta el río Éufrates. Pondré bajo tu dominio a los que habitan allí, y tú los desalojarás.

»No hagas ningún tratado con ellos ni con sus dioses.

»Si los dejas vivir en tu tierra, te pondrán una trampa para que adores a sus dioses, y acabarás pecando contra mí».

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Éxodo 24:1-18

Ratificación del pacto

El Señor dijo a Moisés: «Sube al monte y preséntate ante mí, junto con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los jefes de Israel. Ellos podrán adorar a cierta distancia, pero solo tú, Moisés, podrás acercarte a mí, el Señor. El resto del pueblo no deberá acercarse ni subir contigo».

Moisés fue y refirió al pueblo todas las palabras y leyes del Señor, y ellos respondieron a una voz: «Haremos todo lo que el Señor ha dicho». Moisés puso entonces por escrito lo que el Señor había dicho.

A la mañana siguiente, madrugó y levantó un altar al pie del monte, y en representación de las doce tribus de Israel consagró doce piedras. Luego envió a unos jóvenes israelitas para que ofrecieran al Señor novillos como holocaustos y sacrificios de comunión. La mitad de la sangre la echó Moisés en unos tazones y la otra mitad la roció sobre el altar. Después tomó el libro del pacto y lo leyó ante el pueblo. Ellos respondieron:

—Haremos todo lo que el Señor ha dicho y le obedeceremos.

Moisés tomó la sangre, roció al pueblo con ella y dijo:

—Esta es la sangre del pacto que, de acuerdo con en estas palabras, el Señor ha hecho con ustedes.

Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, más los setenta jefes de Israel subieron y vieron al Dios de Israel. Bajo sus pies había una especie de pavimento de zafiro, tan claro como el cielo mismo. Y a pesar de que estos jefes de los israelitas contemplaron a Dios, él no les hizo daño. Así que comieron y bebieron juntos.

El Señor dijo a Moisés: «Sube a encontrarte conmigo en el monte y quédate allí. Voy a darte las tablas de piedra con la Ley y los mandamientos que he escrito para guiarlos en la vida».

Moisés subió al monte de Dios, acompañado por su asistente Josué, pero dijo a los jefes: «Esperen aquí hasta que volvamos. Aarón y Hur se quedarán aquí con ustedes. Si alguno tiene un problema, que acuda a ellos».

En cuanto Moisés subió, una nube cubrió el monte y la gloria del Señor se posó sobre el Sinaí. Seis días la nube cubrió el monte. Al séptimo día, el Señor llamó a Moisés desde el interior de la nube. A los ojos de los israelitas, la gloria del Señor en la cumbre del monte parecía un fuego consumidor. Moisés se internó en la nube, subió al monte y allí permaneció cuarenta días y cuarenta noches.

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